EL ALCALDE SIEMPRE LLAMA DOS VECES


   
 
En la antigua Esparta ponían a dos reyes para mandar, seguramente porque uno solo les parecía demasiado soso. En la Roma republicana el cargo más alto era el consulado, y también se elegía por parejas. Lorenzo (no hace falta decir de qué Lorenzo hablo) dice que quiere un pacto con el PP en “condiciones de igualdad”. Pues con estos antecedentes podemos afirmar que lo mejor para Rota debería ser una doble alcaldía. Después de todo no vemos porque Rota tiene que ser menos que Esparta o que Roma. Lorenzo y Eva, alcaldes los dos, en el mismo plano histórico, tanto monta monta tanto (dicho sea sin segundas intenciones), presidiendo plenos al alimón, inaugurando obras con unas tijeras para cuatro dedos.

Las ventajas son infinitas. De entrada, en vez de un coche oficial para el alcalde, tendríamos dos, con lo cual se crearía un interesante puesto de trabajo (el de chófer), que en el panorama actual no es cosa para despreciar. ¿Qué nos va a salir más caro? Claro que sí, pero la calidad cuesta. ¿Es caro el caviar? Desde luego. ¿Está bueno el caviar? De rechupete. ¿Nos sale cara la limpieza pública? Pues sí. ¿Es buena? Pues mire usted…

Igual que uno se hace las llaves de casa por duplicado, lo mismo deberíamos plantearnos con las alcaldías, y más Rota, que por tener hasta tenemos dos ayuntamientos. ¿Pero qué digo de alcaldías? Todavía mejor. Dupliquemos todas las delegaciones. Ya saben, cultura, fiestas, urbanismo… Todo a pares. Y si falta gente, pongamos a los de la oposición, que los pobres están papando moscas.

En las difíciles circunstancias del presente, es preciso buscar soluciones imaginativas. O, sencillamente, sólo es necesario echarle imaginación, aunque no se solucione nada. En realidad, salga lo que salga, siempre podremos exponer un resumen de los hechos en el museo Dalí de Figueras. Que como todos ustedes saben, es un museo surrealista. Surrealista, ya digo.