El Lunes Santo lució con el Cristo del Amor y la Esperanza del Calvario
A pesar de que casi durante todo el día de ayer, los cofrades estuvieron mirando al cielo deseando que la lluvia no hiciera acto de presencia durante las horas previstas para la estación de penitencia, finalmente, el tiempo dio una tregua y el Lunes Santo pudo desarrollarse con la normalidad propia de tener a sus dos titulares en la calle.
La Hermandad del Santísimo Sacramento de la Eucaristía, Gloriosa
Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo en su Divina Misericordia,
Santísimo Cristo del Amor, Nuestra Señora de la Esperanza del Calvario,
Madre de la Divina Gracia y Santa Gema Galgani volvió a llenar de contenido el Lunes Santo de esta Semana Grande que la Villa vive con intensidad desde el pasado Domingo de Ramos. Como siempre, desde su creación al principio como agrupación parroquial y desde 2006 como hermandad, la barriada de El Molino volvió a ser uno de los barrios en los que más acompañados estuvieron la Esperanza del Calvario y el Cristo del Amor, no en vano, ha sido gracias a los vecinos de esta zona de Rota por los que esta cofradía ha crecido hasta tener un cortejo que va en aumento cada año.
A las ocho y media de la tarde, la Cruz de Guía de la hermandad aparecía por el dintel de la puerta principal de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen para dar paso al cortejo que antecedía al Cristo del Amor. Un crucificado realizado por Pinto Berraquero en 1969 y restaurado por el imaginero roteño Miguel Ángel Caballero en 2006. Sobre un manto de claveles rojos y cargado por 31 cargadores, el Cristo del Amor recorría en silencio las calles de la localidad guiado por el capataz Juan Saborido Orcha. Tras él, su Madre, la Esperanza del Calvario, que para la ocasión lucía como estreno una cruz pectoral donada por una hermana. Acompañada por la Banda Musical Gastoreña, la Virgen era portada por la única cuadrilla de mujeres que procesiona durante toda la Semana Santa en Rota haciendo un excelente trabajo que en más de una ocasión fue aplaudido por el público que se encontraba apostado en las aceras de las distintas calles por las que pasó la hermandad. Un trabajo que estuvo guiado en todo momento por Alfonso Bernal, el capataz que se enfrentó al reto de dirigir a una cuadrilla de mujeres costaleras de primera vez en la localidad.
La Virgen lucía vestida por José Antonio Moreno Bernal cerrando un cortejo formado por unos 115 hermanos de penitencia y algunas hermanas de vela. Este año como novedad, se incluyó la nueva calle abierta al público que comunica Calderón de la Barca con Calvario, una pequeña cuesta en la que se agolparon un buen número de ciudadanos que no quisieron perderse esta salida procesional ni la oportunidad de acompañar al Amor y la Esperanza que un año más, se unieron durante la noche del Lunes Santo.



































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