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Redacción
Lunes, 25 de Marzo de 2019

Descubre algunas de las apuestas más locas en la historia del juego

El ser humano siempre ha disfrutado jugando y realizando apuestas. De hecho, se trata de una de las actividades más antiguas de las que se tiene constancia. Desde que el mundo es mundo las personas se han sentido atraídas por la incertidumbre, la emoción, la diversión y la atracción que forman parte del juego.

 

Mientras se haga de manera responsable y no se perjudique a nadie, jugar es una actividad saludable y lúdica. Las personas que juegan y apuestan deben tener cierto autocontrol para no caer en la tentación de apostar más de lo que pueden.

 

¿Qué son las apuestas simples?

 

Antes de mencionar algunas de las apuestas más divertidas en la historia del juego, es preciso matizar algunos conceptos para que todas aquellas personas que quieren disfrutar jugando y apostando tengan claro cómo hacerlo.

 

Muchos se preguntan qué son las apuestas simples o sencillas. Se trata de jugar un solo pronóstico. En el caso de que este se cumpla, el individuo ganará la apuesta, y evidentemente si no se produce, la perderá.

 

Una apuesta simple es una única apuesta, con independencia del mercado en el que se realice. Esto significa que no importa si se apuesta quién será el primer jugador que marcará un gol o cuál será el equipo ganador de un determinado encuentro. No obstante, hay que tener en cuenta que dependiendo del nivel de complejidad de las apuestas, las cuotas pueden variar de manera considerable.

 

¿Qué son las apuestas combinadas o múltiples?

 

Una apuesta múltiple es aquella en la que se combinan varios pronósticos. Estas combinaciones se pueden realizar en un solo evento o en varios y no es necesario que sean en el mismo deporte, es decir, es posible combinar apuestas de fútbol, baloncesto, voleibol, etcétera.

 

Cabe mencionar que en la actualidad todas las personas que lo deseen pueden realizar sus apuestas simples o combinadas a través de Internet. En sitios web como Betsson España el individuo podrá disfrutar jugando a múltiples juegos de casino y también hacer apuestas deportivas. Sin duda alguna se trata de una forma muy entretenida de evadirse de la monotonía del día a día.

 

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Brian Zembic y su loca apuesta

 

Brian Zembic es un mago y jugador profesional especializado en el blackjack y el blackgammon. En el año 1997 apostó con unos amigos que podía atraer la misma atención que su novia si se ponía pecho, y así lo hizo. Zembic se puso implantes de silicona y sus amigos le tuvieron que pagar cien mil dólares.

 

No obstante, no es la única apuesta loca que ha realizado. Anteriormente había apostado que era capaz de pasar una semana debajo de un puente con miles de dólares atados al tobillo y de vivir en el baño de un amigo durante un mes.

 

Henry Dhabasani apostó su casa y su mujer

 

Este individuo en lugar de apostar dinero a que su equipo iba a ser capaz de vencer al Manchester United, tomó la ilógica decisión de apostarse su casa e incluso su mujer. Cabe mencionar que la persona con la cual realizó esa apuesta también se apostó a su mujer, pero en vez de una casa, un coche.

 

Al final el equipo de Henry Dhabanasi perdió y algunos seguidores del Manchester United echaron a este individuo de su casa junto a su mujer y a sus cinco hijos. Según informó el periódico local, Dhabanasi se desmayó al ver perder a su equipo.

 

Ashley Revell vendió todo lo que poseía para apostar en Las Vegas

 

Este joven británico decidió vender todas sus posesiones para viajar a Las Vegas a probar fortuna. Ashley Revell consiguió reunir ciento treinta y cinco mil dólares. Este individuo acudió vestido con un esmoquin alquilado al casino que aceptó su reto, en el cual apostó todo su dinero al negro. Cabe mencionar que todas las personas allí presentes estaban estupefactas.

 

Ashley Revell decidió mover su dinero a la parte roja del tapete en el último momento y ganó. El británico dobló su dinero y tuvo el detalle de dejarle seiscientos dólares de propina al crupier. Decidió que no debía tentar más a la suerte y regresó a su país natal con doscientos sesenta y nueve mil cuatrocientos dólares.

 

 

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