Tenemos una sociedad en la que nos cuesta mostrarnos amables con los demás y ver en los demás esa actitud amable. Debemos recordar que la sonrisa nos diferencia de los demás seres vivos. Además nos debemos acostumbrar a sonreír más. Por otro lado, la necesidad y la intención de nuestra socialización no es otra que la de no encontrarnos solos.

Ante la posibilidad de encontrarnos solos en la sociedad, creo que es una opción posible pero con matices. A la gran mayoría de las personas les da miedo la soledad y por eso se reúnen en sociedad. A mí, no me importaría estar solo un tiempo determinado, de forma que con esa soledad muchas veces valoramos mejor la socialización que realmente necesitamos. Esa soledad momentánea se disfruta porque sabemos que es efímera y nos prepara para una vida en comunidad de la que disfrutamos posteriormente. Por supuesto, esa compañía debe ser buena, con personas que sepan aportarte algo bueno como alegría, amor, bondad,… de forma desinteresada y verdadera. Con sonrisas verdaderas y no fingidas. Pero además debemos ser nosotros recíprocos y saber dar igual que recibimos.

En conclusión, nuestra vida en sociedad sería enormemente más alegre, verdadera y productiva tanto para nosotros como para las personas que nos acompañan.

Carlos Ameneiro Vizcaíno