"Cupido, el amor y San Valentín"
por Carlos Roque Sánchez
Las flechas de Cupido. Por la mitología romana sabemos que Cupido era el dios del amor y el deseo, un hijo de Venus -diosa del amor, la belleza y la fertilidad- y de Marte, dios de la guerra, que viene a ser el equivalente de Eros en la mitología griega y al que, iconográficamente, se le representa como un niño de corta edad. Eso sí, un niño con alas, armado de arco y flechas y, a menudo, con los ojos vendados. Un inocente peligro volante y una imagen cargada de simbología, verá por qué le digo esto.
El que sea un niño alado nos habla de la naturaleza efímera de este sentimiento, pues viene a decirnos que “el amor pasa pronto”, y el que lleve los ojos vendados nos significa que el enamorado “no ve los defectos de la persona amada”. Vamos que el amor es lo suficientemente ciego como para dirigir sus flechas a diestro y siniestro, apuntando tanto a dioses como a humanos, porque ha de saber que nadie está a salvo de Cupido. Todos podemos ser diana de sus disparos y terminar heridos por sus dardos en lo más hondo y serlo, además, de forma variada. Para ello, no en vano, el niño volador lleva a la espalda, en su carcaj, dos tipos de flechas. Unas, doradas, hechas con plumas de paloma, que provocan en el que hieren, el amor instantáneo e inmediato. Y otras de plomo, de plumas de búho, que provocan la indiferencia. Dos peligros saeteros a considerar.
Como puede vislumbrar, lo que la ciencia explica tras muchos años de estudio con reacciones y hormonas como testosterona, adrenalina y oxitocina, la mitología lo hace en un pis-pás con sus leyendas y dioses. Al fin y al cabo, una y otra, son dos formas de saber, dos lenguajes diferentes que se complementan, aunque cada uno esté donde le corresponde, y es que a cada cual lo suyo, con lo que le es propio. Pero claro, Cupido es tan solo uno de los símbolos relacionados con el amor, quien en verdad le pone nombre al amor es San Valentín, de quien precisamente ayer celebramos su onomástica. 14 de febrero, San Valentín. El día de los enamorados. Ya, pero…
¿Desde cuándo están unidos el sentimiento del amor y el día de San Valentín? En la actualidad el día de San Valentín es una de las onomásticas más conocidas y reconocidas socialmente en el mundo occidental, y sin embargo es de las pocas que la Iglesia, a pesar del santo, no tiene declarada festiva. Lo que estará conmigo, no deja de llamar la atención.
Históricamente su popularidad nació en la Europa germánica, incluido el actual Reino Unido, y de allí pasó a los Estados Unidos desde donde se extendió a gran parte del mundo, sobre todo, a lo largo del pasado siglo XX. Es precisamente en Gran Bretaña, en el siglo XIV, donde se asocia por primera vez el amor, el amor romántico y el día de San Valentín. Aparece en el libro ‘Parlement of Foules’ (1382) del poeta inglés Geoffrey Chaucer y dice: “Porque esto fue el día de san Valentín, / cuando cada ave vino aquí a elegir su pareja”. Forma parte de un poema que Chaucer hace en honor al primer aniversario del compromiso entre el rey Ricardo II de Inglaterra con Ana de Bohemia.
Fue con posterioridad, y desde finales del siglo XIX, cuando se extendió la costumbre entre los enamorados de felicitarse mediante un intercambio de tarjetas postales. Postales de amor con corazones dibujados, además de otros regalos, mejor dicho, sobre todo, de otros regalos. Le digo esto porque, como bien sabe, el día de los enamorados se ha convertido en una fecha clave para los comercios.
Tanto es así lo que les digo de los regalos que, por ejemplo, en España, este día no se empezó a celebrar hasta mediados de los años cincuenta del pasado siglo XX. Antes nadie había oído hablar del tal Valentín, ni se celebraba ningún día de los enamorados, y fue así hasta que Pepín Fernández, fundador de los grandes almacenes Galerías Preciados, tuvo la feliz idea de difundir entre nosotros esta tradición europea. Bueno, la tradición y la costumbre del regalo a la pareja en fecha tan especial. Así es como nació en España esta celebración, por meros motivos económicos. Esa es la verdad del día de los enamorados, es lo que tiene esta sociedad de consumo, capaz de acabar hasta con el romanticismo.
¿Por qué están unidos amor y 14 de febrero? Hasta donde he podido averiguar la respuesta a esta pregunta se pierde en las penumbras del tiempo y no aparece nítida, de hecho, algunos historiadores no los unen siquiera. Para ellos el día enlaza en realidad con las Lupercales, una fiesta local de la antigua Roma que se celebraba el 15 de febrero. Se trataba de un rito arcaico, pagano y conectado con la fertilidad, es decir, sin ningún matiz romántico. A mi entender no anda muy descabellada esta hipótesis ajena a una idea romántica del amor, lo digo por el poema de Chaucer ‘… vino aquí a elegir su pareja’. ‘Ergo’ nada de sentimiento en la cita, sólo reproducción, sexo ligado a la continuidad de la especie. Fue el Papa Gelasio I, a finales del siglo V, quien decidió apropiarse de esta tradición pagana de la fertilidad y la cristianizó instituyendo el día del santo. Para ello canonizó al bueno de Valentín y asunto acabado. Lo que no podía sospechar el Papa es que, con el tiempo, terminaría convirtiéndose en el patrón de los enamorados, en fin, estas cosas pasan, pero, ¿quién fue San Valentín?
CONTACTO: [email protected]
FUENTE: Enroque de ciencia



































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