Y a la espera de que me comuniquen su grado de conformidad con lo que les conté la semana pasada y me amplíen, si lo tienen a bien, las dos docenas de ‘Por supuesto que…’ y ‘Se da por hecho que…’ que les puse gris sobre blanco de su pantalla, prosigo utilizando otros sinónimos de la locución adverbial primigenia del tipo: ‘naturalmente’, ‘en efecto’ o ‘no obstante’, entre otros.

Eso sí, lo hago cambiando de tercio en lo que respecta al complemento pues paso, de los poco justificados y muy a menudo inciertos “por supuestos” de la vida cotidiana, a citarles otros más próximos al mundo científico pero que no son ciencia, sino más bien pseudociencia, falsa ciencia o a ciencia, llámenla como prefieran.

Unos “por qué científicos” cuyos “porque paracientíficos” nos pueden parecer elementales por simples pero créanme, esconden una trampa en su interior la mayoría de las veces y siempre, siempre, albergan cartón. Para que me entiendan, son como leyendas urbanas alrededor del mundo de las ciencias.

‘En efectos paracientíficos’. ‘En efecto…

... el pelo crece más fuerte, cuanto más lo cortas’.

... las vitaminas de los zumos se van enseguida’.

... los alimentos de color verde son sanos’.

... beber mucha agua es sanísimo’.

... cada cigarrillo resta diez minutos de vida’.

... si no reciclas eres un incívico’.

... el desayuno es la comida más importante del día’.

... el rímel alarga las pestañas’.

... las mujeres que se pintan bien, son las que se maquillan sin que se note’.

... si no sientes celos, es porque no estás enamorado’.

... los perros son fieles’.

... los gatos son ariscos’. Ni que decir tiene que no son estos predios roteños y sabatinos el lugar adecuado donde comentar las falacias que, en mayor o menor grado, se esconden detrás de las afirmaciones anteriores. No. Esa es una acción que se debe desarrollar en el campo de la divulgación científica donde utilizando un estilo ameno y asequible, no por ello exento de rigor, la ciencia juegue uno de sus roles culturales, y que no es otro que el de incentivar, difundir y explicar buena parte de los fenómenos con los que nos topamos a diario. Un ejercicio que debe y puede realizar como una exigencia ética ya que, por supuesto, se da por hecho que es cierto aquello de: ‘Divulga que algo queda’.

‘¿Por qué científicos?’. Ya de la que va, y como en ciencia prefiero las verdades bien a la vista y que no me las disfracen con trampa y cartón, les traigo dos manitas, ¡ay de nuestro sistema decimal!, de preguntas (¿por qué?) cuyas respuestas científicas (porque) sencillas, no siempre son por ello elementales. Recuerden que simple no es, en términos absolutos, sinónimo de elemental.

¿Por qué hace más frío en otoño e invierno que en verano?, porque…

¿Por qué inclinamos hacia delante el paraguas cuando llueve?, porque…

¿Por qué sale el arco iris después de llover?, porque…

¿Por qué el cielo es azul?, porque…

¿Por qué no notamos que la Tierra se desplaza por el espacio?, porque…

¿Por qué en las películas a veces parece que las ruedas giren en sentido inverso?, porque…

¿Por qué pueden volar los aviones?, porque…

¿Por qué en el vacío, caen al mismo tiempo objetos de diferente masa?, porque…

¿Por qué flota el hielo en el agua, si también es agua?, porque…

¿Por qué la temperatura en un coche de color negro es mayor que en uno de color blanco?, porque…

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia