La relajación en la vigilancia de la autoridad municipal (por Leonardo Martínez Nieto)
Llegué a Rota varios días después de la finalización del estado de alarma. Desde entonces he venido observando una relajación en la vigilancia y persecución por parte de los agentes de la autoridad municipal, de las conductas contrarias a la normativa vigente en materia sanitaria de control de la propagación de la Covid-19.
En una actitud de responsabilidad y colaboración ciudadana he comunicado a la Policía Local en varias ocasiones casos de evidente vulneración de las normas, como el de una reunión en el interior de un bar-restaurante de la avenida de Sevilla, donde entorno a una gran mesa (por unión de 4 ó 5 mesas velador) se reunían unas veinte personas codo con codo, en animada charla de media tarde, sin mascarillas. Después de hora y media de la denuncia, cuando regresaba a mi domicilio, la fiesta continuaba. Así también sucedió en otra ocasión cuando hacía deporte por el parque de la "Laguna del Moral". Una reunión familiar -fenómeno que veo repetirse con frecuencia-, celebrando un cumpleaños de un niño al atardecer, en uno de los merenderos. Al parecer tampoco hubo respuesta, pues la fiesta terminó tres cuartos de horas después sin aparición de los agentes.
La playa de La Costilla, que tenía unas normas de restricción de ocupación desde las 22.00 horas, y que era vigilada hasta principios del presente mes, se ha convertido desde hace varias semanas en un gran botellódromo. Aparte de los riesgos de contagio, como estamos viendo con los 300 brotes que tenemos en España (cerca de 50 en Andalucía, cuarta Comunidad a nivel nacional en brotes y contagios), la playa amanece cada día que parece un vertedero, donde horas después jugarán los pequeños en una arena infestada de todo tipo de fluidos; a lo que hay que unir que los vecinos que vivimos dando al paseo marítimo, con las noches tropicales que estamos sufriendo, no tenemos más remedio que dormir con las ventanas cerradas hasta el alba, si queremos conciliar el sueño. La vigilancia brilla por su ausencia.
Por otra parte, en un verano donde es más necesaria que nunca la higiene de la vía pública, los baldeos con chorro a presión del paseo marítimo que venían efectuándose en los últimos años se han suprimido de forma inexplicable. Como es inexplicable que no se hayan ubicado en otro lugar los stands o casetas de venta de objetos, instalados junto a la salida principal al paseo, en una zona de por sí angosta, originando un cuello de botella que hace imposible mantener el distanciamiento personal.
Podría continuar de forma interminable. En conclusión, creo que en lo que toca a la responsabilidad de la autoridad municipal en la materia, su dejación, rayana con posibles calificaciones jurídicas penales, es muy grave. Da la impresión de que se querría volver a fases ya superadas de la pandemia, con lo que flaco favor se haría a la salud pública y a la economía local.
Por supuesto, la irresponsabilidad de los vecinos, especialmente de la juventud, es igualmente grave. Pero la autoridad nunca debería ampararse en la de estos para no ejercer su responsabilidad, pues para eso fue elegida.
Atentamente.
Leonardo Martínez Nieto

































Erik | Domingo, 09 de Agosto de 2020 a las 01:17:04 horas
El botellón se ha trasladado a la playa, meaero y basurero los fines de semana por la noche, es una pena y por allí no pasa ni el tato pa multar . Eso sí, desde las 7 y media de la mañana ves policías por todos lados.
¿esto es normal? Pues no.
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