Antonio Martín-Arroyo pregona un Rocío de auténtica fe y devoción a la Blanca Paloma
Ante una parroquia de Nuestra Señora del Carmen totalmente llena, ha pregonado en la noche de este sábado Antonio Martín-Arroyo Niño el Rocío. Una celebración que para el pregonero y para cualquier rociero de corazón, es mucho más que una fiesta, "es una forma de nacer, de vivir y de morir, un estilo de vida" que no solo debe reflejarse en los nueve días de romería sino a lo largo de todo el año.
Quien conoce a Antoñín sabía que su pregón iba a estar lleno de sentimientos profundos hacia la Blanca Paloma porque ante ella se postró por primera vez con solo 4 años, y desde entonces, solo ellos dos saben lo que allí sucedió. Lo único cierto, como diría su presentador, el reverendo padre Antonio Jesús Rojas, es que el pregonero tiene desde pequeño ese "veneno" que le inculcaron sus padres desde niño porque Antonio Martín-Arroyo es de esos "rocieros de teta o de cuna", los que no tienen recuerdos con uso de razón sin amar a la virgen del Rocío. Una devoción que le ha acompañado a lo largo de su vida, incluida y con mucha más intensidad, en momentos de enfermedad, por lo que haber sido elegido por la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío para compartir sus vivencias ha sido todo un honor para él.
El pregonero ha estado muy arropado a lo largo de los casi 45 minutos que ha durado su intervención. Aparte de haber reunido a muchísimo público en la parroquia, lo ha acompañado el coro rociero que ha cantado varias sevillanas, incluida al principio una con letra dedicada expresamente a él, a su fe, a su devoción y a su sentir cofrade. Y es que el rociero que hoy se subía al atril del altar mayor, presidido por el Simpecado, comparte fe con el Santísimo Cristo de la Veracruz, del que es capataz cada Viernes Santo, por lo que ser rociero y cofrade en su caso, van de la mano como bien ha quedado reflejado en su presentación y posterior pregón.
Antonio Martín-Arroyo no ha tirado de rima fácil, se ha ido a lo sencillo, a lo cercano y a lo que todo el mundo conoce como buen rociero. No ha dejado pasar la oportunidad de recordar que la hermandad roteña es centenaria, que cuenta con más de tres siglos de historia y como previamente indicaba el reverendo Antonio Jesús Rojas, en los libros de la Hermandad Matriz hay referencias de su existencia desde 1758. Eso significa que muchas generaciones han ido traspasando la fe en Nuestra Señora del Rocío dejándola como legado a sus sucesores hasta llegar a nuestros días. En este sábado, 6 de mayo, el pregonero representaba el último eslabón de esa larga cadena de más de tres siglos de historia que como buen rociero, recibió de sus padres la herencia que ahora él transmite a sus dos hijas, compartiendo con su mujer y familia esa forma de vivir mirando siempre a la cara de la Reina de las Marismas los 365 días del año.
Rota es rociera, aseguraba el pregonero y "fuimos los primeros en tener una choza en El Rocío", aquellos que propusieron que la Blanca Paloma fuera patrona de Andalucía y los que primero rezaron el rosario en la aldea. Por eso, aprovechaba esta oportunidad ante el atril para dar las gracias al grupo de hombres y mujeres que a mediados de los años 70 reavivaron los rescoldos de fe hacia la Blanca Paloma para reorganizar una hermandad centenaria, la que databa como cuarta en antigüedad y la que, aunque dejara unos años la actividad, siempre mantuvo la fe en Ella.
Durante su pregón, este roteño se ha dirigido a los que se jactan de decir aquello de que si al Rocío se le quitara la fiesta y la bebida, pocos rocieros quedarían en la aldea. A su juicio, hablan desde la ignorancia, convencido de que si ese tipo de personas hicieran con un rociero de verdad el camino, mucho cambiaría su opinión. Desde luego, él no es sospechoso de pertenecer a ese grupo de postín, porque como bien ha señalado en su pregón echando la vista atrás, se veía como un niño haciendo el camino con un grupo de roteños y muchas dificultades, sin comodidades, y solo llenos de gozo y fe para llegar a esa "tierra prometida" que es la aldea de El Rocío. Un peregrinar que tiene paralelismos, decía, con aquel camino que María y José tuvieron que hacer desde Nazaret a Belén buscando un lugar donde pasar la noche cuando la virgen estaba a punto de dar a luz al Salvador. Esta comparativa le valió a Antonio Martín-Arroyo para sacar su alma cofrade lanzando el mensaje de fe que da sentido a la fe católica, la resurrección después de la muerte, el triunfo de la vida sobre la muerte y la esperanza de que tras este Rocio terrenal, queda uno en la eternidad del cielo. Fue casi al final de su pregón cuando redundando en ese mensaje, se acordó del nombre de muchos roteños que ya no están y que han sido rocieros "valientes y firmes en la fe" que no tuvieron miedo cuando llegó la hora de la muerte.
El Rocío es una forma de renovar cada año el compromiso con la Blanca Paloma, pero no tendría sentido si todo se queda en esa romería, por eso, Antonio Martín-Arroyo, invitó a los presentes a vivir cada día como rocieros de bien. Él que con 6 años se recuerda en el pedestal de plata de la virgen mirándola fijamente tras haber llegado a Ella a través de una marea de brazos que lo alzaron, lo tiene claro. Desde aquel momento supo que siempre sería rociero y eso es lo que en su pregón ha sabido transmitir con sencillez y la pasión de una devoción que no oculta.
El próximo martes 23 de mayo, la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Rota iniciará su peregrinaje un año más. Nada tiene que ver el camino de hoy con el de antaño, como ha recordado un Antoñín que se ha visto durmiendo en colchones al raso, sin neveras, bebidas calientes, pasando frío, calor, soportando mosquitos pero feliz y con ganas del reencuentro cara a cara con la virgen. Esa ha sido la esencia que hoy ha pregonado de un rito que es sagrado que no es más que un sentimiento y fe ciega en María y su hijo que se renueva cada año con la llegada del lunes de Pentecostés.
Antonio Martín-Arroyo se despidió con un largo capítulo de agradecimiento a su familia, a la hermandad, a sus amigos, al coro, al presentador y en especial, a la Blanca Paloma, "por llenarme de Rocío, por renovar mi fe, por la salud que me diste, por no soltarme de la mano y por devolverme a la vida. Tengo tanto que agradecerte que no cabría en un libro, cuanto te quiero y te amo, Rocío", pregonó y concluyó cantando.






























































Peregrino | Lunes, 08 de Mayo de 2023 a las 14:46:21 horas
Para Pelote.
El pregón bajo mi punto de vista estuvo cargado de emociones ,vivencias y sentimientos. Un mensaje muy pero que muy Mariano. Y el acompañamiento musical que tuvo es inmejorable. Y lo de ir peregrinando con Huelva no creo q se lo tenga que explicar a nadie, o acaso un pregonero de la Semana Santa de Rota no puede salir en una cofradía de otra localidad.
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