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Redacción 2
Jueves, 12 de Septiembre de 2019

Tú me llamas, amor, yo cojo un taxi (por Ángela Ortiz Andrade)

Queridos todos. Sin que sirva de precedente y porque estas entregas son muy cortas, me he tomado la libertad de compartir la historia al completo de una sola vez. No os malacostumbréis. Saludos.

 

                                               ********************

 

 

 ¿No era mañana cuando me dijo que llegaba? Definitivamente, tengo que comprarme una buena agenda con alarma para las fechas señaladas.
  

 

¿A qué hora aterrizaba el avión? ¡Menos mal!, me da tiempo de pasar por casa, deshacer la cama y ponerme otra ropa más cómoda.

 

Le dije al taxista que me esperara, no tengo tiempo para llamar a otro y ahora más que nuca quiero que se dé prisa en alcanzar el aeropuerto. Durante el trayecto me mira pensativo y luce una mueca divertida en los labios. Me apresuro en pagar para que se vaya cuanto antes, mientras lo hago, entran mi chico y su maleta en el taxi y no me ha dado tiempo de bajarme; mi conductor se tapa la boca con la mano para reprimir una sonora carcajada y yo, una sensación tremenda de fastidio. En el trayecto de vuelta, entre mimos y besos, voy examinando de soslayo la mirada del taxista en el retrovisor, el jodido es hasta guapo. He cometido tres errores garrafales: me vio despedirme del otro en el portal, me esperó mientras subía a cambiarme y ahora esto... Sólo espero no verlo nunca más.
  

Llevo días pensando en lo de la otra noche, qué bochorno, menos mal que hoy la cena en casa de mi amiga del alma hará que me olvide del tema. Cuando entramos,  nos recibe con Sinatra y dos copas de vino;  mi chico y yo coincidimos en que está especialmente bella. Ella, con brillo en los ojos, nos dice que está saliendo con un compañero de la Facultad y que llegará enseguida para cenar todos juntos y conocernos. Suena el timbre; cuando aparece, se me hiela la sangre: es mi taxista y quiero morir allí mismo.
 

“Os presento a Diego, aquí donde lo veis es todo un currante. Para pagarse la carrera, trabaja como conductor de un taxi en el turno de noche. Yo le pregunto que si no le parece aburrido, pero él siempre me contesta que no me puedo hacer una idea de lo interesante que es la madrugada”.

 

Ángela Ortiz Andrade

Comentarios (2) Comentar esta noticia
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  • Ángela Ortiz

    Ángela Ortiz | Viernes, 27 de Septiembre de 2019 a las 11:27:56 horas

    Muchas gracias por comentar. Un abrazo

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  • Saluda19

    Saluda19 | Sábado, 14 de Septiembre de 2019 a las 10:35:27 horas

    Fantástico!!! Lo bueno si breve...

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