El dueño de la vaqueriza de la avenida de la Matea no podrá comercializar la leche extraída de sus casi 500 vacas a partir del próximo lunes, 17 de octubre. Así consta en la notificación que en el día de ayer, la Policía Local, por orden del Ayuntamiento de Rota, entregó al propietario de la  explotación ganadera.

Este es el paso previo al desalojo final de una vaqueriza a la que ya no le queda más salida que desmantelarse teniendo en cuenta que hay una sentencia judicial en firme que indica que esta actividad ganadera no se puede ejercer en la ubicación actual, tan cerca de las viviendas habitadas por muchos vecinos por considerar un juez que crea un clima insalubre en el entorno.

Esta situación, como ya explicó este medio hace un par de días, viene como consecuencia del incumplimiento de la parte del trato acordada entre el Ayuntamiento de Rota y el dueño de la vaqueriza el pasado mes de febrero, donde el ganadero se comprometía a desalojar su explotación ganadera en un plazo máximo que cumplió el 30 de septiembre. Dado que no hay motivo legal que justifique el retraso en ese cumplimiento y que por tanto, la asesoría jurídica municipal ha denegado la petición de ampliar en un mes más la fecha definitiva como pedía el afectado el pasado 29 de septiembre, el lunes se volverá a la situación de la que se partía el pasado mes de diciembre cuando se alzó el precinto para impedir la actividad ganadera.

En términos prácticos, a partir del lunes, habrá un dispositivo de vigilancia permanente de la Policía Local a las puertas de la vaqueriza para velar por el cumplimiento del precinto de la explotación para comercializar la leche, aunque el ganadero puede seguir atendiendo a su ganado como crea conveniente.  En el caso de incumplir con la medida, incurriría en un delito penal.

Los días parecen estar contados para la vaqueriza en esa ubicación de la avenida de la Matea, ya que la imposibilidad de comercializar la leche genera una serie de problemas al ganadero como que las vacas tienen que ser ordeñadas a diario para no provocarle enfermedades, y que esa leche, si no se comercializa, tiene que ir a un vertedero, con unos gastos considerables para el dueño. 

Los ocho meses de plazo que acordó el ganadero para evitar esta situación y trasladar al ganado antes de la fecha límite del 30 de septiembre de 2022, no han servido de mucho a tenor de la situación actual. La mayoría de las vacas están en su mismo emplazamiento. 

Este medio desconoce cuál será el siguiente paso del ganadero afectado con un precinto del que ya está notificado y que entrará en vigor el próximo lunes.