Estar sin luz en estos tiempos que corren es algo tercermundista que complica mucho la vida diaria. Si a ello se le suma la acumulación de días y peor aún, la incertidumbre de no saber hasta cuándo tendrán suministro en sus casas, todo el mundo se puede hacer una idea de la desesperación que están viviendo los vecinos de la zona de Aguadulce de Rota que desde el pasado 5 de noviembre, tienen cortada la luz.

Este medio ya publicó al día siguiente de la interrupción del suministro por una avería que los vecinos llevaban casi 24 horas sin luz, y ha pasado algo más de una semana y la cosa no solo no ha cambiado sino que parece estar en punto muerto. Según los vecinos, Endesa aprovechó una avería -que acabaron solucionando los mismos propietarios de estas viviendas-, para cortar de forma permanente la luz a todos y hasta ahora, según también los afectados, el Ayuntamiento de Rota no les ha dado solución.

Según han comunicado a Rotaaldia.com, el miércoles habría prevista una cita con el alcalde de la localidad, Javier Ruiz, y con algún representante de  la compañía eléctrica para buscar soluciones, aunque los vecinos se temen lo peor. Hay que tener en cuenta que Aguadulce es una zona no urbanizada que está en proceso de urbanización y que por tanto, carece de los servicios mínimos en buenas condiciones. De hecho, el mismo cableado eléctrico es bastante precario y a poco que llega un temporal, se ven sin luz. Lo que ocurre es que hasta ahora, Endesa la devolvía rápido, y esta vez, no lo ha hecho. Los afectados entienden que es verdad que hay enganches ilegales a la red, y existe fraude por parte de algunos residentes que no tienen otra opción pero también hay muchos vecinos que pueden mostrar sus facturas, con contadores oficiales, que pagan religiosamente.

Los afectados no creen que deban pagar justos por pecadores, y piden además, una especial sensibilidad teniendo en cuenta que la media de edad de los residentes en estas casas de Aguadulce es bastante alta. De hecho, hay vecinos que duermen con respiradores eléctricos que en estos días sin luz se las están viendo y deseando para poder enchufar su máquina; otros, como un pequeño local que abastece de alimentos y artículos de primera necesidad, que sin luz, oscureciendo a las 6 de la tarde, está teniendo unas pérdidas enormes a las que tiene que sumar el gasto en gasolina diario (unos 70 euros) para mantener un generador que le proporcione electricidad, ya que en caso contrario, perdería toda la mercancía. Por si fuera poco, a causa de la crisis del coronavirus Rota está cerrada perimetralmente y no pueden salir, y además, hay unos 40 vecinos que esa vivienda en Aguadulce es un domicilio habitual, por lo que tampoco tienen dónde ir.

Así las cosas, y tras nueve días sin luz, alumbrándose con velas y como pueden, la desesperación y la preocupación son dos sentimientos que tienen a flor de piel. Son gente mayor, que saben que se habla de  construcciones ilegales pero que también defienden que eso parece no importar cuando llevan algunos más de 20 años pagando impuestos al Ayuntamiento como el IBI. Por eso, y porque son familias que están dejadas en esta situación, piden un poco de sensibilidad a quienes tienen en su mano acabar con este calvario que están viviendo en unos días muy duros.

Cuando llega la tarde es cuando la situación se complica y no saben cuándo van a tener una solución a la que poder acogerse. Lo que tienen claro es que dejar a 40 familias sin luz en los tiempos que corren es inhumano.

En cuanto a la urbanización de Aguadulce, que daría respuesta a estos problemas de precariedad en suministros básicos, la asociación de vecinos asegura que ellos ponen de su parte, pero el proceso es lento y no existe voluntad por solucionar la situación, según manifiestan.