La XIV Noche Literaria: la poesía, la música y Almudena Grandes son eternas
La XIV Noche Literaria de Izquierda Unida ha podido ser la más especial y emotiva de todas sus ediciones. Indudablemente, la inconmensurable figura de Almudena Grandes ha protagonizado un acto donde la palabra y el arte ha sucumbido a los encantos de la que será Hija Adoptiva de Rota. La presentación de este evento quedó a los mandos de Pedro Pablo Santamaría, concejal de Izquierda Unida, organizador del evento, y Javier Ruiz, alcalde de Rota, quienes agradecieron a todos los que han hecho posible este homenaje a la escritora el trabajo y el empeño puesto.
Pero si a alguien había que agradecer la celebración de esta Noche Literaria, era a sus dos máximos responsables, Manuel Martín-Arroyo y Ángeles Aguilera, porque ambos han movido cielo y tierra para congregar a un elenco de personalidades de la literatura y la música, pero principalmente, a un grupo de amigos de Almudena. “No hay mejor homenaje para una escritora que seguir leyéndola”, decía Manuel Martín-Arroyo, y razón no le faltaba, de ahí que todos los que se subieron al atril, claramente emocionados y felices al rememorarla, leyeron algún fragmento de algún escrito suyo.
Fue el caso de Juan José Téllez, que decidió leer un artículo que escribió Almudena para El País, “La sombra de un peral”. Aunque el libro más recurrido por los invitados fue “Los aires difíciles”, novela de la escritora madrileña ambientada en Rota. Con él se pudieron leer todo tipo de extractos, como el seleccionado por Jesús Maraña, quien subió con su libro en mano, para exponer a través de la pluma de Almudena una reivindicación a la alegría.
Una suave y fresca brisa susurraba en los oídos de los centenares de asistentes que abarrotaron una plaza de la Merced con una mística especial. El tintineo del viento acariciaba a cualquier persona que allí estuviera, parecía que no solo los “aires difíciles” nos hablaran, parecía que Almudena estuviera presente en una de sus dos patrias, Rota, como así quiso exponerlo Joaquín Sabina. Su inconfundible voz rasgada acompasaba la caída de los últimos destellos de un sol envidioso por querer presenciar tan lindo homenaje. La oscuridad caía, pero en esa última batalla, Sabina quiso recordar un momento tan duro y a la vez emotivo: “no se imaginan lo conmovedor que fue el entierro en Madrid. Todos los allí presentes blandían sus libros al cielo como si levantasen trofeos”. Además, el cantautor se convirtió en un títere de su corazón cuando su voz afónica y desgastada decía que Almudena sigue viviendo en sus libros, en Rota, en los poemas de amor de Luis, en la canción que le estoy escribiendo. Finalizó confesando que el concepto de “los almudenos” pudo haber sido invención suya.
“La mejor virtud de Almudena es que era muy humana”, así comenzaba Rosana Torres hasta finalizar su intervención con otro fragmento de “Los aires difíciles”. Sin embargo, esta buena amiga suya expuso el lado más humano de la homenajeada, la vanaglorió realzando su figura de ser humano. Expuso su sencillez y como ejemplo narró historias pasadas que ponían de manifiesto la gran virtud con la que contaba. La risas y carcajadas no cesaban con anécdotas divertidas y mundanas, como esa vez que volvió a Madrid aprendiendo a freír ortiguillas y era la mujer más feliz del mundo. Rosana era extremadamente feliz al rememorar estas batallitas y reconoció que “disfrutaba de cada pequeño detalle”.
Una muestra de la vinculación de Almudena Grandes con Rota y su gente estuvo presente en esta cita literaria gracias a la idea de los organizadores que quisieron invitar a algunos vecinos roteños con los que la escritora entabló una gran amistad, como Elvira Mejía o aquellas pescaderas con las que vivió una anécdota que luego plasmó en uno de sus artículos en El País. Posteriormente, Miguel Ríos subió al escenario y abrumó a cada uno de los allí presentes. Su presencia era imponente, su look juvenil y su desparpajo le hicieron dueño de todas las miradas. Miguel Ríos presentó el perfil más reivindicativo de Almudena, tanto que preguntó “¿qué estaría escribiendo Almudena ahora sobre esta guerra?”. Focalizó el aspecto combativo de la escritora hasta el punto de cerrar con un fulgurante grito de “no a la guerra”. Sin embargo, el momento más destacado de su presencia sobre el escenario fue cuando a capela decidió cantar. La plaza se rindió ante el cantante y la estrella de rock respondió ante el clamor de los oyentes con gesto de agradecimiento durante más de un minuto de ovación.
El cantante granadino calentó el ambiente y Benjamín Prado alcanzaría el corazón de todos con su sensibilidad y destreza dialéctica. El poeta expresó su imposibilidad por creer que fuese cierto, por afirmar que ella no estaba, que se había ido, “corre el rumor de que ha muerto”, decía. El poeta, amigo de la homenajeada, leyó un poema inédito de su puño y letra “El año de Almudena” y mientras leía, el viento jugueteaba con la hoja, daba la impresión de que no quería que lo leyese. Es como si corriese el infundado rumor de que hubiese muerto.
A continuación la periodista Pepa Bueno y la eurodiputada Lina Gálvez compartieron el escenario, una para leer un fragmento de un artículo y la otra para dar lectura al comienzo de “Los aires difíciles”, aunque sería Pepa Bueno la que resumiría el pensamiento de todos los presentes: “¡Qué suerte que hubiera existido!”. Entonces le llegaría el momento a Felipe Benítez para subir aquella alargada rampa que le llevaría directo al atril. El roteño, uno de los culpables del idilio de Almudena Grandes con Rota, prefirió leer un texto propio sobre “Los aires difíciles”. Sosegado y sin prisas puso el alma en su lectura mientras la brisa de estos aires del sur seguían soplando.
Finalmente, Luis García Montero subía al escenario al calor de un fuerte aplauso. La plaza de la Merced al completo quiso dar su especial y sentido pésame al viudo; los asistentes quisieron darle ánimos y cariño e intentar mostrarle que la vida tiene sentido. Y como él mismo decía, encontró, tras haber perdido sentido su vida, en la amistad un motivo para vivir. Luis García Montero hablaba con la mirada clavada en el horizonte como quien ve algo que otros no, quién sabe. El poeta granadino agradeció el cariño y apoyo. Estaba emocionado con una sonrisa que se escapaba al rememorar anécdotas del día a día en Rota. “Ella muy de Madrid y yo muy de Granada”, decía. “Cuando los yos se juntan para construir un nosotros aparecen otros territorios. Nuestro nosotros es Rota”, reconocía. En su intervención tuvo tiempo para agradecer el reciente nombramiento por unanimidad de Almudena Grandes como Hija Adoptiva de Rota, destacando que le había emocionado que en este caso, en la localidad roteña, el PP haya votado a favor, como lo han hecho en el pleno celebrado en la mañana de este jueves, PSOE, Podemos, Ciudadanos e IU.
En la Noche Literaria era habitual que Almudena Grandes cerrara el acto leyendo un adelanto de su próxima novela y, pese a su triste ausencia este año, así ha sido también en esta edición. Su hermana Mónica y primogénito Mauro leyeron los primeros pasajes de “Todo va a mejorar”, su próxima y última novela que verá la luz en librerías en dos meses. Una exclusiva que la escritora madrileña regalaba al público de esta cita y que ha seguido fiel en este 2022 en el que tanto se le echa de menos. El acto cerró con una sonrisa y con el humor inteligente que tanto le gustaba. Así, la chirigota ilegal de “Los millonarios” cantaron cuplés y estribillo para redondear un acto donde quedó patente la inmortalidad de Almudena Grandes y su amor por Rota.






























































Para Raúl | Domingo, 14 de Agosto de 2022 a las 16:23:38 horas
Mi querido IDIOT A Raúl, no entiendo que confort le proporciona que “a un sector de esta España la cultura les siga haciendo daño”.
No creo que a nadie mínimamente inteligente (sea del sector que sea, ja ja ja), le pueda hacer daño la cultura en su más amplias manifestaciones y disciplinas.
Otra cosa es que, en su cortedad mental, pretenda que aceptemos como única cultura, la propugnada desde esta izquierda, adoctrinadora, sectaria, manipuladora y maniquea.
He de decirle, nuevamente, que los que opinamos distinto a usted no somos perros y no ladramos, opinamos. Así que mi querido IDIOT A no nos trate como animales.
Un saludo.
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