En la madrugada del sábado 30 de octubre al domingo 31, los españoles tendrán que cambiar sus relojes y atrasarlo. Cuando sean las 3.00 horas volverán a ser las 2.00, de modo que ese día, se le gana una hora al calendario. Se entra así en el horario de invierno que obliga a todos los países de la Unión Europea a ajustar su reloj para aprovechar mejor la luz del sol y así gastar menos electricidad.

Es un debate abierto desde hace años que no termina de culminar, ya que hay agentes que quieren eliminar esta costumbre, pero lo cierto, es que no acaba de llegarse a un acuerdo por lo que de momento, el último fin de semana del mes de octubre hay que realizar este cambio en el reloj.

España no es el único país que deberá atrasar su reloj, ya que todos lo países de la Unión Europea cambiarán su hora para ajustar la jornada laboral a las horas de luz natural. Con este cambio, amanece y anochece una hora antes. Será en el mes de marzo cuando se produzca un nuevo cambio para entrar en el horario de verano.