Elecciones 2019 (3) (por Manuel García Mata)
La extraordinariamente larga campaña electoral va tocando a su fin. Tras quince días de campaña oficial y nueve meses de precampaña, desde la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez al gobierno, la crispación y la desmesura de los partidos contendientes, más unos que otros, empieza a suavizarse a la vista tan cercana de las urnas.
No han llevado bien los partidos de la derecha su paso por la oposición; basados en aquel principio de que "la mejor defensa es un buen ataque", han tensado la cuerda cuanto han podido, provocando un clima de tensión que ahora parece remitir a las puertas del 28 de abril.
El primer debate en TVE nos ha mostrado a unos cabezas de cartel bastante más comedidos de lo habitual, y eso es bueno. Si bien aquel que parecía más descolocado en sus propias expectativas electorales ha apostado, con escasa mesura, de mantener viva la llama del enfrentamiento. Asombrosamente las tertulias, que tanto habían criticado los exabruptos, los insultos, las salidas de tono, las provocaciones, hoy aplauden con las orejas a quien menos moderación ha demostrado, a Albert Rivera. Este, sobreactuando como nunca, creando fricciones innecesariamente, quiso terminar el debate con un silencio que curiosamente tapaba la sintonía del programa, todo un ejemplo de incoherencia.
El hecho es que quienes hoy celebran la agresividad, las interrupciones a otros, la confrontación por la confrontación, incluso con quien este candidato está condenado a entenderse, eran quienes clamaban por una campaña más educada. Es muy posible que el electorado disfrute con la bronca, pero no creo que sea un buen ejemplo para un país visceral, temperamental, como este, que lo que precisa es de una calma, ya hace tiempo perdida, que le permita mirar con racionalidad cómo afrontar sus problemas. Quizá, 24 horas después, el segundo debate apueste por la cordura, aunque el espectáculo decaiga.
Pues bien, el segundo debate ha traído parte de lo mismo y parte de lo diferente. Pablo Casado ha recuperado el tono agrio que ya utilizó Rivera ayer, disputándose entre ambos la tensión, en la que han metido a Pedro Sánchez. En cambio, Pablo Iglesias ha asombrado con su templanza, su educación y su voluntad de darle un contenido serio, con numerosas propuestas, huyendo de la bronca. Que cada cual saque sus conclusiones.
Como en los viejos tiempos, en virtud de los pactos que se presumen, que desde el bando contrario siempre habrá sesudos argumentos para descalificar, a unos y a otros, vuelve a chocar frontalmente la España de los dos bloques. Votad ustedes lo que consideréis conveniente: Está claro que me encantaría que fuera en un determinado sentido; pero ustedes sois libres, tanto para votar a cualquiera de los cuatro, como a cualquier otra candidatura, como a no votar, a abstenerse, como también a votar en blanco, a votar nulo o a equivocarse. Lo que sí les recomiendo, aunque solo sea por su propia higiene mental, que vote con convencimiento, no vaya a lamentar en seguida el voto que eligió.
Manuel García Mata

































Dr Frank Einstein | Sábado, 11 de Mayo de 2019 a las 16:27:28 horas
"¿Lo que le dijo a sus hordas?", que didactico leer a un votante de la derecha llamar "hordas" a parte de sus conciudadanos, solo por ser de izquierdas. Es tan cinico como si Atila llamase "hordas" a las legiones romanas. Y esto sin entrar en discusión sobre que pruebas tiene aquí el comentarista para asegurar que este u el otro dió ordenes a ninguna "horda" de provocar disturbios. Nada hombre, cuando llegueis al poder reinstaurais el cuerpo de "los grises" y que mantengan el orden a base de palos y tiros, y verás como se acaban las manifestaciones, las huelgas y todas las movidas de los ciudadanos para reclamar derechos y protestar por las injusticias. Dictadura ya.
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