Esta semana en la que la moción de censura al gobierno presuponía un especial protagonismo para las dos cabezas de cartel del espectáculo, Santiago Abascal y Pedro Sánchez, un tercer actor, un supuesto telonero, ha conseguido acaparar la atención en las sesiones parlamentarias pasadas.

Ni VOX, que albergaba la esperanza de recibir un apoyo, al menos un reconocimiento, un guiño, de sus antiguas amistades del PP, ni el gobierno, que especulaba con que parte de las andanadas que el presidente Sánchez lanzase a su rival directo causara daños colaterales en el Partido Popular, imaginaban que la intervención de Pablo Casado derivase por diferentes e inesperados derroteros.

Pero el líder de la oposición, en el momento en que sus aliados circunstanciales, VOX, pretendían suplantarle en el papel que las urnas le otorgaron, más que nunca ha ejercido como tal. “La derechita cobarde” no ha sido más que un mantra que el partido de ultraderecha repetía hasta la saciedad y que, a las primeras de cambio, se ha desmoronado como un castillo de naipes.

Buena jugada de Casado que, con esta intervención, ha dejado de ser el favorito de Aznar para convertirse en el líder con personalidad que el PP necesitaba, alejado de la tutela del Sr. de Las Azores. El discurso del líder del PP marcó profundas diferencias con VOX y asumió un papel mucho más propio de una derecha europea que tanto necesita este país.

Muy pronto la sociedad española, en especial los medios de comunicación de todas las tendencias, se han apresurado a especular la posible trayectoria de este nuevo PP. No hace falta ser adivino para comprender que el Partido Popular mantendrá una línea de oposición enérgica y contundente como hasta ahora. Sería absurdo esperar otra cosa. Con el paso dado, y suavizando un tanto las formas, si aprovechando la ocasión gustase de rebajar la excesiva temperatura del clima político, ya sería más que suficiente.

Cierto que, como ya se temía Juan Marín, los gobiernos que dependen de VOX podrían entrar en riesgo, pero personalmente considero que ha sido una decisión muy meditada y que el posible riesgo es asumible. VOX ya ha anunciado que las circunstancias de la moción de censura no tienen porqué influir en los apoyos de coalición PP-C´s.

Y como da la impresión de que las alegrías en el seno del grupo popular han de ser completas en Rota, la Delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía, Ana Mestre, se ha presentado en nuestra villa con dos iniciativas muy interesantes: la inversión de 212.000 € en el Puerto Astaroth, que se traducirán en mejoras necesarias, y, sobre todo, la apuesta decidida por concluir el desdoble de la A-491, que el anterior gobierno socialista de la Junta se empecinó en no hacer, a pesar de la necesidad y del interés ciudadano en contar con esta infraestructura, queriendo contentarnos con el caramelo de esa horrible rotonda y cuatro arreglos en la carretera de Jerez.

Sin que sirva de precedente, mi enhorabuena a la gente del PP.

Manuel García Mata