La gratitud en la psicología positiva, ¿qué nos aporta ser agradecidos?
La pandemia del coronavirus lleva con nosotros prácticamente un año, y en todo este tiempo hemos pasado por diferentes dientes de sierra que amenazan con repetirse a medio plazo, pues hay ya quien pronostica una cuarta ola en el futuro más próximo una vez que hemos conseguidos, de algún modo, contener la tercera tras las Navidades.
En todo este periodo ha habido un comportamiento generalizado de la ciudadanía muy cívico y responsable, pero es cierto que se nota cierta relajación de medidas cuando las Administraciones relajan un poco las restricciones.
En la primavera del 2020, durante el confinamiento, se hizo muy popular el homenaje cada tarde a los profesionales sanitarios a las 20.00 horas. No obstante, conforme ha ido avanzando el tiempo hemos dejado de lado ese agradecimiento para volver a una tónica habitual de desprecio o falta de reconocimiento.
Dar las gracias, pero ir más allá para que no sean gestos vacíos
De poco sirve mostrar signos de agradecimiento y no ir más allá, no contribuir con esos gestos a que esa fórmula para dar las gracias se traduzca en mejores condiciones materiales de vida. Los sanitarios en la pandemia son el ejemplo perfecto de esta dinámica.
Por muchos premios y reconocimientos que se le den, que son un modo extraordinario de darles las gracias por su labor, si eso no se acompaña de mejores condiciones laborales, respeto por su trabajo, paciencia y comprensión, la gratitud queda como un gesto vacío.
En este sentido, la psicología positiva trata de poner freno a esa falsa idea de la gratitud. Dar las gracias supone una importante responsabilidad, porque implica reconocer que se necesita la labor de otras personas o colectivos pero obliga igualmente a sentir empatía y respeto por quien nos ayuda.
De alguna manera, dar las gracias supone reconocer ayuda y mostrar al mundo que es necesario vivir en sociedad, estrechar relaciones y vínculos. En un planeta en el que vivimos más de 7.500 millones de personas, es toda una osadía y un gesto de egoísmo y prepotencia afirmar abiertamente que no se necesita la ayuda de los demás.
Y además, dar las gracias debe ir más allá de este reconocimiento implícito de ayuda. Cuando las personas agradecemos la labor de otros colectivos, si el gesto solo se queda ahí, e incluso si los comportamientos posteriores no ligan con la idea de agradecimiento, lo que estamos haciendo es deslegitimar ese acto.
Cómo ayuda la psicología positiva en el proceso de agradecimiento
Todo esto del agradecimiento, que no sea vacío, se relaciona directamente con la idea de construir una mejor sociedad. Ser agradecido no obliga a sentirse en deuda, pero sí debe activar un impulso para devolver esa ayuda que se nos presta continuamente.
Eso lo explican muy bien desde la psicología positiva, que aboga por impulsar vidas más saludables, que merezcan más la pena. Con esta dinámica se pone el foco de atención en todo aquello que las personas hacemos bien, pues eso incide en fortalezas que nos llevan a construir mejores realidades en nuestra vida y a curar o tratar patologías.
Dar las gracias y combinar este gesto con actitudes proactivas es una forma más de adentrarse en esta formulación. En cualquier caso, desde el IEPP nos muestran más información sobre la psicología positiva, centrando el análisis en qué podemos hacer como seres humanos y sociales para mejorar nuestra propia percepción del mundo y ayudar con ello a una mejor convivencia en la sociedad.
Agradecer como medicina emocional
La psicología positiva nos cuenta qué hay detrás de los gestos de agradecimiento, que nunca deben ser vacíos, y cómo estos ayudan a mejorar la salud emocional. Este proceso se explica atendiendo a cuestiones sociales, pero también tiene su base en estudios científicos.
La gratitud, siempre como gesto altruista pero no vacío, tiene igualmente efectos a nivel orgánico, pues favorece la liberación de dopamina y ayuda a mejorar el dolor físico. Las personas agradecidas sienten menos dolores y manifiestan sentirse más saludables que otras personas.
También se muestran más satisfechas de su labor social y su comportamiento, pues saben reconocer que viven en un mundo hiperconectado donde todos nos necesitamos los unos a los otros.
Dar las gracias invita a no convertir esta práctica en gestos vacíos. La salud, física y mental, se refuerza cuando el proceso de agradecimiento es completo. Y todo esto, nos los explica la psicología positiva, lleva a mejores relaciones intersociales.



































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