Cuando, al menos por un rato, puedes volar
Tuve la suerte de crecer con la música de las grandes bandas: Queen, Los Eagles, The Police o Dire Straits. Tenía 20 años cuando Maradona metió aquel golazo en el estadio Azteca. Tras regatear a media Inglaterra hizo que el mundo entero se emocionara.
También vi aquel partido de playoff de la NBA en el que, tras encestar 64 puntos, sus rivales dijeron: “Era Dios disfrazado de Michael Jordan”.
Al poco tiempo un periodista le preguntó ¿Michael, puedes volar? Y contestó: “Durante un rato”.
¡Había mucho talento!
Los dirigentes mundiales entonces eran Margaret Thatcher, Helmut Kohl o Felipe González, un poco después en el tiempo, Bill Clinton.
Con sus luces y sus sombras, por supuesto, pero había carisma y liderazgo.
Cambiamos la pantalla y nos trasladamos a la época actual y abrimos la puerta del palacio de la Moncloa.
De repente nos viene un fuerte olor a azufre, será por los pactos demoniacos recién alcanzados con Batasunos y Rufianes para aprobar los presupuestos generales. Cuando se aposenta el humo amarillo, vemos una sala abarrotada de gente, parece sacada de un libro de Valle-Inclán, creador del esperpento.
Se me vienen en tropel algunos adjetivos calificativos: enajenado, distraído, vividor, histérico, caricaturesco, inepto, peligroso, holgazán, botarate y mameluco.
Algún adjetivo es predicable de algún ministro, por ejemplo, Pedro Duque siempre parece distraído, González Laya es caricaturesca y Ábalos es un vividor. Otros absorben un doblete, Irene Montero: inepta e histérica.
A Iglesias le caben casi todos. Y al Presidente se le enfunda como un guante el de enajenado mental.
Esta caterva lleva dos años y medio gobernando. ¿Qué han logrado? Saquear las arcas públicas, venga enchufes por doquier, subir impuestos y todo lo que se les ocurre son medidas para enfrentar a los paisanos. Qué puñetero desastre.
Alguno me dirá que con el coronavirus es imposible hacerlo bien. Ahí están los datos; sesenta mil muertos y, de los países de la OCDE, el penúltimo. Los números son patéticos en todo. ¡Vaya gestión que han hecho las criaturas!
No quiero enfadarme demasiado porque para qué.
En aquella época de la que les hablaba al principio de este artículo, había talento, carisma y liderazgo.
Había hasta quien podía levantar al mundo entero de sus asientos con una jugada y quien podía volar, aunque fuera durante unos segundos.
No es que ahora todo haya desaparecido. Uno ve a Nadal o a Angela Merkel y todavía atisba un halo de esperanza. Pero si lo que busca es talento, carisma y liderazgo, no busque en el palacio de la Moncloa.
Allí no hay ni uno que levante medio palmo del suelo.












El antifaz rojo | Domingo, 06 de Diciembre de 2020 a las 08:24:43 horas
Se le olvida al autor del artículo, a parte de los acontecimientos deportivos que en aquellos años ETA mataba casi a diario. Olía a sangre.
Algunas situaciones han cambiado para mejor. Pero cada cual analiza los asuntos desde su óptica ideológica, lo cual, es totalmente democrático.
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