A la postre, los más tontos o los más radicales son los que se hacen con el micrófono. Quiero decir que casi cualquier causa, por justa o noble que sea, termina siendo sostenida por los menos inteligentes. Por los más bocazas. Por los que tienen menos criterio. Quizás dos de los aspectos en los que más ha evolucionado la sociedad en las últimas décadas han sido los derechos de las mujeres y los de los homosexuales.
    

Sin embargo, en ambos se ha instalado una actitud poco inteligente, particularmente en el primero de los asuntos. Raro es el día, rectifico, no hay día en que no lea en la prensa alguna idiotez mayúscula del lobby feminista. De las últimas, una de mis favoritas es la de la universidad holandesa que durante un año solo contratará a mujeres como profesoras. ¡Tócate el occipucio! O sea, para contrarrestar una injusticia del pasado, se comete una en el futuro. Si esto no resulta un disparate, que venga Michael J. Fox y lo vea. O, este año, por ejemplo, los premios españoles de ciencia, que se han dado siguiendo criterios paritarios, bueno miento, casi paritarios, porque se han galardonado a más mujeres que a hombres, pero, en todo caso, el sexo ha sido la principal de las ponderaciones. Es decir, aquel viejo sistema de que lo importante son los méritos (que desgraciadamente nuca hemos llegado a practicar correctamente) se está yendo por el desagüe, lo que vale es que haya tantas mujeres en portada como hombres; o mejor, más mujeres que hombres.
    

Pero lo peor no es eso. Lo peor es que a la larga no se van a alcanzar los resultados deseados. Me explico. Una constante del rendimiento educativo nos dice que la mejor manera de que un estudiante progrese es la de realizar valoraciones positivas de los progresos, más que soltar regañinas por los errores. Nadie, a menos que sea un organismo unicelular, puede ignorar el increíble, extraordinario y positivo avance que hemos experimentado tanto en los derechos femeninos como los de los homosexuales. Y en vez de congratularnos por los avances logrados, tenemos amplios grupos que están abroncando constantemente a la sociedad por agravios reales o, las más de las veces, inventados. Todo con mala cara, con formas agresivas, con insultos. ¿De verdad alguna vez le hemos dado la razón a quien nos lo exige con malas maneras? ¿Alguien de verdad no cree que las mujeres en España se hallan en un plano de práctica igualdad, en muchos sentidos de superioridad (no pongo ejemplos para no dispersarme) con respecto al hombre? Sin embargo, sufrimos un cañoneo constante e inmisericorde contra el género masculino, casi siempre sin distingos, tratando de que los hombres nos sintamos culpables de... ¿de qué? No es coña, de forma casi absoluta rige una máxima en las noticias: la mujer siempre tiene razón. Es casi imposible no sentirse agredido cuando se es varón blanco occidental de mediana edad.
  

 Con respecto a los gais, la situación es parecida, aunque en este caso, hay que reconocer que todavía quedan muchos pasos por andar, y que aún restan graves restos de discriminación que debemos atajar sin distingos y ante los cuales solo cabe la rigurosa denuncia. Pero, de cualquier forma, el avance también ha sido espectacular. Leo hoy una noticia de la cantante Miley Cyrus. Dice la chica: "las mujeres todavía me atraen mucho sexualmente". Me juego el sueldo de la Pantoja en Supervivientes que a Miley Cyrus no le van las mujeres, pero que suelta su rollo-bollo para promocionarse. Dicho de otra manera, hacerse pasar por lesbiana no solo no perjudica, sino que favorece. El numerito del último desfile del Orgullo Gay de Madrid es otro ejemplo. Los representantes de Ciudadanos fueron insultados, y no está claro si agredidos. ¿Pero qué es esto, el mundo al revés? ¿Quienes tienen como bandera y máxima la tolerancia dan una exhibición de intolerancia que ellos mismos han sufrido secularmente? Y que no digan que se debe a los coqueteos de Ciudadanos con VOX, porque el año pasado no había coqueteos y los abuchearon casi con la misma fuerza. Pero digo más. Lo que tendrían que buscar los del Orgullo es precisamente que VOX acudiera al desfile, sería lo inteligente, si me apuran, la postura genuinamente gay, aunque me temo que con estos precedentes nunca lo harán.
    

En mi opinión, los grupos feministas y de defensa de los gais (sobre todo los primeros) deberían proclamar constantemente los logros que la sociedad ha alcanzado en la equiparación, porque sería la mejor manera de avanzar y de animar a la sociedad para que siguiera avanzando por el buen camino. Es el sistema que funciona mejor en todos los ámbitos. No veo porque no habría de funcionar en este. Las riñas,  las broncas, recuerden, nos molestan. Las palmadas en la espalda nos agradan.