Desde hoy, una de las grandes figuras de la literatura española de este siglo y el anterior, es honrada con la mayor distinción que el Ayuntamiento de Rota puede ofrecer. Almudena Grandes ha sido distinguida como Hija Adoptiva de Rota tras un acto institucional que dio comienzo a las 12.00 horas en el salón capitular del Palacio Municipal Castillo Luna ante una gran expectación y con representación del Gobierno de España, a través de la ministra de Asuntos Económicos y Transición Ecológica, Nadia Calviño. La también vicepresidenta primera del Gobierno atendió a los medios minutos antes del comienzo del acto y fue partícipe directa del mismo.

El acto estuvo marcado por su carácter institucional, lejos de la distensión de otros eventos dedicados a la escritora. Sin embargo, la emotividad afloró no solo entre los asistentes, quienes manifestaban un batiburrillo de emociones, si no en las palabras de los intervinientes, incluido Luis García Montero, quienes no pudieron resistirse a dejarse llevar por el cariño y respeto que genera la figura de Almudena Grandes. Así, la solemnidad fui incapaz de opacar la evidente sensibilidad en las personas que hoy  honraban a la escritora madrileña. Un día soleado y caluroso esperaba de puertas para fuera, puesto que la frialdad aparente del lugar solo quedaría en la apariencia inicial debido a la explosión de sentimientos que conquistarían el salón capitular.

El inicio del acto de nombramiento de Hija Adoptiva empezaría con la lectura del correspondiente acta y memorias de la persona a cargo de la delega de Cultura, Encarna Niño, tras ser previamente presentada por la conductora del evento, Eva Cobos.

Ante la expectación de numerosos medios de comunicación que cubrían el acto y las atentas miradas de grandes figuras de la cultura y el arte a nivel nacional como Joaquín Sabina, Felipe Benítez Reyes o Rozalén, entre otros, que iban en título de amigos de Almudena Grandes, Encarna Niño relató la trayectoria profesional, repleta de éxitos de gran relevancia, y reconoció que ella “convirtió a Rota en un lugar de referencia". Además. la reconoció como “un modelo de mujer” y que  aseguró que “Rota y Almudena siempre estarán juntos”.

Tras esta primera intervención, como cualquier ser humano que afronta las correspondientes estaciones del año, aquel frío espacio iba desprendiéndose de prendas porque tras el invierno llega la primavera. La emotividad subió varios peldaños con la proyección de un vídeo realizado por el Ayuntamiento de Rota sobre Almudena Grandes. La escritora era la protagonista, pero ella no saldría en ningún fotograma. Ella estaría presente con sus palabras ya que no hay mejor modo de recordar a una escritora que leyéndola y en esta ocasión, el acento roteño sería quien daría voz a las letras de Almudena Grandes. La emotividad subía a medida que se esbozaban sonrisas entres amigos y seres queridos de la honrada, un brillo especial comenzaba a aparecer en ojos clavados en una pantalla mientras oían los textos de la escritora. La lectura desde la profundidad del corazón de los ciudadanos roteños permitió que quien cerrase los ojos pudiese desdibujar su ausencia y sentir como ocupaba un sitio entre los asistentes.

El vídeo causó una emoción evidente, tanto fue así que se observaba con claridad a la vicepresidenta primera del Gobierno clavar su mirada en los ojos de Luis García Montero, viudo de Grandes,  para decirle: “¡Qué bonito!”, acompañado de un claro gesto de reconocimiento agitando verticalmente su cabeza. Parece que rápidamente empezaba a vislumbrarse la llegada del verano, y no olvidemos que a palabras de Almudena Grandes: “el verano es el tiempo de la felicidad”. Y así era. Las lágrimas que afloraron en sus hijos y amigos eran una señal de felicidad, de recordar la inmensidad de su persona, del amor que profesan.

El momento más importante del acto llegaría tras el  vídeo para convertir a Almudena Grandes en Hija Adoptiva de Rota. La distinción fue entregada por el alcalde de Rota, Javier Ruiz, y la ministra  Nadia Calviño, a los hijos de la escritora, Mauro, Irene y Elisa. Todos se fundían en un abrazo que declaraba un hecho unánime en la ciudad: la consagración de la máxima distinción del Ayuntamiento a Almudena Grandes. Lágrimas, sonrisas, aplausos y una mezcla de sentimientos afloraron entre los presentes de forma natural, siendo incapaces de reprimir la intensidad del momento.

Entonces, Luis García Montero tomaba la palabra. Rostro serio, pero con inevitables muecas que expresaban un vendaval de emociones cruzadas desde la tristeza por la pérdida hasta la felicidad al solo mencionar su nombre. “No estaba acostumbrado a tener mala suerte en mi vida, y lo de Almudena ha sido la primera vez”, arrancaba su intervención para posteriormente contrastar esta epifanía de su fortuna. “He tenido muy buena suerte en mi vida. He querido dedicarme a la literatura y a la poesía. Admiré a Felipe (Benítez Reyes) y tuve la suerte de ser su amigo y venir a su pueblo, el que ya es mío. Tuve suerte de que Almudena se enamorase de mí”, decía.

No pudo resistirse a manifestar su relación con Rota por ser el lugar donde crecieron sus hijos a la par que el propio municipio y, sobre todo, como ya relató en la Noche Literaria de Izquierda Unida, hablar de la relevancia de Rota en su relación: “Nuestros yos se juntaron en un nosotros y el lugar de este es Rota. Rota ha sido el paisaje de nuestra felicidad, según decía ella”.

Luis García Montero acabó con un “gracias por unanimidad” en un guiño del acuerdo histórico de los partidos roteños en la votación para la consagración de Almudena Grandes como Hija Adoptiva. Aunque el punto álgido, donde el corazón de todos sintió una fuerte punzada, fue cuando recitó esos cuatro versos dedicados a ella en su “Dedicatoria” que dicen así: “Si alguna vez la vida te maltrata, acuérdate de mí, que no puede cansarse de esperar aquel que no se cansa de mirarte”.

Tras Luis García Montero era el turno del alcalde, Javier Ruiz, quien manifestó “la constancia pública del amor de Almudena Grandes por Rota y de Rota por Almudena”. El primer edil quiso destacar más allá de su figura literaria y de haber ubicado a Rota en el mapa de mucho porque “vivió en comunión con nuestros paisanos y con nuestros vientos” decía. Javier Ruiz distinguió a Almudena como mucho más que una turista por “su corazón roteño”. El alcalde no perdió la oportunidad de cerrar su intervención con “un beso a Almudena allá donde esté”.

Y como manda el protocolo, Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno, cerraría el acto. La ministra alabó la figura de Almudena Grandes considerándola una referente de nuestro tiempo a nivel intelectual, como voz de las mujeres y, por supuesto, como una roteña más. “Creo que este es el mejor título en un acto de amor correspondido de alguien que ha estado y estará ligado a Rota” decía Nadia Calviño. No pudo contener el respeto y admiración que por la escritora siente al confirmar que “sus novelas llegan a la piel y corazón de sus lectores”. Admitía sentir tristeza por su pérdida; satisfacción por el reconocimiento; y responsabilidad que recae, según ella, en Luis García Montero para cuidar y desarrollar su legado.

La ministra leyó un poco de “Los aires difíciles” y se apoyó en su descripción de los vientos para exponer una clara metáfora con la vida: “no controlamos por dónde van a venir, pero sea cuál sea el viento, conviene tener claro cuál es el rumbo”. Cerró su intervención con el epílogo de la obra: “A Luis por la luz de todos los veranos” y entonces volvió a retumbar el lugar con los fuertes aplausos de los presentes.

El acto finalizaría con música, con la fantástica interpretación de los himnos de Andalucía y España por la talentosa violonchelista roteña, Andrea Griffin, para poner la guinda del pastel de un acto institucional considerado una declaración de amor de Rota a Almudena, quienes se funden en un beso inmortal arropado por sus vientos.