A punto de cumplir sus 87 años y de ellos, 73 dedicados a la poesía, el poeta Ángel García López ha recibido en la mañana de este sábado el XIII Premio de las Letras Andaluzas "Elio Antonio de Nebrija", que otorga la Asociación Colegial de Escritores de España (Sección Autónoma de Andalucía). Ha sido en su Rota natal donde la entidad que defiende los derechos de los escritores y pone en valor la trayectoria poética de aquellos que han dedicado toda una vida a la palabra, ha decidido entregarle la medalla de oro y un cuadro de la artesana cordobesa Antonia Herrera. 

Rodeado de amigos, familia y representantes del mundo de la cultura, además de miembros de la Corporación municipal, el querido Ángel García López ha recibido un reconocimiento que, sin querer caer en el tópico habitual de manifestar no sentirse merecedor del mismo, ha celebrado haberse merecido aunque sea un poco.

Ha sido un acto extenso, que comenzaba con la intervención de Manuel Gahete, presidente autonómico de la asociación,  destacando la figura de Ángel García López como todo un referente en el mundo de la poesía. Desde el inicio, agradeció al Ayuntamiento de Rota las facilidades para poder celebrar este acto en la localidad natal del autor, que se ha sentido hoy arropado por su pueblo.

La música ha querido estar presente desde el principio, y lo ha hecho con la interpretación de Maite Menéndez de dos de los poemas del protagonista del acto a los que puso música. De hecho,  la cantautora quedó en 2004 tan fascinada por la obra de este poeta roteño que llegó a editar su disco "Ocho poemas de Ángel García López", reconociendo que ha sido, sin duda, su proyecto más difícil y a la vez gratificante. Su dulce voz poniendo musicalidad a los versos del que es considerado uno de los referentes más importantes de la poesía contemporánea, hacían arrancar un acto lleno de alabanzas al escritor que, aunque afincado en Madrid, tiene siempre muy presente al pueblo que lo vio nacer y crecer. 

Ángel García López es admirado y querido a partes iguales. Así quedaba claro en las intervenciones de los miembros de la Asociación Colegial de Escritores en Andalucía, entre los que estaba Manuel Rico, presidente nacional, y Manuel Gahete, presidente autonómico. El primero de ellos, aprovechó su intervención para recordar cómo a finales de los años 60 y principios de los 70, a Madrid llegaban los primeros poemas de un poeta andaluz que estaba rompiendo moldes, con un lenguaje nuevo, que aunque se asemejaba a los clásicos, era totalmente diferente. Su larga vida dedicada a la poesía y esa búsqueda permanente  del lenguaje, lo han llevado a ser elegido para este premio, de gran prestigio andaluz.

Incidía en esta idea la directora general de Innovación Cultural y Museos de la Junta de Andalucía, Pía Halcón, que  excusando la ausencia de la consejera, reconocía la valía del poeta. Para apoyar esta idea, la representante de la Junta de Andalucía quiso compartir en el acto varios mensajes de antiguos alumnos de Ángel García López en su etapa de profesor. Y es que cuando se enteraron de que había sido elegido para este XIII Premio de las Letras Andaluzas, en un grupo de Whatsapp, aquellos que fueron jóvenes alumnos del poeta roteño, no dudaron en recordar maravillosos años.

No hay mayor orgullo para una persona que saberse querido, y Ángel García López puede estarlo porque a juzgar por esos mensajes, marcó a muchos jóvenes escritores que hoy lo señalaban como un buen tipo, un buen hombre, gran profesor y una persona que les contagió el amor por las letras.  Como decía Pía Halcón, es justo reconocer la trayectoria de este escritor dedicado en cuerpo y alma a la poesía, algo que quedó claro en la lectura del acta de concesión de este premio, que leyó el secretario de la Asociación Colegial de Escritores de España (Sección Autónoma de Andalucía), José Sarias, que además de agradecer al Ayuntamiento la cesión del Palacio Municipal Castillo de Luna para este acto, y  a la Fundación Unicaja y a la Junta su colaboración, quiso destacar que, por unanimidad, los 19 miembros de la junta de gobierno decidieron que este premio fuera para un hombre como Ángel que "se asemeja en todo a nuestros clásicos y es, a la vez, diferente porque atesora el legado de la tradición y la acrisola con su manera singular de convertir lo gregario en señero".

José Sarias decía de él, que es  "uno de los más imitados e inimitables poetas españoles de todos los tiempos y una de las voces más sólidas y versátiles de la literatura contemporánea, formando parte indiscutible del patrimonio literario andaluz, español y universal".

Reafirmaba la descripción José Jurado, profesor de la Universidad de Cádiz, que se encargó de leer la semblanza del protagonista de la mañana, que en el centro del salón capitular del Palacio Municipal Castillo de Luna, oía con emoción las palabras dedicadas a su persona.

José Jurado fue extenso en su intervención porque de Ángel había mucho que decir y contar. Su amplio registro poético,  su sentido de la perfección estética,  su conciencia lingüística, su preocupación por el fondo y la forma a la hora de expresarse, su rigor en la construcción poética, su virtuosismo y su capacidad de hablar de lo eterno y lo mundano,  de la búsqueda de la identidad colectiva,  del sentimiento amoroso, de la belleza física, y de otros tantos temas, le han hecho valedor, decía este profesor de la UCA, de un reconocimiento que es solo una parte de lo que Ángel García López ha dado a muchos de sus lectores.

Fueron el alcalde de Rota, Javier Ruiz, y los presidentes nacional y autonómico de la Asociación Colegial de Escritores, los que entregaron al poeta homenajeado la medalla de oro que acogió con emoción y mucho agradecimiento. En su intervención, Rota y  Andalucía estuvieron muy presentes como  pilares fundamentales en su inspiración.

Ángel García López se mostró unido a la poesía por siempre y para siempre, salida y meta de su vida, recordando que en sus años de niñez, fue paradójicamente  feliz cuando corrían tiempos de posguerra. Él, decía, encontraba la belleza en las calles de Rota y eso que lo bello era un término muy maltratado en aquella época. Siempre buscó con su escritura aproximar su alma a la poesía, razón de ser de su vida. 

El poeta hizo gala de su verso, de su amor por la palabra, su pasión por el mar, el sol andaluz y la belleza de esta tierra y con ello, mostró su agradecimiento al Dios que lo hizo ser andaluz y a los que hoy le reconocían con un premio que llevará en su corazón para siempre.

 Tras sus palabras, intervenía el alcalde de Rota, Javier Ruiz, que felicitaba a Ángel García López por este premio que es un "homenaje a la obra, la trayectoria personal y literaria de un andaluz grande de nuestras letras y nuestra poesía. Un ilustre paisano y un roteño universal".

Ángel, decía el regidor roteño agradecido por poder acoger en Rota la entrega de este prestigioso premio,  ha sido y es un referente en el horizonte literario, y  "supone un atractivo para traer hasta nuestras costas a la intelectualidad nacional. De su pluma nacen las estrofas que iluminan, entre otros, los comienzos de nuestro también admirado Felipe Benítez Reyes", indicaba Javier Ruiz alabando la trayectoria del poeta que ha situado a Rota dentro de la historia de la poesía.

Orgulloso como alcalde, manifestaba la suerte de tener en la localidad a dos ilustres Premios Nacionales de Literatura como Felipe Benítez Reyes y el protagonista de hoy, Ángel García López, ambos con calles y versos dedicados en el casco histórico de la villa que les rinde pleitesía.

La música volvió a tener protagonismo para finalizar el acto, esta vez, de manos de Enrique Galán Borreguero  al piano que interpretó una pieza a la que siguió junto a Paola Cháves, el himno de Andalucía.

La foto de familia final dio por concluido un acto que puso de manifiesto el valor fundamental que en las letras y la poesía significa el ilustre roteño que ha sido merecedor de un reconocimiento que ya comparte con otros escritores andaluces por lo que esta tierra siente orgullo.