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Sábado, 04 de Junio de 2011

David Gasca

[Img #7329]
15M
  
  



   

Desde el 15 de Mayo he intentado hacerme una idea de lo que supondría el movimiento que lleva por nombre esta fecha. Un torrente de sensaciones distintas me han abordado durante estos 20 días. Desde sus justas y necesarias reivindicaciones hasta el perfil “perrofláutico” de una gran parte de sus integrantes, voy a intentar abordar mis inquietudes sobre este asunto mojándome un poco más de lo que acostumbro.

A estas alturas creo que todos sabemos que el 15M es la necesidad de un pueblo asfixiado por el sistema, el grito de auxilio de CINCO MILLONES de parados que ya no aguantan más. El escozor de una rozadura que dura ya demasiado tiempo. Un tumor benigno que por un lado inquieta y por otro trae consigo una segunda oportunidad.

Todo proceso está formado por etapas y este no iba a ser distinto. La herida ha quedado expuesta; el dolor manifiesto. Toca pues, pasar a la cura de la misma y determinar cual es la mejor forma de hacerlo.

Propuestas, estatutos, planteamientos, manifiestos y delegaciones; serán necesarios para dar forma a este movimiento, que si bien no está presidido por más líder que la conciencia, adoptará tarde o temprano la forma de una organización. En caso contrario este meritorio movimiento podría no pasar de ser unas largas acampadas cargadas de buenas intenciones. Y es precisamente aquí donde entran en juego las “cuestiones incomodas”.

Para organizar habrá que administrar, para administrar habrá que delegar las tareas, esas tareas tendrán que ser reguladas para que se lleven a cabo adecuadamente. ¿Quienes las regularán y quienes decidirán quienes las regulan?. ¿Se puede llevar a cabo algo así sin tener una alineación política? Me encantaría que la respuesta fuese afirmativa. De todos los retos que se han planteado de cara al futuro, posiblemente este sea de los más complicados de superar.

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Por otro lado, aunque creo que las acampadas van para largo, me huele que el impacto social irá perdiendo fuelle poco a poco (ojalá me equivoque). Al igual que pasó con la guerra en Libia y el terremoto de Japón lo que una semana es portada en la próxima es agua pasada, y por si fuera poco, los medios des-informativos harán lo que mejor saben hacer, “omitir detalles”. De La Razón, Intereconomía y la COPE; mejor ni hablamos.

La consciencia social está despertando, los bancos incómodos, los políticos inquietos. Si este 15M consigue que cada vez que alguien tome una fotografía en una de sus concentraciones, en esta se vea reflejada por igual a gente de todas las edades, de todos los sectores de la sociedad y de distintas formas de vida; evitando así que un grandísimo número de sus manifestantes sean el clónico hippy con la camiseta del Che y con perro/flauta de serie. Entonces esto sería imparable. No tengo nada contra estas personas, mi discurso no va contra la libre forma de vestir de cada uno, solo abogo por la fuerza que la diversidad otorgaría a los indignados. ¿Os imagináis el impacto social que supondría ver a los anti-disturbios enfrentados a un cordón de pacíficos ancianos?. Esta es a mi entender una de las claves del éxito.

Tenemos ahora la oportunidad de poner rumbo hacia un futuro más justo, y si bien es cierto que el camino es largo, reza un viejo proverbio; “Un viaje de mil leguas comienza con un solo paso”.

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