Pedro Cardeñosa
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FRACASO ESCOLAR
(Transcripción de entrevista de televisión en Canal Sur)
Entrevistador: ...Según el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación, casi la tercera parte de los alumnos españoles estudiantes de ESO, obtienen calificaciones negativas... Un 25% de los jóvenes no terminan sus estudios básicos de manera satisfactoria... Estos datos, unidos a los que reflejan el elevado nivel de absentismo escolar y de abandono, indican la existencia de un alto grado de fracaso escolar en nuestro país...
... ¿Cuál es el origen de este problema que vivimos en las aulas?
- Pedro: Es complicado establecer un origen único del problema. Lo cierto es que el origen es múltiple y son muchos los factores que intervienen.
Los diversos estudios llevados a cabo demuestran que existe una estrecha relación entre unos buenos resultados académicos y la procedencia social, principalmente su dependencia con el clima sociocultural de la familia y del entorno social.
Por eso, la lucha contra el fracaso en la escuela supone la puesta en marcha de programas globales que tengan en cuenta las dimensiones sociales, familiares y educativas. Las medidas aisladas o parciales han demostrado ser ineficaces, por lo que se requieren políticas económicas de ayuda y apoyo a los centros que escolarizan alumnos con mayor riesgo de abandono. Los expertos en educación recomiendan un menor número de alumnos por aula, un acceso diferenciado del profesorado y mayores recursos, además de una atención especial a los alumnos que viven en sectores sociales desfavorecidos.
El medio familiar en que nace y crece un niño determina unas características económicas y culturales que pueden limitar o favorecer su desarrollo personal y educativo. Para muchos expertos ningún factor es tan significativo para el rendimiento escolar como el clima escolar-familiar. La actitud hacia la educación, la cultura y la escuela que los padres y madres sean capaces de transmitir a sus hijos, ejerce una gran influencia en el proceso de enseñanza.
El número total de hijos y el orden de nacimiento que ocupa cada uno está relacionado inversamente con el rendimiento escolar. A mayor cantidad de hermanos se da también una mayor proporción de fracasos.
El nivel educativo del padre y de la madre también influyen en la aceptación de la escuela por parte del estudiante. Junto a ello, el ambiente cultural que los progenitores ofrecen a sus hijos ejerce una poderosa influencia en el proceso de desarrollo de la personalidad, la inteligencia y la socialización. Sin caer en una vigilancia abusiva y minuciosa de los trabajos del niño, es necesario una atención sobre sus libros, sus cuadernos y su horario, de tal manera que le ayuden a realizar por sí mismo aquello en lo que encuentra mayores dificultades.
- E: ¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos ante este problema?
- P: Los padres que se encuentren con este problema deben tener en cuenta que el primero que sufre es el propio niño, a pesar de que dé la sensación de que no le importa. Es una técnica defensiva. Él no puede aceptar su fracaso y entonces, para justificarlo, él mismo adopta una conducta rebelde y desinteresada.
Debemos motivarle y hacerle ver que no tiene por qué conformarse con los suspensos. Es importante que no asuma este papel de fracasado. Por supuesto, no hay que premiarle, pero tampoco castigar sin antes tratar de comprender qué le está pasando.
Es importante encontrar un término medio entre la severidad y la permisividad. Es decir, ni exigir que el niño se pase 5 horas estudiando, porque esto es imposible y lo único que conseguimos es que se acostumbre a ver pasar las horas delante del libro; ni debemos despreocuparnos y sólo prestar atención cuando llegan los suspensos. Debe de haber un seguimiento continuado, día a día, preguntándole qué ha hecho en clase y cuáles son las tareas. Los padres deben conocer los horarios de clase de sus hijos, así como a sus profesores y tutores.
Es importante que el niño nos enseñe sus cuadernos y, aunque en muchos casos no sepamos exactamente de qué trata la materia, le damos a entender que nos preocupa su formación y, a la vez, estamos dispuestos a ayudarle.
Es primordial que les enseñemos a estructurar su tiempo, teniendo en cuenta que tan importante como el tiempo de estudio es el tiempo de ocio. Descansar y relacionarse con los amigos es importante para la motivación del niño. Debemos hacer un horario donde aparezcan las 24 horas del día y los 7 días de la semana, o emplear una agenda donde se anoten las tareas, horas de estudio, etc.
Que un niño estudie más de 2 horas seguidas es una utopía. Es necesario establecer descansos de 10 ó 15 minutos, que deberían estar controlados porque, suele ocurrir que estos descansos se alargan hasta 30 o 45 minutos sin darse cuenta.
Dependiendo de la edad y de la dificultad del curso se puede establecer un horario de estudio de entre 1 y 4 horas diarias. Hay que evitar estudiar en las dos horas siguientes después de comer, porque la mayor afluencia de sangre es hacia los órganos de la digestión y esto produce el sueño típico que impedirá la concentración.
También es importante asegurarse de que los niños duermen un mínimo de 8 horas y no más de 9, para evitar la pereza que provoca el abatimiento del tono muscular.
Debe tener un lugar de estudio específico; es decir, una mesa o escritorio. Nunca encima de la cama o en la mesa del salón o la cocina por donde todo el mundo pasa e interrumpe la concentración.
La iluminación debe ser suficiente. Mejor una lámpara de luz azul. La temperatura entre 21 y 23 grados y aislado de ruidos y posibles distracciones. Alumnos mayores pueden poner música de fondo, pero sólo cuando se estudian asignaturas del tipo matemáticas, física u otras que requieran hacer ejercicios de cálculo. En las demás es mejor evitar la música.
Hay que procurar que todo lo que necesiten lo tengan a su alcance y que hayan cubierto sus necesidades (beber, servicio, etc) antes de ponerse a estudiar, para que no tengan que levantarse hasta que llegue la hora del descanso.
Antes de iniciar el estudio, el niño debe decirnos cuál es su plan; es decir, qué es lo que va a estudiar. Debemos conocer las fechas de sus exámenes. Después del estudio es importante que revisemos los resultados; es decir, repasar los ejercicios, preguntarle la lección, etc.












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