Las jornadas de luto acabaron en la noche de este Viernes Santo cuando la Hermandad del Santo Entierro de Cristo y Soledad de María Santísima volvieron a su capilla tras una estación de penitencia completa en la que brilló el sol acompañado de unas buenísimas temperaturas.

Con el Cristo yacente en la calle desde las ocho de la tarde y Soledad de María Santísima minutos después, esta cofradía se lució como le gusta  hacer, por rincones especialmente emblemáticos como el Arco de la Villa, pero fueron muchos otros puntos del itinerario los que aprovecharon para mostrar su presencia en la calle con un cortejo formado por unos 200 hermanos en total, sumando penitentes, costaleros y mujeres de mantilla. Especial relevancia tiene en esta hermandad  la presencia femenina no solo por ir en el cortejo luciendo la mantilla española, de luto, sino como parte de los hermanos que visten la túnica o como costaleras del paso de Cristo. Un año más, como decía en los días previos el hermano mayor, Juan Antonio Martín, las mujeres destacan en esta hermandad junto a los niños que forman la cantera de la que debe nutrirse para continuar su labor en el futuro.

La Hermandad del Santo Entierro que ha ganado mucho en los últimos años, va introduciendo novedades que le permiten lucirse mejor en la calle y por ello, suele gustar verla envuelta en ese aire de luto que todavía marca el Viernes Santo.

Los roteños y muchos turistas que están en estos días en Rota, pudieron ver un cortejo de hermanos penitentes portando cirios, varas e insignias y representantes de otras hermandades de la villa con quien el Santo Entierro comparte hermanamiento o sede canónica, arropando el discurrir de Cristo en el lecho mortuorio y su madre al pie de la cruz, ambos escoltados por la Guardia Civil, cuerpo que es hermano honorario de la hermandad y que, como ocurre cuando procesionan los agentes de la Policia Nacional o Protección Civil en el caso del Cristo del Amor, dan prestancia y engrandecen la Semana Santa de Rota.

Los estrenos que cada año lucen los titulares, y que en el caso del Santo Entierro, como se pudo ver, era el sudario de Jesús, de oro y con el interior forrado en seda salvaje, además del sudario de la cruz de la virgen que también estrenaba el  juego de puños y tocado  de encaje de aplicación de Bruselas y el pañuelo, siendo las tres piezas del siglo XIX, permiten hacerse una idea del esfuerzo de las hermandades por que sus titulares estén espléndidos en sus salidas procesionales. La Soledad, como siempre, lo estuvo, y lució con los acordes que la Banda Musical Gastoreña le dedica desde el año 2000, especialmente, a su paso por rincones más oscuros y estrechos donde queda retratado el trabajo de costaleros y capataces.

La Hermandad del Santo Entierro, que comparte jornada con la Hermandad de la Veracruz, con quien se encuentra en un punto del itinerario, sigue apostando por poder procesionar el Sábado Santo y con ello, evitar esta coincidencia y que cada cofradía tenga su día especial, pero de momento, y aunque llevan ya años solicitándolo, no ha sido posible. Confían en que en 2023 pueda llevarse a cabo. De esta forma, se evitaría contratiempos como el de la pasada estación de penitencia donde pese a que ambas hermandades se coordinan para no interrumpirse mutuamente, finalmente, siempre hay una que debe esperar a la otra. En este caso, fue especialmente pesado para los ciudadanos e incluso para los miembros del cortejo tener que esperar casi una hora desde la esquina de Charco con Isaac Peral hasta llegar al Arco de la Villa. Los del Santo Entierro tuvieron que hacer tiempo parados en plena calle hasta que Veracruz terminó de pasar por la plaza de Andalucía porque llegaron antes de tiempo. De hecho, eran las once de la noche y ya estaban en el tramo final cuando su recogida no le tocaba hasta la una de la madrugada. Por lo tanto, para un recorrido tan corto tardaron casi dos horas, lo que llegó a desesperar al público que estaba en plaza de España que se vio recompensado por ver pasar los dos pasos, especialmente el de la Soledad, por debajo del Arco de la Villa; el único que lo hace en toda la Semana Santa de Rota y que es un trabajo de equilibrio para los costaleros. 

Dado que tenían tiempo de sobra, llegaron hasta la parroquia de la O para su recogida a paso lento dando tiempo también a quienes fueron a ver a la Veracruz en su final en San Roque a llegar a Bartolomé Pérez y con ello, tener una entrada en capilla más lucida.

Al margen del contratiempo de la espera de cortejo, el Santo Entierro disfrutó de una estación de penitencia para la que había muchas ganas. Con el fin de su estación de penitencia se puso punto final al luto y comienza la cuenta atrás para el Domingo de Resurrección que da sentido a la fe católica.

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