LOS PACTOS POST-ELECTORALES

  
  
Tras las constitución de las corporaciones municipales el pasado día 11 de junio, se observa, en algunas casos con cierta perplejidad, las “uniones” tan extrañas producidas y que se hayan repartidas por toda la geografía.
Y, no crean, “nadie” se salva de las salidas de los guiones dictadas por las altas esferas de los partidos políticos.

Resulta muy significativo que concejales electos de Izquierda Unida unan sus votos con concejales del PP para desbancar de la Alcaldía a un alcalde del PSOE. También se han dado casos de que PP y PSOE unan sus fuerzas para quitar de en medio a un alcalde de Izquierda Unida. No resulta raro, claro, que PSOE e Izquierda Unida impidan la llegada al poder municipal a los del PP, algo que ha ocurrido en la mayoría de los casos. Con el Partido Andalucista ocurre más de lo mismo, en unas localidades desbancan a los populares uniéndose al PSOE y en otras mandan a la oposición a los socialistas, pactando, en este caso con el PP.
Y “arriba”, el “mosqueo” que pillan es grandioso.

Nadie se preocupa de analizar la situación de cada sitio, y las fórmulas que se puedan aplicar para evitar estas situaciones que resultan rocambolescas a los ojos y oídos del foráneo.
Izquierda Unida defiende que las políticas económicas del PP y del PSOE son, si no idénticas, muy parecidas. De hecho, si el PP llegara a gobernar en los próximos años, que a nadie le quepa duda que no va a tomar medidas para paliar los ajustes económicos que recaen en las espaldas de la ciudadanía y que no va  a aflojar el cinturón apretado en que estamos comprimidos. El PP no va a mejorar la Reforma Laboral aprobada por el PSOE a favor de los trabajadores. Entonces, ¿por qué Izquierda Unida es capaz de ponerse de acuerdo con el PP en unas elecciones municipales para desbancar al candidato socialista? Sin pretender ser poseedor de la razón absoluta (¡válgame Dios!), estoy convencido que la causa se encuentra en la repetición de mandatos electorales. Cuando un alcalde o alcaldesa se perpetúa en el poder municipal adquiere, en muchos casos (no diré siempre), tal estado de prepotencia ante sus adversarios políticos que, a la menor ocasión que permita las matemáticas electorales, los partidos que “han sufrido los desprecios y el despotismo” unen sus fuerzas, sin entrar en planteamientos ideológicos, para enviar a la oposición al personaje en cuestión. ¿Cómo se corrigen estas situaciones? Creo, sinceramente, que los mandatos deberían estar recogidos en la Ley y no sobrepasar dos Legislaturas en cualquier caso.
Se evitaría también la “profesionalización” de los cargos públicos.

A algunos cargos públicos, la ciudadanía no los reconoce fuera de la Política, siempre lo han visto “trabajando” de político.
Ya he mencionado que estas alianzas “contranatura” se dan en toda la geografía española. Centrándonos en nuestra provincia, el caso más significativo de de este “juego” postelectoral ha sido el producido en Alcalá de los Gazules por ser un feudo socialista desde siempre. Tras 32 años de gobiernos ininterrumpidos del PSOE, el pacto entre PP e IU ha desbancado a los socialistas. Sin duda, este ha sido un claro ejemplo de indisciplina de partido. Pero,  cada “casa” es una historia y cada “pueblo” es un mundo. Una persona no es de izquierda por pertenecer a un partido político de izquierda, sino que tiene que actuar como tal.

En estas maniobras raras nos encontramos con el caso de Castellar, un pequeño pueblo de la comarca del Campo de Gibraltar, donde Izquierda Unida ha logrado la alcaldía con el apoyo del PP en detrimento del PSOE.
No se quedan detrás las uniones entre PP y PSOE. Si no en nuestra provincia, es verdad que en Cardeña (Córdoba), gobernará la única edil del PP con el apoyo de los cuatro concejales del PSOE para que no gobierne Izquierda Unida.
Ya ven, nadie se salva de la quema.

En nuestra vecina Chipiona, nuestro paisano Antonio Peña no ve alcanzar nunca el bastón de mando de la Alcaldía. Cuando fue el líder del PP en Rota no pudo llegar a ser alcalde por el pacto con Roteños Unidos que daba la alcaldía a Lorenzo Sánchez Alonso, pese haber obtenido más concejales que los independientes. Y ahora que encabeza la lista del PP en Chipiona y ser la lista más votada pero sin mayoría absoluta, los del PSOE chipionero le juegan una trastada y votan a la candidata de Izquierda Unida, Isabel Fernández, para que no gobierne el PP. Y todo ello sin el consentimiento de Izquierda Unida de Chipiona que siempre ha mantenido que no daría su voto para su investidura como alcalde al socialista Manuel García.
Como este artículo ha sido enviado antes de la reunión de la Asamblea de Izquierda Unida de Chipiona, tal vez se confirme que Antonio Peña sea alcalde de Chipiona.

Y en Rota ya lo saben ustedes. Al final, doña Eva Corrales y su equipo tendrán que apechugar con el mando en solitario, sin la ayuda de Roteños Unidos. Bueno, sólo será momentáneo, me atrevo a aventurar. Más temprano que tarde, el equipo de Lorenzo Sánchez formará parte del equipo de gobierno tras haber sido cumplida la penitencia impuesta a la alcaldesa por las declaraciones apasionadas que osó hacer tras el escrutinio de los votos y sentirse feliz por ser la suya la lista más votada.

Roteños Unidos no puede correr el riesgo de que el equipo de doña Eva Corrales sea capaz de sacar adelante la gestión sin su ayuda, lo cual los convertiría en “prescindible” a los ojos de la ciudadanía. Por ello vaticino un acuerdo antes de lo esperado.

Salud.


                                                                                                 ANTONIO FRANCO GARCIA