Los vecinos de El Molino han tenido esta tarde la oportunidad de escuchar de primera mano los motivos por los que la obra de remodelación del paseo marítimo del Rompidillo arrastra un retraso que no permitirá que la actuación de mejora  haya acabado hasta bien entrado el mes de agosto.

Es precisamente esa demora la que ha provocado mucho malestar y quejas entre el vecindario de esta barriada, no solo de los que residen todo el año sino de aquellos que tienen en ella su segunda residencia. Por eso, el alcalde de Rota, Javier Ruiz, decidió dar la cara y convocarlos hoy a una reunión abierta que ha tenido bastante asistencia. Casi 200 personas se han concentrado en los jardines cercano a la calle Carlos III, a la altura del bar "El Rompidillo", y han podido preguntar y escuchar las explicaciones municipales.

El regidor, acompañado por miembros del gobierno local, se ha apoyado en varios paneles  con planos e imágenes para ir explicando a los vecinos el proyecto, los motivos por los que se decide actuar y los problemas que han encontrado en el camino para que, las obras, en vez de acabar el 12 de mayo que era la fecha prevista, se vayan a prolongar hasta, en el mejor de los casos, mediados de agosto.

El ambiente es cierto que estaba caldeado y había ganas por parte de varios vecinos de echar en cara las molestias que están sufriendo. Ha sido recurrente manifestar que se sienten agraviados al compararse con la zona de la Costilla donde entienden que se le pone más atención por parte del Ayuntamiento y que este retraso en pleno verano nunca hubiera sucedido allí. Pese a que el alcalde ha intentado desmontar esa idea asegurando que en sus años de mandato nunca se ha invertido un millón de euros en mejorar la Costilla como sí se va a hacer en el paseo de El Molino, la idea no se ha terminado de disipar. 

A finales de julio el primer tramo de paseo podría estar abierto al paso y a mediados de agosto, hormigonándose la segunda fase

Centrándose en el motivo principal que lo llevaba a esta reunión, el alcalde ha intentado ser claro en su exposición y explicar que este paseo marítimo del Rompidillo se construyó en 1987 y que desde entonces, la falta de mantenimiento ha provocado que se fuera deteriorando al punto que, en vez de ir poniendo parches (solería, balaustrada, iluminación, losas levantadas por los árboles,...), pensaron en esta actuación integral.

Como ha explicado Javier Ruiz, el proyecto se sacó en septiembre de 2021 a licitación, se adjudicó el 26 de noviembre y se firmó el 14 de diciembre de 2021 con un plazo de ejecución que empezaba el 13 de enero y terminaría el 13 de mayo. Pero en el camino se han encontrado varios problemas como que la barandilla de la parte del paseo donde están los pinos no tenía una sujeción adecuada y había que actuar sobre ella, que hacían falta nuevas canalizaciones para acometer luego el cambio de alumbrado en el paseo, cuando se creía que lo que había era suficiente, que la balaustrada nueva, con un diseño exclusivo para Rota similar a las que hay en el Castillo de Luna no gustaron en primera prueba y hubo que esperar una segunda que ya se está realizando por el artesano; y uno de los problemas más importantes y que fue lo que obligó a paralizar la obra.

Tal y como ha explicado el alcalde, el paseo marítimo está construido sobre un barranco y el tramo entre la calle Francisco Lucero y  Picobarro está sustentado sobre unas vigas de hierro, a modo de balcón, que se han  visto dañadas por la obra. Eso provocó que el 9 de marzo tuvieran que parar para estudiar el modo de repararlas y en esas están. Un laboratorio está estudiando la solución y en cuanto den con la más apropiada y segura, se reanudará ese tramo que no se espera que sea hasta mediados de agosto ya que primero habría que reparar las vigas dañadas (que si todo va bien sería del 11 al 22 de julio)  y luego proceder la hormigonado a partir de esa fecha.

Javier Ruiz ha explicado que sin querer echar balones fuera, esa ha sido la principal causa del retraso, aunque se ha sumado a ello el incremento del precio de los materiales de construcción, que se da a nivel mundial, y ha habido que negociar con la empresa los precios inicialmente acordados.  No es por falta de financiación ni por falta de previsión, ha asegurado.

El cúmulo de circunstancias, pero especialmente el daño a las vigas sobre las que se sustenta el paseo  marítimo en el tramo de los pinos, ha sido la causa principal.

La primera fase, sin embargo, desde Pío XII a la calle Francisco Lucero, en la que ya se puede ver el trazado del nuevo carril bici avanzado y donde queda reponer la solería, es probable que abra al paso del peatón a finales de la próxima semana.

Esas son las fechas que baraja el gobierno local, aunque el alcalde ha advertido que todo ello, si no surgen más problemas, que espera que no. Lo que sí ha querido dejar claro es que nadie más que él quiere que la obra avance, pero los imprevistos han sido insalvables. En cualquier caso, ha querido hacer hincapié en que una vez terminada, se está hablando de una gran inversión para el paseo marítimo con 423.000 euros en remodelar la solería de la zona de los pinos, trazar un carril bici señalizado en condiciones, y sustituir la balaustrada por una más acorde; otros 424.000 euros para el proyecto de mejoras en la iluminación con farolas con brazos más alargados y luces led; y 113.000 euros para mejorar los accesos a la playa para personas con movilidad reducida.

Tras exponer esta primera parte, se dio la oportunidad a los vecinos de tomar la palabra y  fueron varios lo que hicieron uso de ella para exponer quejas generalizadas especialmente, centradas en la escasa accesibilidad a la playa que tienen este verano en unos casos por falta de pasarelas que otros años se han colocado y en otros, directamente por culpa de la obra; algo que el alcalde se comprometió a solucionar de forma inmediata, al menos, las que fueran más urgentes porque han sido varias las personas en sillas de rueda que han expuesto esta dificultad.

El tipo de vegetación elegida para el paseo marítimo, la necesidad de más accesos a la playa que no supongan una barrera arquitectónica insalvable, la falta de presencia policial, la presencia de ratas en algunas zonas o la escasa iluminación en el tramo de pinares, así como la necesidad de limpieza en varios puntos, han sido algunas de las quejas expuestas por los vecinos de las que el alcalde ha tomado nota, e incluso los delegados de Playa y de Limpieza, Manuel Jesús Puyana y Jesús López Verano, que también han intervenido al aludir a sus competencias.

Quizás, tras resolver dudas sobre las obras del paseo marítimo, que a excepción de las molestias, ha quedado más o menos clara la actuación y los problemas, la mayor queja ha estado en la accesibilidad general a la playa explicando el alcalde que hay prevista actuaciones en las bajadas del bar "El Rompidillo" y a la altura de la calle Sagrado Corazón de Jesús y que es a la Demarcación de Costas a la que compete, y se está trabajando en ellas.  Además, ha hablado de la nueva pasarela de madera elevada que se colocará en la playa entre Francisco Lucero y la bajada del bar "El Rompidillo" y la compra de material para hacer más cómoda la presencia de personas con movilidad reducida en la costa roteña. Adquisiciones que se verán este verano.

Por último, el alcalde ha referido la situación del bar "El Rompidillo" que se ha sacado a licitación, estando aún abierto el plazo para presentar ofertas, y estima que entre un trámite y otro,  pueda estar en explotación y abierto a mediados de 2023 dando servicio de hostelería a la zona. Javier Ruiz ha recordado que hasta el 12 de julio las empresas interesadas pueden presentarse y que de momento, se ha sacado por un canon de 800 euros mensuales con una concesión por 20 años.

En términos generales, la reunión ha servido para despejar dudas y exponer quejas y aunque ha habido intervenciones de gente enfadada y molesta, los vecinos han agradecido que el alcalde de Rota haya ido hasta su barriada al menos, a dar la cara y exponerse en público.