Los comercios se adaptan a las nuevas normas: cambio de horarios y citas previas
Hoy martes 10 de noviembre han entrado en vigor las nuevas medidas restrictivas que afectan especialmente, a la actividad considerada no esencial que se verá obligada a cerrar sus puertas a las 18.00 horas. En este grupo entra una amplia variedad de comercios que se consideran que no son de primera necesidad, aunque como muchos han indicado en sus redes sociales, todo comercio es esencial si de él depende una familia para sobrevivir. Es la sensación de aquellos que hoy a las 18.00 horas echarán el cierre de su persiana y no saben muy bien cuánto tiempo aguantarán. De momento saben que hasta el 23 de noviembre deben estar así, la pregunta es, ¿cuánto tiempo más y cuánto podrán soportarlo?
De momento, entre los resignados a la espera de ver cómo evoluciona la pandemia del coronavirus, están los que han optado por modificar sus horarios. Una amplia mayoría ha decidido abrir de 16.00 a 18.00 horas, intentando a la desesperada no perder la tarde de ventas, aunque comerciantes con los que ha hablado este medio no saben exactamente si va a funcionar. Esas no son horas a las que la gente esté acostumbrada a pasear ni comprar, más bien, si hay niños pequeños en la casa, es un tiempo dedicado a ellos, a llevarlo a sus actividades extraescolares y poco más. Pero puede, y así apuntan otros, que con este cambio de modo de vida al que la población se está viendo obligada por el coronavirus, donde a las diez de la noche hay que estar en casa, y desde hoy a partir de las seis no será posible consumir en un bar, es posible que también se modifique ese hábito de compra. Es lo que desean y de hecho, la economía local lo necesitará.
Otros sin embargo, y a la espera de ver el movimiento que habrá por las tardes, han puesto en sus horarios la cita previa como requisito para atender en horario no habitual (antes de las seis se entiende) y ver la evolución de estas dos semanas. Los hay hasta que ofrecen el reparto a domicilio por si el cliente no puede moverse en esas horas de tarde antes del cierre... intentan dar facilidades para no perder lo poco que tienen.
Dado que noviembre es considerado en general un mes malo en la economía local y muchos negocios han aprovechado siempre -especialmente la hostelería-, para coger vacaciones, es lo que han hecho. Se pueden ver carteles de cerrados por vacaciones en varios escaparates intentando que tras el 23 de noviembre, las medidas no sean tan restrictivas, aunque muchos temen que se puede ir a peor. Lo que han hecho por tanto, es dar vacaciones al personal y quedar a la espera de nuevas noticias.
La mayoría sabe que estas nuevas normas son medidas que se toman pensando en la salud y en evitar el colapso sanitario, pero creen que hay otras formas que no perjudicarían tanto al pequeño comercio que, en concreto, ha cumplido estrictamente cada una de las normas que se les ha ido imponiendo en lo que se refiere a aforo, medidas de seguridad, distanciamiento social, geles hidroalcohólicos... Con todo esto, dicen, acabarán ganando los grandes y perdiendo los pequeños, como siempre.
Los comercios roteños están preocupados, y han pedido a los ciudadanos que en la medida de sus posibilidades consuman en Rota. Algunos negocios de hecho, hasta han puesto unos días de promociones y descuentos para incentivar las compras pero entienden que si la gente está en paro, teme perder el empleo y no tiene certeza de cómo será su vida laboral en los próximos meses, no se aventuren a comprar. Por eso, se dirigen a esos otros que más o menos puedan tener su puesto de trabajo y su salario asegurado, le han pedido como se suele decir "que hagan pueblo", que con los horarios limitados y todo, los comerciantes roteños están dispuestos a esforzarse para dar un buen servicio y adaptarse a los horarios de la clientela, esa de la que dependen para sobrevivir en estos tiempos complicados.
Pero no todos están viviendo igual estos momentos. También está habiendo situaciones complicadas y de cierres. Hay bares que han echado el cerrojo desde ayer y para dejar constancia de su preocupación, han incluso llenado su fachada de cruces. Es la hostelería la que peor está llevando estas nuevas medidas porque prácticamente pierden la tarde y la noche de ventas. La preocupación es máxima. Ya hay sobre la mesa reducciones de plantilla, cierres provisionales y algunos no descartan el definitivo si la situación no mejora pronto.
La noticia de una pronta vacuna publicada ayer, anima un poco pero en general hay desconfianza por lo que su vida es ahora mismo el día a día y cómo subsistir.
Las redes sociales están llenas de reclamos de cambios de horarios, de nuevos artículos a la venta y de ánimo para superar la crisis entre todos, pero no todos la pueden vivir igual. Se esperan meses duros es lo que todos tienen en mente.


































Felix | Martes, 10 de Noviembre de 2020 a las 15:52:29 horas
cuándo empieza el mejoro del sistema de salud público? más fácil encerrar los borregos que lo vitorean. olé
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