"Ciencia más allá del Coronavirus"
La guerra civil de las bacterias
por Oriana Balsa
Supongo que todos los que leen este artículo habrán pasado en algún momento por los terribles 12 años. Maravillosos tiempos en los que la pubertad comenzaba a hacer de las suyas. A quien más y a quien menos les hace crecer una pelusilla en el bigote, sea chico o chica, que nunca queda bien, ya digo, sea chica o chico. No hace falta que recite todos los cambios fisiológicos que sufren los pobres adolescentes. Los hay quienes salen mejor parados. Otros tienen menos suerte. Aunque, en realidad, no importa demasiado cómo se hayan portado las hormonas, porque, como todos sabéis, lo realmente importante es estar en el bando del que se mete con todos. De no ser así, a esa edad, incluso por llevar dos ojos en la cara, podrían hacer burla. De todas formas, no hay duda de que quienes peor parados salen son los que sufren de acné.
El acné es una enfermedad de la piel. A pesar de ser esta el órgano más extenso del organismo, con unos 2 metros cuadrados de superficie y suponer entre el 10 y el 15% del peso corporal, parece no tomarse en serio a aquellos que sufren esta enfermedad. Es verdad que no es equiparable a alguna otra patología que afecte a órganos vitales, pero las personas que tienen una piel con tendencia acneica sufren de inflamación en los poros, dolor en los comedones infectados, e, incluso, se ha llegado a relacionar con la depresión, ya que están sometidos continuamente a una imagen que no les gusta de sí mismos.
Para mayor desgracia, cuando acuden al médico tienen dos opciones. La primera es tratarse con medicación de uso tópico, es decir, cremas, que por norma general no solucionan el problema de raíz (ya que el acné en la pubertad suele surgir debido a problemas hormonales). Como segunda opción te ofrecen, en los casos más severos, un tratamiento con isotretinoina (un fármaco realmente agresivo, que ataca al hígado y en absoluto recomendable si no es estrictamente necesario).
Ante la desesperación de los pobres adolescentes, me temo, poca cosa se puede hacer. Tan solo les queda confiar en que el tiempo pase y el exceso de sebo que les provoca esa infección se solucione casi por arte de magia.
Sin embargo, no solo son los adolescentes los que sufren de este infortunio, también hay muchísimos adultos que ven su piel acribillada por esta infección. Existe un temor generalizado a utilizar cremas hidratantes por miedo a que algún día nuestra piel comience a secretar más sebo de la cuenta, y nos veamos en la consulta del médico decidiendo entre Dercutane o beber cerveza (intentando conservar el hígado en el camino).
Sin embargo, tanto las pieles secas como las grasas necesitan hidratación (en cada caso habría que utilizar la crema adecuada). La piel está compuesta en su última capa por varios estratos. Un último estrato es el estrato córneo, compuesto de células muertas (principalmente), seguido del estrado lúcido, donde se encuentran los lípidos de nuestra cara (es decir, la grasa). Estos lípidos nos protegen de multitud de agentes exógenos que podrían dañar la composición de nuestra piel (en la que también existe una población de bacterias), y con ello, abrir la posibilidad de una infección (también bacteriana), que nos causara acné.
En todo caso, y como siempre, hay dos caras de la moneda, y no todas las bacterias nos han declarado la guerra. Igual que las del intestino, las bacterias de nuestra piel pueden tratarse con probióticos, es decir, microbios que administrados de forma controlada, aportan beneficios a la salud humana.
Por ejemplo y a destacar, Byfidobacterium longum lysate, como ingrediente en cremas para reducir la irritación y mejorar la hidratación; o para tratar lesiones del acné, reforzar la barrera de la piel y reducir el eritema, se recomienza la aplicación tópica de Lactobacillus plantarum.
No obstante, y aunque hay una infinidad de posibilidades, el tema de los probióticos en la piel es aún muy reciente y queda mucho por investigar. Lo que sí que está claro es que la concepción de que las bacterias son malas, es totalmente errónea. Nos dan cerveza, nos protegen de infecciones gastrointestinales y nos cuidan la piel. ¡Pobres! ¿Qué más tienen que hacer?



































GUADALUPE | Domingo, 31 de Enero de 2021 a las 19:58:42 horas
Yo he usado todos los productos para luchar contra el acne durante años, he gastado dinerales , y para nada una lucha campal. finalmente, la única opción fue tomar las pastillas, isotretinoina, tratamiento efectivo, como último recurso, después de utilizar todos los productos de uso tópicos , habidos y por haber.
Muchhos complejos a la basura, una vez utilizado el tratamiento ade uado.
Muy lucrativo tu artículo.
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