In-Vestidura (por Manuel García Mata)
De principio quede claro que el título del artículo para nada es un homenaje a Jesulín d´Ubrique. El uso del prefijo sólo tiene como objeto la negación de algo tan evidente y a la vez tan necesario como es la investidura del nuevo presidente, pero llegados al punto en que se encuentra existen elevadas esperanzas de estropearlo. Así son los protagonistas ¡Vaya tela!.
Sin poder evitarlo el tema de esta semana sigue siendo, por mérito propio, el mismo que el de la semana anterior. La situación se presenta todavía más enconada y con tal cantidad de despropósitos en boca de las grandes estrellas del pacto/parto que, por exceso de majadería, vamos encaminados a que se corte la mayonesa. El PSOE, que no sabe cómo arreglárselas para cumplir las “recomendaciones” de Botín y otros miembros de la CEOE, anda dándole vueltas a la manivela para conseguir que PODEMOS trague en no formar parte del ejecutivo y permitir sacar adelante de la investidura que, como todo el mundo conoce, es la orden que ha recibido. Por eso todo su interés reside en dar la impresión, con los medios de comunicación a su favor, de que sus bandazos no son tal y que si esto no sale la culpa es de PODEMOS. Sánchez olvida que le debe a Iglesias ser presidente, ya que P.I. fue quien aglutinó a todos los grupos necesarios para sacar adelante la moción de censura contra Rajoy y quien mantuvo la idea de que ello era posible desde el principio de la legislatura pasada. Gracias a ello el PSOE ganó holgadamente las elecciones y aparentemente lo tenía hecho para formar gobierno; nadie podrá decir que la situación actual no es muchísimo mejor que la anterior. Pero el PSOE, con las presiones recibidas, su prepotencia habitual y su incoherente falta de memoria, es incapaz de pactar con Unidas-Podemos que se lo ha puesto muy fácil, pero además se cierra en banda a trato alguno con los nacionalistas, que les son imprescindibles. ¿A qué viene ahora la política agresiva y el discurso agrio contra los catalanistas y la amenaza del 155 cambiando su postura conciliadora, mientras son capaces de pactar con ellos en la Diputación de Barcelona? ¿De qué van?
Si el PSOE no convence a Unidas-Podemos no formará gobierno, pero si lo logra ¿con quién más cuenta? ¿qué ha hecho hasta ahora para buscar los apoyos que faltan? Viendo que se ha metido en un callejón sin salida no le queda otra que mendigar a los grupos de la derecha que se abstengan con el único argumento de evitar que gobierne con U-P o/y con los nacionalistas ¡Pero, por favor, cómo se puede ser tan absurdo!
Pero que nadie piense que el PSOE es el único villano de la película. PODEMOS, o mejor dicho, Pablo Iglesias y el resto de la cúpula rivalizan con el PSOE en cometer torpezas. Desde el primer momento se postulan para ser parte del gobierno, como en 2015, encomendándose a su libre albedrío, conscientes de que en una consulta posterior tendrían la aquiescencia mayoritaria de sus bases, que les darían el sí sin plantear muchas objeciones. PODEMOS muestra una disposición obsesiva a formar parte del gobierno, con sobreexposición en los medios que no le favorece en nada, sin valorar que esta iniciativa les hace responsables en caso de no alcanzar un acuerdo. No calibran que un apoyo al PSOE significa que si las cosas salen bien el mérito es para el que preside, el PSOE, mientras que si las cosas no salen como se espera, el fracaso es para los dos, sobre todo para quien más se ha expuesto, en este caso Unidas-Podemos, y las culpas en exclusiva también para la formación morada.
Después del cúmulo de renuncias anunciadas públicamente, en aras de posibilitar el acuerdo, y a pesar del tira y afloja de las pretendidas negociaciones, se convoca a las bases para que otorguen el refrendo a las posturas del partido. La consulta que debería albergar todas las posturas posibles, teniendo en cuenta las distintas sensibilidades que cohabitan en PODEMOS, se limita a optar entre la interpretación que se hace de la postura socialista con un gobierno monocolor y la que defiende la cúpula de PODEMOS de un gobierno de coalición. Así, sin más. No queda opción para una postura bien conocida, como sería la de apoyar la investidura sin entrar en el gobierno, exigiendo a cambio las reformas que se consideran imprescindible para el país, o, incluso, no se permite que quienes no quieran pacto alguno con el PSOE puedan dar su opinión. Sencillamente lamentable, sobre todo sabiendo que cuentan con una amplia mayoría de seguidores fanatizados que les iban a dar el triunfo de todas las maneras. Como decía Teresa Rodríguez, un insulto a la inteligencia ¡A lo que estamos llegando!
En este punto parece que vamos de cabeza a nuevas elecciones, pero aún queda margen para que PODEMOS se humille más todavía y al final acepte las imposiciones del PSOE con un pequeño lavado de cara para que se note menos.
Manuel García Mata

































Dictadorcomunista | Sábado, 27 de Julio de 2019 a las 10:46:06 horas
En este país lo que hace falta es una dictadura comunista como la de Cuba , China o Venezuela y menos tonterías de negociaciones y ministerios . Viva la dictadura del proletariado
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