El grupo denominado Empresarios de Rota,  surgido a raíz de las medidas restrictivas dictadas por la Junta de Andalucía al amparo del estado de alarma decretado por el Gobierno local para luchar contra el coronavirus, ha decidido mostrar su preocupación por la supervivencia de sus negocios. En base a ello, y aunque Rota no suele ser un pueblo demasiado participativo en cuestión de concentraciones o movilizaciones, han convocado una cacerolada protesta para el jueves, 19 de noviembre, con el fin de hacer visible el malestar de empresarios y comerciantes, así como trabajadores que ven peligrar no solo su negocio sino su puesto de trabajo.

La llamada es este jueves  a las 18.30 horas en la puerta del Palacio Municipal Castillo de Luna con el lema "¡Sin ayudas nos matan! ¡Pueblo de Rota  acompáñanos. Nuestro futuro también es el tuyo". Con su presencia quieren dejar claro que el cierre de actividades económicas no esenciales a las 18.00 horas, las limitaciones de horarios y aforo o el cierre obligado de un perfil determinado de negocios, está acabando con sus economías y con comercios a los que ya a día de hoy, tras tantos meses, les está costando sobrevivir.

La idea es que dado que es una convocatoria muy amplia, la concurrencia sea alta, ya que el llamamiento es a empresarios, autónomos y trabajadores en general, pero también a los roteños que se sientan identificados con esta complicada situación.

Ayer comenzó a moverse por redes sociales y grupos de Whatsapp el cartel que pide la participación de los roteños como una causa común. Algunos de los comerciantes con los que ha podido hablar Rotaaldia.com, entienden que si se les obliga a cerrar sus negocios, alguien tendrá que compensar las numerosas pérdidas, ya que mientras los ingresos son cero, los impuestos y gastos siguen siendo los mismos. Por ello, el lema  de esta convocatoria es "Sin ayudas no matan". También los hay que creen que protestar ante el Ayuntamiento de Rota tiene poco sentido cuando las órdenes vienen de arriba, pero asistirán sumándose a la necesidad de hacer ver la situación que atraviesan.

En principio, está considerada como una concentración pacífica para mostrar a ruido de cacerola el malestar y preocupación de muchos empresarios y autónomos que se las están viendo y deseando para salir de esta. El invierno solo acaba de empezar tras un verano que ha sido extraño, ampoco ha sido tan bueno, por lo que quedan meses duros que ya lo son de por sí, y que con las medidas restrictivas para luchar contra el coronavirus, se antojan que serán peores que otros años.

Los empresarios  quieren trabajar porque es la única forma de llevar ingresos a sus casas, saben de la dificultad de la crisis sanitaria, pero piden compensaciones. El jueves dejarán constancia de sus peticiones en Rota.