Quantcast
Redacción 3
Martes, 24 de Noviembre de 2020

Amistades VI y último (por Ángela Ortiz Andrade)

Álex aprovechó que había un encargo nuevo en un pueblo que no se ubicaba muy lejos del de Clara y el bebé para montar una buena coartada, le dijo a Cris que estaría bastante ocupado porque el proyecto era muy complejo y durante todo el proceso no regresaría a casa, esa parte estaba cubierta. Luego en el lugar donde tenía que trabajar procuraba adelantarlo todo para tener más tiempo libre con la intención de pasarlo con ellas. Todo marchaba de maravilla, estuvo disfrutando de su “familia” durante casi un mes, hasta que volvió a ausentarse para regresar con Cris y no levantar sospechas.
  

Llegó a las oficinas de la empresa para entregar los informes y le dijeron que el director lo estaba esperando. Éste le enseñó imágenes en las que aparecía él con una mujer y un bebé en un lugar que no tenía nada que ver con el sitio donde tendría que estar trabajando y no solo un día, sino muchos; tras un discurso lleno de reproches le entregó la carta de despido.
  

No dijo nada, simplemente escuchó y recogió sus cosas. Cuando llegó a su casa, la puerta no abría, cogió el teléfono para llamar a Cris y fue cuando vio que tenía un mensaje de ella:


“Hola Álex, no intentes abrir porque he cambiado la cerradura. Lo sé todo, cuando me lo dijeron no lo podía creer, pero he visto las imágenes. ¿Sabes? Yo que siempre pensé que te comportabas así conmigo porque eras un tío raro y resulta que todo es mucho más sencillo, al fin y al cabo se resume en tres palabras: ERES UN COBARDE, tanto que no has tenido huevos para decirme la verdad y me has tenido engañada durante todo este tiempo. Me he pasado media vida dándole vueltas a la cabeza para averiguar qué hacer con el fin de ver en tu semblante algún atisbo de agrado, me hiciste pensar que yo no era lo suficientemente guapa, sexy, inteligente o eficaz; pisoteaste mi autoestima. ¡¡Joder, si hasta llegué a pensar que eras gay!!  Pero no te preocupes, me he dado cuenta de que me repongo con facilidad y ya me he encargado  de todo, como siempre. Los trámites del divorcio están en marcha y puedes encontrar tus cosas esperándote en la empresa de mudanzas que tenemos en el pueblo, también tienes ahí tu sofá porque huele a ti y no lo soporto y tu estúpido televisor, para que te hartes de ver fútbol, no sea que no puedas conciliar el sueño; no quiero nada que me recuerde a ti, es más, no deseo volver a verte nunca, ahora estoy disfrutando de unas merecidas vacaciones, a partir de ahora mi abogado será el que se ponga en contacto contigo para lo que sea necesario. Solamente espero que trates a la chica que sale contigo en las imágenes mucho mejor que a mí,  posiblemente vivirá igual de engañada que yo”.


   Se metió el teléfono en el bolsillo y se sentó un rato en los escalones de la puerta  asimilando su desconcierto.

 

  -“Nenas ya he regresado de mis vacaciones ¿quedamos y me ayudáis a hacer unas cuantas compras? Así podemos aprovechar para estar juntas, hace mucho que no nos vemos”
  

Las tres amigas fueron a tomar café y luego se pasaron toda la tarde de tienda en tienda. En unas curioseaban, en otras charlaban con los dueños y en otras compraban; todas estaban de acuerdo en que ir de compras por el pueblo era lo mejor, nada estresante, sin multitudes, prisas ni estrés. Cuando miraron el reloj se dieron cuenta de que era tardísimo -“No os preocupéis, vámonos a mi piso y preparo algo. Yo cocino y vosotras ayudáis,” dijo Tere -“Pero antes vamos a tomarnos unas cervecitas”, respondió Cris (otra de las fabulosas ventajas de comprar en el pueblo, que te puedes parar en el bar que quieras a tomar lo que te apetezca sin peligro de que te endosen una multa)
  

 

Cuando Tere abrió la puerta del piso Jorge estaba cocinando -“Nenas, no os lo había dicho, pero este chico es tan perfecto que además de estar que se rompe le gusta cocinar”, le dijo a sus amigas en voz baja -“¡Qué bien huele! ¿Hay un poco para estas pobres hambrientas?”. Jorge asomó la cabeza y saludó alzando el cucharón que portaba -“Pues claro que sí, he hecho de sobra, en quince minutos está”.

 

Las chicas pusieron la mesa y se fueron al dormitorio de Tere a repasar las compras que habían realizado, cuando Jorge las llamó ya lo tenían todo servido, Charco estaba muy contenta porque ese chico era un maestro fingiendo que no se conocían de nada.
  

Todos disfrutaron de una velada estupenda. El anfitrión fue a por unos chupitos, mientras los tomaban Cris le preguntó a Jorge de dónde era porque hablaba muy fino.


-“Me he criado en Burgos, pero soy de aquí” contestó. -“Explícate” dijo Tere.


   Entonces les contó a las chicas que a su hermano gemelo y a él los habían adoptado una pareja de Burgos cuando tenían tres años y que provenían de una familia con unos padres toxicómanos, también mencionó que tenían una hermana mayor a la que le perdieron la pista que se llamaba Mar.
  

-“Anda, Mar, igual que tú. A ver si vas a ser la hermana de este” dijo Cris.
 

  -“No dices más que tonterías, yo no soy de aquí y además soy hija única”, dijo Charco bastante enfadada mientras se dirigía al baño. Afortunadamente ninguna de sus amigas sabía nada de su pasado, intentó ocultarlo desde que tuvo la suficiente edad para poder hacerlo porque su infancia a ella la acomplejaba. Comenzó a lavarse las manos temblorosa y rompió a llorar angustiada, se tapaba la boca con la toalla para ocultar su resuello, maldecía a sus padres y la mala infancia que les dieron y se maldecía a ella misma que se había estado acostando con su propio hermano.
  

Una vez que se calmó lo suficiente para no levantar sospechas salió y les dijo a los demás que se tenía que ir porque su marido la había llamado, salió y estuvo un buen rato dando vueltas intentando calmarse; no quería que nadie se diera cuenta de nada porque no quería dar explicaciones. Deseaba que esta historia no hubiese ocurrido y así se lo propuso, borró a Jorge de su teléfono y de su cabeza.

 

Álex respiró tranquilo y sonrió, se acababa de quitar un peso de encima, ya no tendría que ocultar nada, se sentía liberado. Condujo hasta el pueblo de Clara con el coche cargado de proyectos y muchas maletas; cuando llegó a buscar a su chica le contó que a partir de ese momento podrían comenzar una nueva vida en común, que ya no había nada que pudiera separarlos. Nunca encontró agallas para hablarle a su chica acerca de su relación con Cris, aunque a decir verdad, tampoco Clara las tuvo para contarle a Álex que durante las semanas que él se ausentaba ella se veía con Yago. Pero esa es otra historia.
                                                                                    

 

Ángela Ortiz Andrade

 

Comentarios (3) Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.27

  • Ángela Ortiz

    Ángela Ortiz | Miércoles, 25 de Noviembre de 2020 a las 12:33:24 horas

    Muchísimas gracias "Manuel" y "Hermano Lobo" por vuestro apoyo y bonitas palabras.

    Accede para responder

  • Manuel

    Manuel | Miércoles, 25 de Noviembre de 2020 a las 10:39:48 horas

    Nos tienes "enganchados" con tus relatos. Todos los días entro por si has publicado la continuación.
    Gracias por los regalos que nos das.

    Accede para responder

  • Hermano Lobo

    Hermano Lobo | Miércoles, 25 de Noviembre de 2020 a las 09:18:13 horas

    ¡Qué imaginación, y qué facilidad para contarlo!
    Si te lo propones, serías una guionista perfecta.
    ¡Qué buenas películas y series, con buenos argumentos, podríamos ver!

    Gracias por unos momentos de evasión.

    Saludos.

    Accede para responder

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.