Diario del año del coronavirus
El día que acertaron los Testigos de Jehová
Balsa Cirrito
Cuesta trabajo creer que sigamos en lo mismo, que aprendamos tan poco, que seamos tan necios. Bien dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, pero, ¿en el mismo sitio también que, además, está señalizado? ¿Acaso tendré que seguir llamando a estas líneas Crónicas del año del Coronavirus otros seis meses, un año más? ¿Tan cansados estamos de vivir?
Porque el puñetero virus va para largo. Se ve que hay gente que le ha cogido cariño y no quiere que se marche. Imagino que esta gente actuará con el mismo mecanismo mental que hace que algunas personas disfruten jugando a la ruleta rusa. Creo que el nombre científico de estas personas es gilipollas.
Los brotes crecen como las amapolas, los focos aumentan, el número de muertos vuelve a ampliarse. Y no es porque el virus sea tan pesado, no, es gracias a nuestra inconsciencia. La inmensa mayoría de los nuevos casos proviene de fiestas o de bullicios de imbéciles que van por el mundo sin mascarilla. Como no creo que nadie actúe así por ignorancia, hemos de convenir que el motivo es la estupidez.
Y que no es solo que una segunda ola pueda llevarse a otras treinta mil personas, que ya es, sino que, según diversos informes, la economía española no soportaría un segundo confinamiento. Equivaldría a una vida precaria durante diez o quince años.
Pero ni siquiera podemos quejarnos de que los españoles seamos más imbéciles que el resto de la humanidad, que es algo que siempre consuela. Estoy por decir que somos de los menos estúpidos, algo que no deja de sorprenderme. Veo imágenes de otros países y tiemblo como si viera fantasmas (quizás en lo que pronto se convertirán). Y si las imágenes pueden engañar, tengo el testimonio de amigos que se hallan en países como Bélgica, Gran Bretaña o Alemania y me dicen que la gente por ahí está mucho más pasota que en España; de hecho, en muchos países ni siquiera es obligatorio llevar mascarilla, circunstancia que la mayoría de la gente aprovecha precisamente para no llevarla.
La estamos fastidiando bien fastidiada. Y lo peor de todo es que casi podríamos hacer una vida normal – dentro de un orden – con tal de respetar las normas que nos dan las autoridades sanitarias, que tampoco son tan difíciles, caray. Los Testigos de Jehová, de cuando en cuando, anuncian el fin del mundo. Hasta ahora siempre se han equivocado, pero está claro que alguna vez tienen que acertar. Lo mismo es esta.
uno más | Viernes, 03 de Julio de 2020 a las 14:29:06 horas
Hola señor profesor, para cuándo una clasecita o un artículo sobre el maoísmo, y la lucha de clases del marxismo.
Lo digo por ser un tema candente en tanto y en cuanto son los protagonistas de la actualidad política española con el gobierno psoe-podemos,
ya que el nacional socialismo alemán, el fascismo italiano (socialista-sindicalista), el peronismo argentino (socialista-sindicalista), el falangismo español (social-patriotas) y el socialismo revolucionario patriota de la ETA tengan una misma raíz filosófica: la lucha de clases del marxismo.
Y tanto la ETA como el FRAP son de inspiración maoísta. Los primeros además nazi-onanista (o sea, que la ETA es directamente nazi).
Lo digo porque le considero una persona independiente y con principios.
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