"Plaza Barroso"
"Historias populares de la villa de Rota", por Prudente Arjona
En esta sección se ofrecerán fragmentos del libro escrito por el roteño Prudente Arjona, titulado "Historias populares de la villa de Rota", que como su propio nombre indica, refleja buena parte de la historia local. Aunque el libro está a la venta en papelerías del municipio, el afán del autor nunca fue lucrarse con ello, por eso, permite a Rotaaldia.com compartir algunos de sus capítulos para que el gran público tenga conocimientos de una parte pasada de la villa.
Os dejamos con el capítulo
Partiendo de la calle Pérez de Bedoya pasamos a la plaza Barroso, que llega hasta la calle Constitución, y en cuyo lateral nace la calle Pedro la O. Las primeras noticias que hemos encontrado de esta calle, hoy peatonal, que fue siempre considerada plaza debido a su anchura, son de principios del siglo XVII, conocida como calle Nueva, y a mediados del siglo XVIII como calle Ancha.
En 1853 el Ayuntamiento acordó rotularla con el nombre de plaza de Mendizábal, en memoria de don Juan Álvarez de Mendizábal, político gaditano que hizo votar las leyes desamortizadores y la incautación de todos los bienes de las órdenes religiosas en años anteriore. Más de uno aprovechó dicha desamortización para enriquecerse con un patrimonio adquirido a bajo costo, además del gran perjuicio que significó para innumerables edificios, iglesias y monumentos históricos y artísticos, que quedaron en el abandono total y en la ruina más absoluta.
En 1906 pasó a denominarse plaza de Barroso, en atención al que siendo ministro de Gracia y Justicia don Antonio Barroso Castillo, había ratificado por Real Orden el título de Ilustrísimo que el Ayuntamiento venía utilizando desde hacía algunos años. Hoy el Gobierno Municipal actual ha conseguido para el Consistorio el título de Excelentísimo, y no por eso ha bajado el pan ni el número de parados…
En 1916, siendo alcalde don Manuel Ruiz-Mateos Brunengo, se acordó rotular dicha calle con el nombre de Dionisio Pérez, que había sido nombrado hijo adoptivo de Rota en atención a que, siendo diputado a Cortes por este distrito, había realizado una gran labor por los intereses agrícolas, urbanísticos y marítimos de nuestro pueblo, consiguiendo que se declarase a nuestro pequeño muelle puerto de refugio, e igualmente la concesión de subvenciones para el arreglo de la carretera de Rota a El Puerto de Santa María en cantidad superior a 25.000 pesetas. Buena nota deberían tomar los diputados locales.
En junio de 1931 se dio a esta plaza el nombre de Blasco Ibáñez, en homenaje al insigne novelista valenciano, autor de varias novelas naturalistas desarrolladas en la Albufera valenciana, tales como La Barraca y Cañas y Barro. Estas obras fueron llevadas a la pequeña pantalla por Televisión Española, en los años 70 en dos series que tuvieron muchísimo éxito, siendo sus protagonistas, entre otros, Victoria Abril y José Bódalo.
Sobre esto he de añadir que durante un viaje a la Albufera de Valencia pude ver la barraca que sirvió de plató para los muchos planos de la serie, así como comer en un popular restaurante del entorno Anguila Alipebre con patatas guisadas, delicioso plato parecido a nuestro congrio o zafio en colorao.
Según las anotaciones de don Ignacio A. Liaño en su libro Viejas Calles Roteñas, la rotulación de la plaza con el nombre del insigne novelista Blasco Ibáñez se debió más bien a sus ideas republicanas, que a sus virtudes literarias y fama de novelista universal.
En noviembre de 1936, una vez instalado el nuevo Ayuntamiento salido de la Guerra Civil, vuelve a rotularse esta plaza, recibiendo el nombre de José Antonio Primo de Rivera, por el líder fundador de Falange Española de la JONS, nombre que ostentó hasta 1982 en que volvió a recuperar el de plaza de Barroso con que durante muchos años se le había conocido.
En la primera mitad del siglo pasado esta plaza fue centro de festejos y distracciones veraniegas, con veladas frecuentes, e incluso se daban sesiones de cuadros, o sea, de cinematógrafo mudo, al que libremente y de modo gratuito concurría gran cantidad de público.
Siempre tuvo arbolado de acacias y asientos, con pavimentación empedrada y con adoquinado posteriormente, que convertían esta calle en lugar de paseo y juegos de niños, dado que sólo pasaba alguna que otra carreta tirada por yuntas de bueyes cargadas con frutos del campo con destino al muelle, donde eran embarcados en el barco de la carga, que salía todas las noches hacia la Lonja de Cádiz.
En parte de la casa número 1 estuvo situada la Oficina de Correos durante los años 20 del pasado siglo y en la número 2 existió un establecimiento de Ultramarinos, Valdepeñas, Ferretería, Zapatería y Alpargatas para bañistas, que así se anunciaba, propiedad de Román Asensio García, y allí mismo se estableció la primera expendeduría de tabacos o estanco que hubo en Rota.
Una de las casas que más destacan en esta calle es la número 4, cuya fachada conserva aún la piedra de su construcción primitiva, sin bien no es demasiado antigua, ya que su realización data de 1802. En ella vivió el escribano o notario público de este municipio don Antonio Mateos de Verea.
La casa número 6 es una muestra de la arquitectura neoclásica del siglo XIX. Es de tres plantas, aunque la tercera es una especie de sobrado. Los vanos de las ventanas y balcones aparecen enmarcados con cuatro altas pilastras de orden toscano que sostienen un arquitrabe y frontón en el que se abre una claraboya. En esta casa vivió durante varias generaciones la familia Almisas y en ella nació nuestro querido amigo y artista polifacético Leopoldo Almisas. En la actualidad es sede del Hostal Sixto, que en la actualildad regenta unas señoras italianas que han montado un restaurante en la planta baja y que sirven suculentos platos de la cocina italiana, concretamente de la zona de La Toscana, y con esa referencia tiene bautizado el restaurante.
Asimismo, la casa número 11, esquina con la calle Pérez de Bedoya, fue la casa natal de don Francisco y don Rafael Ponce Cordones. Don Francisco tan entrañablemente unido a este su pueblo, ha escrito innumerables libros, artículos, apuntes y publicaciones en revistas muy interesantes sobre la historia de nuestra localidad. Don Rafael, después de ostentar altos cargos en la Armada Española, fue vicealmirante.
Esta plaza ha sido asimismo escenario de múltiples anécdotas y acontecimientos, como el ocurrido en la madrugada del 27 de marzo de 1876, Viernes Santo, en que al pasar la procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno por esta plaza sufrió un percance que pudo tener gravísimas consecuencias para la venerada imagen del Señor: en una de las levantadas de los cargadores, que entonces iban por fuera con palancas sobre los hombros y horquillas, se zafó el tornillo que sujetaba al Cirineo, y al desprenderse éste, arrastró con la cruz parte del hombro de la imagen del Nazareno. Allí mismo se desmontó el paso a toda prisa y se colocó a Jesús en la casapuerta de la número 4, donde estuvo dos horas hasta que pudieron arreglarse los desperfectos, colocando de nuevo al Señor en las andas sin la cruz ni el cirineo. Así fue llevado hasta la plaza de España para el tradicional sermón de pasión y una vez terminado éste la procesión regresó al templo sin llegar a efectuar el tradicional recorrido.
En alguna ocasión anterior nos hemos referido a la necesidad de construir nuevas viviendas debido al incremento de población, la cual sufrió en multitud de ocasiones importantes mermas debido a guerras y a epidemias. No obstante, conforme la vida en nuestra población se iba estabilizando, el censo aumentó considerablemente, especialmente en la zona de extramuros, pero aunque pueda sorprender, quedaban aún dentro de la zona intramuros huecos vacíos que se iban rellenado lentamente, unas veces por concesión de los duques de Arcos en aquellos terrenos inmediatos a la fortaleza, bien por el propio Ayuntamiento en aquellos que tenía facultad para ello. Uno de estos casos fue el protagonizado por don Juan Jaén Valera, escribano de cabildo de esta localidad, que recibió en 1725 autorización de la casa ducal para edificar una casa adosada a los muros del castillo, en el vacío existente entre éste y la hoy calle Constitución, cuya casa fue luego calle Cuna y sobre cuyo solar se levanta hoy el Salón Capitular del Ayuntamiento, antigua capilla del castillo.
No obstante, estas licencias daban lugar ocasionalmente a controversias, pleitos y denuncias entre los vecinos, habiendo de intervenir las autoridades para poner las cosas en su sitio. Tal fue el caso de un solar situado frente a la puerta principal del castillo, que tras ser cedido por el Ayuntamiento a unos particulares, fue reclamado por don Ambrosio del Pozo y Rivera, propietario de una vivienda en la plaza Barroso, alegando preferencias que el Ayuntamiento no tuvo a bien estimar, como se desprende del acuerdo tomado en la sesión del 16 de mayo de 1757, que decía así: Leído en la sesión del 16 de mayo un memorial de los vecinos don Julián Bautista López y don Juan Martín Moreno, solicitando del Ayuntamiento se sirviese cederles el pedazo de terreno sin edificar que se hallaba frente a la puerta principal del palacio-castillo de los duques para usar de él en fines que no ofendiesen al Común, poniendo la calle en la debida armonía y decencia, de forma que quedase sobrada anchura a la plaza y entrada del castillo y demás calle que seguía...
El señor Del Pozo, a su vez, protestó alegando que, había tenido en lo antecedente puerta abierta a la citada parcela para desahogo de su vivienda, por lo que de pasar aquella a otras manos no podría usar del dicho beneficio, por cuya razón solicitaba que se revocase la mentada concesión o, en su defecto, que se le prefiriese para la adjudicación de la referida parcela, y vista dicha reclamación por el Ayuntamiento el 11 de agosto, acordó desestimarla, en razón de que, además de que hacía más de cuatro años que no aparecía ni se usaba la mentada puerta, no podía entonces admitirse su apertura, por ser de su sólo y único beneficio e intolerable en una plaza pública, y menos aún frente a la puerta principal del castillo- construía, a vé si se pué ajuntá ese carrí bici con otro por el Paseo Marítimo de la Costilla, que ya está hasta señalao´...
-¡Ojú Maestro!, pa´eso habría que se mu valiente y tené una mentaliá una jartá abierta...
¡Po´no crea Ozé!, porque yo me he enterao´ que la idea que dimos el otro día de comprar bicicletas pa´ponerla al servicio der pueblo gratuitamente -como jizo Holanda pa´promocioná el uso de la bici- ¡se lo están pensando!
¡No!, si a ellos las ideas les gustan, lo que le joe es que sarga de la barbería.
Como anécdota, decir que la idea de colocar losetas de color blanco en pasos de peatones lo inició bien tarde el Consistorio, aunque sólo en tres lugares: confluencia de las calles Isaac Peral con Veracruz, Rosario con Poeta Felipe Benitez Reyes, y Fermín Salvochea con Placita de Méndez Núñez. Por otra parte, comentar que al poco tiempo de la publicación de este artículo el Ayuntamiento de Córdoba puso en marcha un plan de bicicletas para el uso de los ciudadanos por toda la ciudad, y más tarde Sevilla y muchísimas otras ciudades y pueblos del país.
Sin ánimo de contradecir a los que esto afirman, hemos de decir que según la documentación el nombre de Barroso es mucho más antiguo, ya que data al menos desde 1646, y proviene de don Juan López Barroso, propietario en esta calle en 1604.






































Rebelderota | Sábado, 08 de Junio de 2019 a las 16:56:44 horas
Hay que destacar que Jose Antonio Primo de Rivera fundador de Falange estuvo en Rota en varias ocasiones dando mítines pues llegó a ser diputado por Cádiz , trabajando por Rota así como por la provincia antes de ser asesinado por el Frente popular Hoy en día los manipuladores de la historia pretenden que olvidemos o desconozcamos esto en su afán de recanchismo político. José Antonio Primo de Rivera bien merece nuevamente una calle en Rota en vez de algunos que nunca la visitaron.
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