Un sí salva vidas. Es el resumen de la campaña de concienciación que hace años está muy presente en Rota y que hoy queda reforzada más que nunca, con el monumento que el Ayuntamiento ha dedicado a quienes en un gesto extraordinario de generosidad, deciden que cuando un ser querido pierde la vida, sus órganos ayuden a otros enfermos a salvarla o mejorarla. También es un monumento a los cientos de donantes anónimos de sangre, tejido o células y a quienes en vida, deciden desprenderse de una parte de sus cuerpos para ayudar a otros.

Donar salva vidas y eso lo saben bien muchas familias de Rota que hoy estaban presentes como protagonistas en el descubrimiento de un monumento en la rotonda que ya en 2018 se rotuló dedicada a los donantes. Desde hoy, gracias al impulso y empuje de José Ignacio Ruiz-Herrera, que ha llevado por bandera la campaña de donaciones en Rota, y gracias a la colaboración del Ayuntamiento que ha hecho posible este gesto, hay una gran veleta con forma de corazón, de color rojo, en cuyo interior se lee dona vida. De este modo, se pretende que el mensaje esté siempre muy presente y que todos los ciudadanos que pasen por la avenida Príncipes de España en su confluencia con la calle Rubén Darío lo tengan en mente. Porque como ha dicho el director de la Unidad de Trasplantes de la UCI del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, José Pérez Bernal, donar es una cuestión de educación, de valores, y sobre todo, de generosidad, por eso, tanto él, como el resto de intervinientes en el acto presidido por el alcalde de Rota, Javier Ruiz, han dado las gracias a aquellos que en momentos complicados cuando muere un familiar, deciden que sus órganos sigan viviendo en el cuerpo de otras personas para las que su única esperanza es precisamente, ese gesto solidario anónimo.

En el acto de descubrimiento de este monumento dedicado a donantes vivos, trasplantados y familiares de donantes, se ha congregado un buen número de ciudadanos que han querido así arropar este acto sencillo, pero emotivo, especialmente, cuando el doctor José Pérez Bernal ha ido haciendo referencia a algunas de las situaciones que ha vivido como director de la Unidad de Trasplantes.  Muchas de las caras que estaban hoy presente las conoce y ha vivido de cerca sus historias, desde personas que perdieron a un hijo y decidieron donar, a aquellas que en vida donaron un órgano a un familiar cercano, o aquellos que han visto la esperanza de vida renovada gracias a esas donaciones. Momentos emotivos que han llevado a la reflexión de todos los presentes, precisamente, lo que se quiere conseguir con este monumento tan vistoso, diseñado por la roteña Rocío Ruiz, y llevado a cabo por el equipo de la delegación de Fiestas capitaneado por Ismael Puyana.

Como decía la delegada de Fiestas, Laura Almisas, su delegación está acostumbrada a llevar adelante encargos efímeros como decoración de carrozas, colocación de escenarios y otros eventos puntuales,  pero este encargo, el de un corazón que representara la vida, era especial por su significado y porque perdurará en el tiempo. Por ello, se ha mostrado convencida de que ha sido una buena decisión la colocación de este monumento para que todos los ciudadanos que pasen por esta rotonda tengan presente que donar sangre, tejido, órganos o células  es valorar la vida más allá de uno mismo.

Miguel Ángel Baena,  enfermero coordinador de trasplantes del Hospital Virgen Macarena, y Antonio Chacón, coordinador de la unidad de  donantes de sangre, han coincidido en agradecer al Ayuntamiento de Rota este gesto necesario para que cada vez, la sociedad vaya sintiendo más cerca este mensaje. Hay una larga lista de espera de personas cuya única alternativa médica para seguir viviendo es la decisión de una familia anónima de donar los órganos del ser querido que acaba de perder, y cuando se produce ese milagro, es una plena satisfacción. Por eso, han animado a pedir información, porque con la información desaparecen los miedos y personas que mueren dejan vida a su marcha. 

Antonio Chacón se ha referido también a los miles de donantes de sangre anónimos que también juegan un papel fundamental en la calidad de vida de enfermos o pacientes que necesitan este recurso vital. Por eso, ha agradecido a los roteños su solidaridad y en especial a los dos colegios que prestan sus instalaciones para las colectas en la localidad, como el Maestro Eduardo Lobillo y el San José de Calasanz.

Para ellos, como sanitarios, es imprescindible que haya donantes, porque sin estos, por mucho que avance la ciencia, no se pueden salvar algunas vidas que dependen de esos órganos.

Emotivo ha sido el discurso  de José Pérez Bernal, toda una eminencia en trasplantes, que ha querido poner en el centro de este acto a los héroes anónimos que salvan la vida de otros. Teniendo cerca a un grupo de donantes, familiares de donantes y trasplantados, los ha puesto de ejemplo de vida y de generosidad, dos de las palabras más utilizadas en las intervenciones de esta tarde. José Pérez se ha alegrado de ver a jóvenes que fueron en su día trasplantados de médula, o a una mujer que donó un riñón a su hermano, a las familias de un niño y un joven que murieron y decidieron donar salvando otras, o a los trasplantados que tienen una nueva oportunidad de vivir sin estar enganchados a una máquina. Todos, les decía el  director de la Unidad de Trasplantes del Virgen del Rocío,  son protagonistas de esta historia y parte de un monumento que entre todos, han descubierto.

Pero si ha habido alguien destacado en este acto, ha sido el artífice de este homenaje, José Ignacio Ruiz-Herrera Puyana, la persona que lleva años moviendo una pancarta en la que se lee "Hazte donante, regala vida" y que ha pasado por eventos de todo tipo de la localidad con el único fin de seguir impulsando este mensaje. Hoy estaba muy emocionado, reconocía que se cumplía un sueño y agradecía a todos los presentes su participación. Precisamente, no era una jornada feliz para él porque su hijo Quique, al que donó un riñón en vida que luego este rechazó, no tenía hoy buenas noticias de salud tras su revisión en Sevilla, pero lejos de amedrentarse, ha decidido apretar los dientes y tirar hacia adelante. Por eso, hoy era un día duro, bonito por tener el gran corazón de los donantes en una rotonda situada en uno de los puntos más transitados de la localidad, pero complicado porque la salud de su hijo se resiente. Aún así, como ha demostrado en todos estos años, su lucha no se quiebra, se hace más fuerte en la adversidad y mirando al cielo, ha dedicado este monumento a los ángeles que se fueron dejando una esperanza de vida que para otros estaba casi perdida.

José Ignacio Ruiz-Herrera ha agradecido al Ayuntamiento de Rota, al alcalde Javier Ruiz, a la Corporación municipal presente en el acto, a la delegación de Fiestas, a Rocío Ruiz por diseñarlo, a Modus Rota y a la delegación de Servicios Municipales que entre todos, hayan hecho posible un deseo que tenía desde hace tiempo para que quede constancia de que su pueblo abandera un mensaje de vida como este.

Por último, y tras entregar un par de recuerdos a José Pérez Bernal y a José Ignacio Ruiz-Herrera, el alcalde de la localidad tomaba la palabra para no salirse demasiado del discurso pronunciado ya por el resto de intervinientes. Aparte de los agradecimientos, ha mostrado de nuevo su orgullo por los roteños y su generosidad que ha dicho, se hace patente en muchos gestos y labor callada que es necesario que se conozca para valorarla.

Esta veleta en forma de corazón tiene el norte, el sur, el este y el oeste vinculado a la sangre, los órganos, el tejido y las células como muestra del mensaje potente que se quiere enviar con un monumento que es mucho más de lo que se ve, que esconde historia de donantes y trasplantados, historias de vida y de humanidad.

Javier Ruiz ha destacado la labor de los sanitarios en estos tiempos de pandemia y ha reconocido la necesidad de crear una sociedad empática, que debe valorar lo que de verdad importa y a ello, se suma el Ayuntamiento de Rota que desde el principio ha apoyado cada una de las campañas que han ido en este sentido.

Desde hoy, este corazón dedicado a los donantes forma parte del paisaje urbano de Rota y con él se quiere remover la conciencia de los ciudadanos para que entiendan que un gesto solidario como la donación, es vida.