Conjugar diversión y descanso es una ecuación complicada a la que dar solución porque lo que para unos es una vía de escape y ocio, para otros, es el suplicio del verano. Cada fin de semana se repite la misma estampa en la que jóvenes se reúnen para hacer botellón y  la Policía Local y Nacional los persigue porque es una práctica prohibida y genera una gran cantidad de denuncias ciudadanas y destrozos por vandalismo.

La juventud defiende que a falta de alternativas de ocio, su apuesta es la de  buscar espacios alejados, escondidos donde poder seguir reuniéndose para consumir bebidas alcohólicas y tener su momento de diversión. En Rota, los puntos más concurridos son la zona de playa a la altura de la urbanización "Virgen del Rocío", la plaza de las Cándidas frente a Rotamar, y pinares por La Forestal. En Costa Ballena, donde hay una mayor aglomeración porque la alternativa de ocio para determinadas edades es inexistente, es la zona de Peña del Águila y Paseo Litoral.

El problema, como indica la Policía Local a este medio, no es el botellón en sí, que en concreto en Rota se ha llevado años practicando sin demasiados altercados aunque ahora está prohibido a nivel nacional por la ley 7/2006, de 24 de octubre. La cuestión es que unos pocos de esos jóvenes, dan continuidad a su noche de ocio rompiendo mobiliario y destrozando lo público con actos vandálicos que perjudican a todos, movidos por la pérdida de control al ingerir alcohol. Por eso, desde la Policía Local y la Policía Nacional, se actúa cada fin de semana intentando disuadir a los chavales de hacer botellón, pero son tantos que no dan abasto. Es más, prácticamente, lo que hacen los agentes es intervenir allí donde hay jóvenes bebiendo y estos inmediatamente buscan otro lugar donde continuar con la noche y el consumo de bebidas. Es el juego de gato y el ratón aunque parece que está dando resultados.

Numerosos actos vandálicos en Costa Ballena

Como muestra de parte de las actuaciones que la Policía Local está realizando, han editado un vídeo grabado con la cámara térmica del dron que se adquirió como nueva herramienta para el desempeño de las funciones de los agentes en el que se ve claramente cómo los dos quads de Policía llegan a la playa donde están los jóvenes, estos salen corriendo, los disuelven pero al cabo de un rato, están en otro lado generando las mismas molestias no solo por la suciedad que queda en la playa y que acaba en el mar, o en las plazas, sino por los ruidos. Pero lo peor, son los destrozos.

Este  verano en concreto, en Rota pueblo no están siendo numerosos, siendo algo peor la situación en Costa Ballena donde  unos pocos se dedican a partir bancos, farolas, se hacen pintadas e incluso se lanzan objetos contra fachadas de viviendas habitadas. No es un problema generalizado en la urbanización, que en términos generales sigue siendo tranquila, son una minoría que se deja notar y acaba perjudicando al resto destrozando papeleras, señalizaciones, juegos infantiles o aspersores que como dato significativo, en lo que va de verano, se han cargado hasta 70.  En esa misma dinámica, esta semana, un vecino ha trasladado a Rotaaldia.com hechos que sucedieron en la noche del miércoles, en la zona de la montaña del parque de los lagos de Costa Ballena, donde los vecinos tuvieron que soportar hasta las cinco de la mañana no solo gritos, patinetes que se lanzaron al lago y daños a algún que otro pato que acabó con triste final,  sino que aguantaron el lanzamiento de hielos y botellas, alguna de las cuales acabó entrando por la ventana abierta.

Están cansados del vandalismo de unos pocos y entienden que los jóvenes tienen que divertirse, es más, algunos de ellos son sus propios hijos, pero como en todo, acaban pagando justos por pecadores. Los que hacen botellón intentando ser lo más cívicos posible con la única intención de pasar las noches de verano que son la mayoría,  y los que aprovechan esta práctica para luego ir destrozando cosas.

Los afectados reclaman presencia policial, y la Policía está, pero les cuesta abarcar sola el problema porque no pueden llegar a todos los puntos a la vez. Aún así, a diario hay patrullas vigilando y los fines de semana se refuerza con un mayor número de agentes que se reparten  en quads por la playa, el dron que ayuda a localizar la aglomeración de jóvenes para acudir al punto exacto e intervenir, una patrulla por el complejo urbanístico y otra de Policía Nacional además del servicio de seguridad privada de Costa Ballena que también presta apoyo con su personal extra y recursos. Aunque se ha conseguido disuadir la reunión de chavales en zonas como Peña del Águila que era una de las más concurridas y se ha vallado para evitar el botellón, no es suficiente.  Se nota el trabajo de los agentes de la Policía, como algún vecino ha especificado e incluso agradecido mediante carta a la Policía Local, pero el problema persiste. En realidad, lo único que se consigue es mover a los jóvenes de sitio.

Por eso, desde la Policía Local piden colaboración, diversión sin destrozos y concienciación de todos para que ocio y descanso encuentren el deseado equilibrio.