Sufrir el acoso reiterado de un grupo de menores, que entra en la tienda, toquetea artículos, juegan con ellos,  los tiran,  molestan a los clientes e incluso les roban, es el panorama al que se viene enfrentando desde hace algunas semanas un comercio de Rota. No saben muy bien por qué se han convertido en objetivo de unos menores que solo les están trayendo molestias y aunque el pasado martes cursaron la correspondiente denuncia en la comisaría de la Policía Nacional de Rota porque detectaron varios robos, han querido hacer pública su indignación y también su miedo, pidiendo soluciones.

Para empezar, los dueños de este negocio, la tienda friki situada en la avenida de la Mancomunidad, no entienden cómo un grupo de entre seis y ocho niños con edades comprendidas entre los 8 y los 13 años, están por las calles por la mañana en días lectivos en vez de estar escolarizados. Su petición empieza por la necesidad de que tengan un control porque son una pandilla más o menos conocida y que estos empresarios tienen plenamente identificados puesto que las cámaras de seguridad del negocio tienen captadas todas las imágenes de cuando entran, salen y cómo se comportan.  Este martes, junto a la denuncia que cursaron en la Policía porque les robaron tres artículos por valor de 90 euros, han adjuntado las imágenes probatorias de los hechos, por lo que esperan que alguien, si no es la Policía, los propios Servicios Sociales, ponga solución a la situación de este grupo de menores que se dedica básicamente, a incordiar el trabajo diario de las dependientas.

La situación está generando en las trabajadoras de este negocio bastante miedo y tensión, habiendo tenido que soportar en días pasados ser insultadas o amenazadas, y sobre todo, afrontar una jornada laboral sin saber si este grupo, a quienes tienen identificados, aparecerá para coger juguetes y manosearlos, caerlos al suelo o incordiar a los clientes, todo ello, con miedo a levantar algo más la voz o enfrentarse a ellos por miedo a represalias. De hecho, una de las trabajadoras lo hizo y acabó insultada y llorando ante la impotencia que supone no poder defender el negocio del que está a cargo. Según su versión, intentan provocarla para que los agreda, pero la cosa, de momento, no ha pasado a mayores aunque necesitan una solución.

La queja de los dueños de la empresa viene porque aunque han llamado a la Policía en varias ocasiones, desde la central del 091 en Cádiz, le han indicado en un par de ocasiones que, si no les habían robado no les enviaban patrulla al comercio, o el día que les robaron, como ya se habían ido los menores, que avisara de nuevo cuando volvieran. Una actuación que les parece del todo incompetente y que deja en un plano de inseguridad total a los trabajadores más que nada porque gracias a las imágenes que tienen grabadas por las cámaras, los podrían hacer cogido por los alrededores, indican los denunciantes. Es la queja de unos empresarios que tienen conocimiento de que estos chavales entran en similares circunstancias en otros negocios. Sin ir más lejos, ayer mismo, indican a este medio que robaron en un supermercado cercano y que no es la primera vez que lo hacen, además, entran en patinete en las instalaciones y básicamente, incordian, o como en el caso de la tienda friki, acceden sin mascarillas, etc.

Es verdad que en términos generales Rota es una ciudad segura, pero si no se hace nada con esta pandilla de menores, al que le toca aguantar esta intimidación en su negocio, tiene una sensación bien distinta, por eso, insisten en que al ser menores, se debería actuar porque además, los hechos se producen en muchos casos en horario de mañana.

Aunque la tienda "Villa Otaku es" la denunciante de esa situación, las trabajadoras indican que merodean por más comercios cercanos y sin ir más lejos, el pasado martes cuando la dependienta fue a interponer la denuncia correspondiente, vecinos de la zona le indicaron que cuando se fueron, los menores intentaron entrar en la tienda por los laterales por lo que la sensación de miedo e inseguridad es total.

Solo piden que se actúe y creen que la presencia policial puede disuadir a los menores de este tipo de comportamientos que llevan soportando semanas.  No es la primera vez que se enfrentan a esta situación, ya que los dueños del negocio, que tienen una juguetería en la zona, ya sufrieron el robo hace meses de una muñeca reborn, valorada en 300 euros, y aunque cursaron denuncia y tienen a la mujer que lo hizo identificada por las cámaras de seguridad, no se ha hecho nada porque la señora volvió a los meses y cuando las dependientas llamaron para decirle  a la Policía que estaba de nuevo allí, el agente, según la versión de la denunciante, le dijo que mientras no hiciera nada, no podían actuar. Tampoco pudieron hacer mucho más la vez que le robaron un patinete eléctrico valorado en 600 euros. Ya no son las pérdidas materiales, sino la sensación de no tener seguridad en su local pese a las cámaras de vigilancia que en todos los casos les ha valido para identificar a los autores de los robos, pero no para recuperar sus artículos y trabajar con la tranquilidad que cualquiera desea.

Ahora esperan que con la denuncia interpuesta hace dos días por el robo sufrido, reciban la atención que necesitan y que alguien tome cartas en el asunto con estos menores.