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Carlos Roque Sánchez 1
Sábado, 01 de Abril de 2023

¿Cuándo cae la Semana Santa?

[Img #188512]Una buena pregunta. Y una más de las muchas que a no pocos cristianos desconcierta, en otros muchos crea cierta confusión y a estotros tantos extraña por inusitada, ¿por qué la Semana Santa cae cada año en una fecha diferente? ¿a qué se deben estos cambios calendarios? Como es sabido y a diferencia de otras fiestas religiosas que celebramos siempre en el mismo día -Navidad el 25 de diciembre, Epifanía el 6 de enero, San Juan Bautista el 21 de julio y la Asunción de la Virgen María el 15 de agosto, por citar algunas-, la Pascua de Resurrección no tiene una fecha fija. No. Resulta que los días en los que el cristianismo celebra estos significativos eventos de fe relacionados con los últimos días de Jesús -incluyendo su pasión, muerte y resurrección-, cambian inexorablemente de un año para otro.

 

De modo que el lugar que ocupa la Semana Santa en el calendario -que se inicia el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección- no sólo es variable, un hecho que quieras que no ya se hace raro por insólito, sino que su trascendencia va más allá por resultar ser una cuestión de calado, ya que por desgracia y más que nada, procede de la ignorancia. Por desgracia digo porque si bien es posible que la razón de dicha variabilidad no sea bien conocida, y que por tanto nos sorprendan de un año para otro estos cambios, lo cierto es que una vez que se conoce, resulta del todo comprensible y, por ende, lógico el cambio de fecha. Pero claro hay que conocerlo, ahí está lo mollar de la cuestión.

 

¿Cuál es entonces la razón de ese cambio de fechas? Pues una muy lógica y humana, sencillamente se intenta que dicha celebración coincida, lo más posible, con la fecha real de la muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Algo humano y lógico, sí, pero por otro lado también difícil o nada fácil de conseguir y es que la satisfacción de este deseo plantea alguna que otra dificultad que no tienen otras fiestas, verá porqué le digo esto. Mientras Navidad y Epifanía se rigen por el bastante exacto y actual calendario gregoriano o solar de 365,2422 días, la Pascua de Resurrección lo hace por el inexacto calendario judío o lunar, que consta de doce lunas de 29,5306 días cada una, es decir un cómputo de 354,3672 días bien distinto de los reales. Una diferencia que da lugar a un desfase de casi seis días por año, que es acumulativa y cuantitativamente significativa como para que tuvieran que tomarse medidas correctoras. Como puede ver la ubicación de la Semana Santa es un auténtico y vivo anacronismo religioso, instalado en los albores del científico, tecnificado y tecnológico siglo XXI. Toda una paradoja.

 

¿Cómo se puso orden en estas fechas tan significativas? Tras muchos cambios de fechas en la celebración, el asunto empezó a organizarse algo cuando, en el 194, el Papa Víctor I determinó que la celebración debía festejarse el domingo siguiente a la Pascua judía o Pésaj. Una declaración de intenciones que por desgracia no fue más allá, por lo que hubo que esperar ciento veinte años para se tomara otra medida más efectiva. La del Concilio de Arlés que tuvo lugar en el 314 y obligaba a toda la Cristiandad a celebrar la Pascua el mismo día; una buena decisión que no obstante planteaba un problema pues no terminaban de ponerse de acuerdo, sobre cuál debía ser esa fecha. De hecho la tenía que fijar el Papa cada año, y comunicarla mediante epístolas a todas las iglesias del orbe; un procedimiento que a nadie escapa en aquellos tiempos presentaba una gran dificultad para su puntual cumplimiento por toda la cristiandad: los medios de transportes de la época no eran, precisamente, rápidos.

 

Concilio, equinoccio y luna llena. De ahí que en el I Concilio Ecuménico de Nicea (325) convocado por el emperador Constantino se tomara una solución definitiva al establecerse que la Pascua de Resurrección se celebraría el domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena que hubiera tras el equinoccio de marzo. El equinoccio, esa fecha en la que noche y día tienen la misma duración, doce horas, y una condición de naturaleza astronómica responsable de que la fecha de la celebración religiosa pascual cambie y no poco, y no poco digo porque hasta más de un mes puede haber de diferencia, como lo lee. Un simple recuento aritmético nos muestra que, si a efectos de la Pascua la primavera empieza siempre el 21 de marzo (luna llena eclesiástica), el Domingo de Pascua puede celebrarse en un abanico de, nada menos que, 35 días. Exactamente los que hay entre el 22 de marzo y el 25 de abril, ambos inclusive. Por cierto, el equinoccio de marzo tuvo lugar el pasado lunes 20, ¿para cuándo la próxima luna llena?

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

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  • Roteño

    Roteño | Martes, 04 de Abril de 2023 a las 08:30:44 horas

    Jajaja, San Juan Bautista el 21 de Julio, donde de habrá informado este señor.

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