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Redacción 1
Sábado, 09 de Noviembre de 2019

"Muro de Berlín y Groucho Marx (1)"

por Carlos Roque Sánchez

[Img #124591]‘Tempus fugit’. En la noche del jueves 9 de noviembre de 1989, veintiocho años después de su construcción, y tras cierto error en la comunicación de la fecha de apertura por parte del Politburó (estaba establecido que tendría lugar al día siguiente, el 10), empezaba a caer y a desaparecer el Muro de Berlín. Sin duda uno de los episodios más extraordinarios de la historia moderna que cambió el destino de Europa y hasta del mundo. Treinta años de aquel extraordinario acontecimiento o tres decenios que, desde el punto de vista de la metrología, cabalgan a lomos de cuatro décadas (los ochenta, los noventa, la primera década de este siglo y los años diez), dos siglos (XX y XXI) y dos milenios (el segundo, de 1001 a 2000, y el tercero, de 2001 a 3000).

 

Un tiempo que ha pasado llevándose, junto con los cascotes del muro, las muchas frases que en él estaban escritas y entre ellas una que, a mi entender tenía algo de especial, no sé cómo decírselo, era algo más que una entre las muchas que allí había y, por otra parte, razón de esta ‘Opinión semanal’ que tiene ante sus ojos. Me refiero a ‘Soy marxista, tendencia Groucho’. Se me hace que era un bello y magnífico homenaje a un artista, a alguien de quien este año se ha cumplido el cuadragésimo segundo aniversario de su muerte, y que fue mucho más que un cómico, Julius Henry Marx, ‘Groucho’ Marx. Cuarenta y dos años sin su sonrisa inteligente pero también sin algo más, sin bastantes más.

 

Sin algo más. Sin el acoso del más irreverente de los seductores, sirva de ejemplo la película Una noche en Casablanca’, cuando apasionadamente le declara a una de las protagonistas que es la mujer más hermosa del mundo, y al preguntarle ella si es cierto, Groucho le replica: “No, pero no me importa mentir si con ello saco algo”. En otra ocasión parecida cuentan que espetó: “No piense mal de mí, señorita. Mi interés por usted es puramente sexual”. O sea.

 

Sin la presencia del más infiel de los amantes, como en ‘Un día en las carreras’, donde se pasa todo el día yendo detrás de casi todas las mujeres que encuentra, y se defiende ante su prometida diciendo: “¿Que por qué estaba con esa mujer? Porque me recuerda a ti. De hecho me recuerda a ti más que tú misma”. Recuerden que de él es la archiconocida, “¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?” O sea que.

 

Sin los pensamientos del más cínico e insolente de los filósofos, y de muestra estos botones: “A quién va a creer, a mí o a sus propios ojos”. “No permitiré injusticias ni juego sucio, pero, si se pilla a alguien practicando la corrupción sin que yo reciba una comisión, lo pondremos contra la pared... ¡Y daremos la orden de disparar!”. “Estos son mis principios. Pero si no le gustan, tengo otros”. “El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio... si puedes simular eso, lo has conseguido”. En fin, Groucho en estado puro. (Continuará)

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

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  • Hermano Lobo

    Hermano Lobo | Miércoles, 13 de Noviembre de 2019 a las 21:02:42 horas

    Divertido artículo.
    Siempre he sido un fan de los Hnos. Marx, en particular de Groucho por sus geniales frases y ocurrencias, pero he tenido que soltar una carcajada porque no conocía la de:
    "No piense mal de mí, señorita. Mi interés por usted es puramente sexual”.
    Gracias.

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