Hay una frase que detesto, pero que muchos gaditanos se vanaglorian de utilizar.  Esta es “No tó el mundo puede sé de Cadi, picha”. Además de ciertamente hortera, me parece que refleja un “malaje” (puestos a tirar de diccionario andaluz) del que tanto queremos desvincularnos.

En mi caso, en el momento que pongo un pie más allá de Despeñaperros, me explayo, cuando puedo y tanto como me dejan, hablando de Andalucía.

Nunca fui muy flamenca, y de hecho mis amigas me tenían que corregir el compás de las palmas cuando alguna decidía en un arrebato bético cantar por bulerías. Sin embargo, cuando me fui de aquí, y desde que me di cuenta de que soy siempre la que mejor palmea, aprovecho cada vez que la ocasión es propicia para poner Siempre Así y amonestar a todo aquel mesetarian que se atreva a tocar las palmas por bulerías en lo que, claramente, era una rumba.

Jamás me escucharán tararear, mucho menos canturrear ningún cuplé carnavalesco, pero aplaudo entusiasmada si me encuentro en alguna callejuela de Madrid a algún nostálgico con los cachetes pintados tocando un pito de carnaval,  y cantando por Juan Carlos Aragón para los viandantes.

Por supuesto, me bato en duelo con todo gallego, asturiano o cántabro que ose presumir de sus playas. También, aunque por evidente falta de caché ni siquiera lo intenten, me muevo airosa entre catalanes y valencianos hablando de la playa de Zahara, Nerja o Cabo de Gata.

Sin duda de lo que más me gusta alardear es del que fuera nuestro canal 2 Andalucía. Nosotros, o al menos los de mi generación, crecimos viendo Bandolero, una serie, que Netflix no hubiera podido hacer mejor. Ni el mismísimo Woody Allen hubiera creado un personaje como Tragabuche.

A mis amigos de fuera, les hablo de la guitarra, del rebujito, del pan con aceite y del salmorejo. Les digo que nuestro clima lo envidian en todo el mundo, y no contenta con ello, aprovecho para meter algo de cizaña, para decirles que el sol del norte es de mentira. El Canijo de Jerez decía en una de sus canciones que aquí teníamos nubes de pegatina, pero para ellos, de pegatina es el sol, que no calienta de verdad (mientras que las nubes son más bien de mármol, porque de su cielo no se mueven).

Y en medio de mi recurrente monólogo en el que hasta a la Cruzcampo (bien odiada fuera) defiendo, alguien me dice: ¿Entonces, qué haces aquí? ¿Por qué no estás en tu amada Andalucía?

Y todo el pecho que saqué para presumir de playa, gente y arte parecen desvanecerse. Porque Andalucía lo tiene todo para vivir, pero nos falta la industria para sobrevivir.

Grandes grupos de investigación trabajan desde la Universidad de Sevilla como el grupo de Jesús Angulo e Inmaculada Robina, que han desarrollado una nueva metodología para diseñar fármacos contra el cólera.

La UCA se postulaba este enero como pionera en el impulso de estrategias de emprendimiento azul en Salinas y Marismas.

En Granada, en el hospital Virgen de las Nieves lideran una investigación pionera para evitar la metástasis en el cáncer de próstata.

Científicos tenemos, y ciencia (incluso con los pocos recursos de los que disponemos) también. ¿Qué problema hay entonces? No hay medios para desarrollarla. ¿Imaginan en este auge de la industria farmacéutica si hubiera una planta de producción en Coria del Río? ¿Si Moderna hubiera decidido montar su nueva planta en el campo de Gibraltar? Imagínense cuántos jóvenes no tendrían que marchar de su tierra obligados. Cuántos químicos, bioquímicos, ingenieros, respirarían aliviados al saber que pueden encontrar el futuro que desean en el sitio que añoran.

Ojalá algún día no me vea obligada a parafrasear a Manu Sánchez (quien, a mi juicio, escaso favor hace a los andaluces para desprendernos del título de catetos), que no pudo tener más razón cuando dijo “A Madrid hay que ir, pero no irse”.

También es verdad que si al solecito en la playa, el paisaje, la gente y todo lo demás, le sumásemos la oportunidad de encontrar trabajo cualificado, a ver quién encuentra sitio para aparcar en Cádiz. Nuestra única baza sería decirle a los de fuera que aquí solo se sirve Cruzcampo. Feliz día de Andalucía.