Vecinos de la avenida Domingo Sánchez Rizo se quejan de la falta de mantenimiento que tiene esa zona, situada en los nuevos suelos, y que poco a poco, ya que no es una denuncia nueva, ha provocado que las ratas vayan anidando. Hasta ahora, las han visto correr con impunidad por la zona, de 4 a 5 de una vez por los alrededores de la parcela donde se empezó a construir el nuevo colegio y espacios colindantes.

Entienden que es una parte de Rota que aún no está urbanizada del todo, y que de unos meses a esta parte está habiendo mucho movimiento de tierras por nuevas obras, pero saben concienzudamente que la falta de limpieza, con vegetación muy crecida y también, los asumen, el incivismo de algunas personas que arrojan basuras, han provocado numerosos nidos de ratas a juzgar por la presencia frecuente de los roedores ya no solo en los alrededores sino en sus propias viviendas. Es aquí cuando se deciden a hacer esta denuncia pública, hartos de vivir en una zona donde creen que el servicio de limpieza es insuficiente, donde hay contenedores soterrados de basura que no están operativos y por donde no se pasa a limpiar, pese al pago de sus recibos como el resto de ciudadanos, según denuncian. 

El problema, como han trasladado varios vecinos a este medio, es que esa falta de mantenimiento ha provocado que las ratas estén entrando en las viviendas. Sin ir más lejos, Daniel, un vecino de la zona, ha visto cómo esta semana, una rata, o quizás varias, le han roído toda la instalación eléctrica que tenía colocada en su terraza encontrándose cables pelados, alargaderas rotas, un intento de anidar de la rata en un terrario que tenía en el patio y varios destrozos más. Este vecino explica que se dio cuenta porque el  interruptor del diferencial de la luz le saltó en dos ocasiones durante la madrugada y al amanecer vio cómo la instalación eléctrica que tenía con luces led en su terraza, acopladas a listones de madera laterales, estaba destrozada.  No ha sido la única vez en estos 9 años que ha tenido alguna experiencia con los roedores, ya que ha vivido otros intentos de que anidaran en sus terrarios y le han roído mosquiteras, pero en esta ocasión sí ha tenido el destrozo más grande, que rondaría los 250-300 euros.

También ha tenido una experiencia similar Rafael, que tuvo a una rata en su casa hasta cuatro días, cuando por fin con una trampilla pudo darle caza. Ha sido este verano y la detectó porque el tubo de desagüe de su fregadero soltaba agua, pensó que con el tiempo se había podido deteriorar, así que compró uno nuevo que, al día siguiente, mostró el mismo problema, y pensó que podría venir deficitario, así que por tercera vez, realizó la misma operación  cuando de repente su mujer vio una rata en la cocina y ataron cabos.  Rápidamente puso veneno -que la rata se llevaba pero volvía al lugar-, selló las ventanas y puertas pero no sirvió de nada ya que durante cuatro días tuvo que estar comiendo y cenando en la calle por miedo a encontrar al roedor, especialmente su esposa y su hija, hasta que con una trampilla pudo darle caza. Mientras, vio como la fruta de su frutero estaba roída,  la mosquitera mordida e incluso el rodapié de la cocina con huellas de un intento de escape del animal. Pese  que movió muebles y electrodomésticos, la rata no aparecía así que fueron días tensos hasta que al final, entró en la trampa y pudo librarse de ella. Ahora teme que al no ser su vivienda habitual, entren de nuevo y aniden, por eso, le pide a un familiar que cada 3-4 días acuda a echar un ojo.

Cristina es otra vecina que aún viviendo en un segundo piso, ha visto excrementos de rata en su balcón y alguna bolsa de basura, que había sacado de forma momentánea para tirarla al día siguiente, estaba rota y mordida. También su vecino de abajo  tuvo su presencia en la terraza, entre macetas,  y ya no quiere ni contar las que ve a diario desde su ventana en la parcela del futuro nuevo colegio.

Hay más vecinos con experiencias desagradables de este tipo y todos coinciden en reconocer que es una zona que se está urbanizando, que hay movimientos de tierra y es normal que haya alguna, pero creen que la falta de limpieza ha favorecido la creación de nidos y tienen la sensación de estar rodeados.

Por eso, y aunque aseguran que ya lo han hecho saber al Ayuntamiento de Rota en estos nueve años, piden una vez más que alguien actúe, que quiten la basura que se acumula y limpien de vegetación toda la zona porque eso solo favorece que más roedores acudan.  Se sienten que viven en un sitio de tercera, donde pese al alto precio que pagan en su recibo de basura, no ven que el servicio se preste, por eso, están indignados.

Ver ratas en el exterior desde casa es desagradable, pero tenerlas dentro aún lo es más, concluyen esperando que el gobierno local tome cartas en el asunto.

No es el único punto

Este no es el único punto conflictivo con roedores que denuncian los vecinos. Hace unas semanas, también un usuario de la playa de Galeones se ponía en contacto con este medio para denunciar la presencia de ratas en la playa, husmeando incluso entre los enseres de algunos usuarios. Una situación que también entiende que es por dejadez en esa zona donde se ha permitido con el paso del tiempo que los roedores hayan encontrado un sitio donde anidar. La preocupación venía por la cercanía a la que en varias jornadas de playa pudieron ver a varias ratas muy cerca de las personas que se encontraban disfrutando del sol y el mar.