La romería en honor a San Isidro Labrador marcó la jornada completa de ayer domingo para muchos roteños que no quisieron dejar al patrón de los agricultores solo en su peregrinar hasta los pinares de Rota donde pasó prácticamente todo el día rodeado de fieles y ciudadanos que acudieron un año más a esta convocatoria que hace la Hermandad de San Isidro Labrador.

Aunque esta romería ha pasado a lo largo de su historia por altibajos, tal y como comentaba el hermano mayor de la hermandad, Juan Ortega "Orteguita", que recordaba años en los no eran más de 20 personas las que iban a los pinos, ayer se alegraba de ver la respuesta de los roteños hacia San Isidro manifestando su satisfacción por ver más público que años anteriores. Un público que acude a esta cita de una forma distinta a como se hacía algunos años atrás pero que mantiene su esencia de convivencia y dar gracias al santo.

Bien temprano comenzaba el día dedicado a San Isidro con la salida de la comitiva desde la plazoleta del Padre Eugenio hasta los pinares sobre las nueve de la mañana. Durante el recorrido, el patrón de los agricultores estuvo acompañado por un cortejo formado por jinetes, amazonas, representantes de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Rota y la Hermandad de Nuestra Señora de Regla del Pinar de Chipiona así como las distintas peñas que se animan cada año a montar su carroza y dar ambiente desde primera hora a esta convocatoria festiva. Sin percances de ningún tipo, San Isidro llegaba a los pinares en torno a las diez y media de la mañana al son de los piteros Antonio Vázquez y Felipe Peña. Una vez en los pinos, el padre Santiago Gassín, director del colegio salesiano de Rota, ofició la Misa de Romeros a la que acudió un buen número de fieles. Tras el acto de Protestación de Fe tal como manda el Libro de Reglas, se procedió a la imposición de medallas a los nuevos hermanos y a las ofrendas de productos del campo,  a partir de ahí, los roteños que ya se encontraban junto a San Isidro comenzaron a disfrutar de una jornada en la que no faltó ni el cante, ni el baile y mucho menos, las ganas de pasarlo bien. Aunque hace años que la romería se vive de un modo muy distinto a como lo hacían nuestros mayores, lo cierto es que hay una cosa que no falla y es el gran ambiente familiar y de convivencia que se vive minuto a minuto en los pinares. Buena parte de ese ambiente lo dan las peñas formada por gente muy joven que apuesta por dar realce a la romería y los cientos de ciudadanos que a lo largo de todo el día pasean por los pinares de reunión en reunión de amigos así como aquellos que cargados de comida y bebida, pasan largas horas bajo los pinos.

La degustación de berza ofrecida por la Hermandad de San Isidro Labrador, el sorteo de una cesta de comida o la entrega de premios a las carrozas con mayor ambiente y mejor decoración son algunas de las actividades que centran este día que concluyó pasadas las ocho de la tarde cuando el santo patrón comenzó su vuelta a la capilla. Se despedía así, tras un día de buenas temperaturas, una tardía romería que ha tenido que buscar hueco entre la apretada agenda festiva de los roteños.