Diario del año del coronavirus
Si es que no hay manera
por Balsa Cirrito
Hace años leí no sé dónde la frase de un científico holandés llegado a España durante el siglo XVIII. El hombre venía a decir algo así como: “no sé qué maldición cae sobre este desgraciado país; invierte sumas enormes en ciencia sin alcanzar resultados apreciables”.
Cuento esto, porque toda crisis del Coronavirus tiene para los españoles cierto sabor al que inventen ellos. Vemos – entristecidos – como muchos países han realizado importantes aportaciones a la investigación de la enfermedad. Españolas he oído pocas. Casi ninguna. Así, de memoria, solo me viene a la cabeza algo con los respiradores mecánicos. Teníamos, o eso se decía, una vacuna que iba a ser la caraba. Mejor que ninguna vacuna del mundo, mecagoenlaleche. Sin embargo, cada vez parece más lejana y, de hecho, se ha retrasado varias veces su puesta en marcha (lo mismo están esperando que salga la COVID 20 o la 21).
Desgraciadamente, es una constante de nuestra historia. Hay campos para los que los españoles parece que no estamos muy dotados (yo diría que la ciencia o la filosofía), y otros en los que sí damos el palo con todas las de la ley (en general, en las artes plásticas, particularmente en la pintura, lo cual, curiosamente, es exactamente lo contrario que les ocurre a los alemanes, que destacan mucho en filosofía y ciencia, y flojean más en la pintura) (la cocina alemana también es horrible, hay que decirlo).
Normalmente, esa relativa penuria española en la ciencia se suele atribuir, de una forma nebulosa, a “la falta de ayudas”, entendiendo por ayudas, las del estado, claro está. Y no sé yo si llevan razón quienes estas cosas dicen. O sea, ni Newton ni Galileo tuvieron subvenciones oficiales. Supongo yo que la culpa, más que de sucesivos gobiernos (es decir, todos desde los Reyes Católicos para acá) depende de la falta de estímulos privados y de la tradicional falta de interés del macho (y de la hembra) ibérico por esta clase de asuntos.
Se dice que esto está cambiando. No estoy seguro. Es verdad que ahora hay muchos jóvenes españoles inclinados a los estudios científicos; ya es algo (de hecho, es bastante), pero juraría que se trata de un interés tirando a utilitarista. La ciencia en su pureza, como ideal de estudio, de investigación y reflexión, no me parece que cuente tantos adeptos (ojalá me equivoque). No soy de los que cree que todas las razas son exactamente iguales en sus capacidades, aunque suene un poco incorrecto, y puede que los españoles estemos genéticamente incapacitados para la ciencia (he dicho “estemos”, en primera persona del plural, para quedar bien, pero lo cierto es que como yo soy medio italiano no entro exactamente en el paquete), por lo cual, se me ocurre una idea para mejorar nuestras prestaciones científicas.
A ver, igual suena un poco bestia, pero el primer trasplante de corazón también tuvo que parecer algo gore cuando se empezó a hablar de él. Lo que digo es que la solución a este problema yo la veo muy clara. Si los españoles genéticamente no estamos muy dotados para la ciencia y los alemanes sí, no hay que ser Sergio Ramos para adivinar la medida adecuada.
Y la solución es, oh jóvenes hispanos, zumbarse a las alemanas. Eso los chicos. Las chicas, zumbarse a los alemanos. De esta manera, tendríamos a descendientes que serían potencialmente grandes científicos o grandes filósofos, gracias a la sangre germánica; y extraordinarios pintores, por la estirpe española. Créanme, nunca ayudar a nuestro país fue tan divertido, y jamás resultó tan patriótico un acto de amor.
Aunque igual podría ser que ocurriera como en la famosa anécdota atribuida a Bernard Shaw e Isadora Duncan (aunque también a Einstein y Marilyn Monroe).
Ella: Usted y yo deberíamos tener un hijo. Imagínese qué privilegiada sería la criatura que heredara su inteligencia y mi belleza.
Él: Nada me complacería más, mi querida señora. Pero, ¿no sería arriesgarse demasiado? Imagínese que heredase mi belleza y su cerebro…
Con lo cual los descendientes de la mezcla hispano germánica serían no solo malos científicos, sino también execrables pintores y horribles cocineros. Si es que no hay manera.



































incrédulo | Viernes, 31 de Diciembre de 2021 a las 19:03:51 horas
Ni todos los Alemanes son rubios ni todos los Españoles son morenos, ni unos son todos inteligentes y otros todos tontos.
La verdad es que en España hay un grado muy alto de pesimismo o negacionismo, todo lo que viene de fuera nos parece mejor y no es así.
La historia nos demuestra que en cualquier campo ha habido y hay Españoles dignos de admiración ya sea en el arte ( Músicos, Poetas, Pintores, Escultores, Arquitectos, Etc...) En Literatura, ( Escritores, Dramaturgos, Comediógrafos Historiadores, Etc....) En Deportes( Futbol, Tenis, Boxeo, Golf, Ciclismo, Vela, Etc..) En Navegación( Marinos, Descubridores, Pilotos, Astrónomos, Geógrafos Etc...) Militares,.... E incluso Políticos que nos llevaron (Siendo un pequeño Pais) a dominar el Mundo. Si España hubiera tenido dos millones de Habitantes más .......
Seguro de que en España hay buenos Políticos, Yo no conozco a ninguno.
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