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Redacción
Sábado, 16 de Marzo de 2019

"Anorgasmia o lo que callamos las mujeres"

por Marina Moreno Pérez de la Lastra. Tu consultoría de Psicología y Sexología

[Img #109607]Es un secreto a voces, algo que no se suele confesar y si se hace es en susurros y con vergüenza: nunca he tenido un orgasmo… se dice deprisa, para luego toser y mirar a otro lado. Algo que es recibido con sorpresas, algunas fingidas otras genuinas.

 

Lo cierto es que hay muchas mujeres, demasiadas, que no han experimentado ni saben lo que es un orgasmo, mujeres que sin saberlo padecen anorgasmia un trastorno sexual que puede sanarse. Según datos del DSM 5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), alrededor del 10 % de las mujeres no experimenta un orgasmo en toda su vida. 

 

Las consecuencias de esto son la baja autoestima, un sentimiento de inadecuación, culpabilidad, no “sentirse mujer” que provoca que en cada encuentro intimo surjan sentimientos de ansiedad por alcanzar el tan ansiado orgasmo y tristeza cuando no puede obtenerlo. Tres preguntas se forman entonces en su mente: ¿Qué es un orgasmo? ¿Estoy teniendo uno?  ¿Algún día lo sentiré?

 

Con el tiempo, si no ha buscado ayuda profesional, la mujer comenzará a eludir los encuentros íntimos o sencillamente a tomar un papel pasivo de observadora y distanciamiento en el cuál su principal objetivo será proporcionar todo el placer posible a su pareja y para que no descubra que no tiene orgasmos, olvidándose de ella misma y dejando por imposible el disfrute.

 

Lo que hay detrás de fingir los orgasmos en las mujeres.

 

Tras las bromas pícaras de “las mujeres fingen en la cama” se esconde una realidad por la que no se suele preguntar ni reflexionar. Si realmente simulan orgasmos en la intimidad… ¿Por qué lo hacen?

 

La presión que sentimos de tener que alcanzarlos para que nuestra pareja no se sienta fracasada, que es incapaz de satisfacernos o para evitar que siga intentándolo porque o bien no nos está gustando lo que está haciendo, nos duele o estamos cansadas y no queremos tener una discusión.

 

Hay otro motivo más para hacer de actrices: la vergüenza. La vergüenza, el estigma de reconocer que no se puede conseguir algo que los demás lo pueden obtener fácilmente y que la pareja se sienta responsable por ello cuando no es culpa suya.

 

Las cosas cambian cuando nos ponemos en los zapatos de la otra persona.

 

A esta frase tan manida sobre nuestra gran capacidad interpretativa, se ha rebatido con un:

No hay mujer frígida sino hombre inexperto

¿Es cierto esto? Hay casos en los es así, no todos, pero los hay.

 

La respuesta orgásmica femenina es más prolongada y necesita más tiempo para completarse. ¿Qué quiere decir? Que es necesaria una fase más larga de preliminares, de juego, de tentar y no dar para que cuando llegué el momento de la penetración esté a punto.

 

La respuesta masculina es más explosiva y rápida, además es un hecho, que normalmente, se da por finalizado el encuentro íntimo cuando ellos alcanzan el orgasmo dejando a su compañera “a medias” y sintiéndose “mal” porque ella no ha conseguido consumarlo y asume la culpa por ello.

 

Pero no es solo que se necesite más tiempo también hay problemas de estimulación. Más del 65% de las mujeres necesitan estimulación directa del clítoris para obtener orgasmos.

 

El clítoris es un órgano que su única función conocida es la de proporcionar placer sexual a la mujer. Tenemos una estructura solo para nuestro propio disfrute, y, sin embargo, ¡qué poco sentimos! ¡Qué desconocido nos resulta a la humanidad! (Sí, para las mujeres también es un ente extraño).

 

Hay parejas que no lo estimulan y otras que lo hacen de manera tan dolorosa y torpe que la mujer opta por decir ¡ahí no!

 

El clítoris necesita delicadeza, no que lo manoseen sin tacto y de mala manera. Necesita de toquecitos suaves y de movimientos circulares, de dedicarle su tiempo para descubrir todo lo que puede hacer.

 

También existe la falsa creencia que a las mujeres les gustan que cuando se las masturbe se haga el mismo movimiento que se hace durante la penetración. Esto no es así, así se siente menos y no se estimula bien la parte interna del clítoris. Cada mujer es un mundo y única en sus gustos. No obstante, los movimientos circulares con los dedos en el interior de la vagina –sin sacar y volver a meter los dedos- están más que comprobado en los estudios que son los que generan un gran placer. No quisiera extenderme mucho en la masturbación, daría para dos artículos tanto para hombres como para mujeres, y no es el objeto del presente centrarse en las distintas técnicas.

 

Pero ¿qué ocurre cuando la pareja no es el problema?

 

Entonces, los problemas se deben, generalmente, a:

 

  1. Una educación sexual inadecuada. Es un hecho que en España hay una educación sexual nula que se basa únicamente en evitar embarazos, en los cuchicheos y experiencias de amistades, novelas y películas eróticas en las que se mitifican las relaciones de pareja y llegar al clímax al unísono.

Pero, podrías contestar realmente a ¿Que es realmente un orgasmo? ¿La anatomía de tu propia sexualidad? ¿Tus derechos en la intimidad?

Vamos centradas en alcanzar algo que ni siquiera sabemos que es. ¿Cómo sabemos que lo hemos encontrado si no tenemos ni idea de cómo es? No creas lo típico que se dice de: Si no sabes lo que es, es porque aún no lo has tenido. Falso. Puede que lo hayas sentido, pero tú has “juzgado”, “valorado” que eso no era porque no era como lo que has leído en las novelas o visto en las películas.

Tomando Wikipedia: el orgasmo o clímax es la descarga repentina de la tensión sexual acumulada, durante el ciclo de la respuesta sexual, resultando en contracciones musculares rítmicas en la región pélvica caracterizadas por el placer sexual. A menudo se asocian con otras acciones involuntarias, incluyendo espasmos musculares en múltiples áreas del cuerpo, una sensación de euforia en general y, frecuentemente, se exteriorizan movimientos del cuerpo y vocalizaciones. El período después del orgasmo es a menudo una experiencia relajante, atribuido a la liberación de las neurohormonas oxitocina y la prolactina, así como las endorfinas.

Resumiendo todo esto, de manera sencilla, el orgasmo no es más que un momento de gran placer. Hay personas que temblaran, otras que les dará por reírse, otras solo sentirán una gran bienestar y relajamiento, otras que verán todo borroso, etc, etc. No hay música celestial, ni transformación de todo ni poesías. Sencillamente es un intenso placer que puedes sentir concentrado en una zona de tu cuerpo, en toda tu anatomía o en tu corazón si eres más emocional y que se puede sentir como si explotará para dejar un cuerpo bastante relajado después.

Además, pasa algo paradójico, contra más empeño le pongas en encontrarlo más probable que no consigas el orgasmo porque estás ansiosa y más centrada en analizar cada sensación, comparar con lo que crees que debes de sentir y de esta manera te vas perdiendo más y más, dejando de disfrutar del momento, hasta puede que te bloquees y dejes de sentir las caricias de tu amante.

 

 2. El desconocimiento del propio cuerpo. Para poder sentir placer primero tienes que saber que te gusta. Ya que si tú no sabes ¿cómo lo va a saber tu pareja? Tú eres responsable de tu propio placer. Es injusto exigir al otro que te haga estremecer y culparle si no lo consigue. Y para ti, es bastante negativo otorgarle todo ese poder a tu pareja, porque si se termina la relación ¿Qué pasa? ¿Qué hasta que no encuentres a otra persona no volverás a sentir? Eso te hace dependiente.

 

A las mujeres se las ha educado ajenas a su cuerpo, siendo muy mal visto que una misma se de placer así misma, se descubra. Es hora de cambiar eso.

Para mejorar tus relaciones íntimas, es IMPRESCINDIBLE que sepas que caricias te gustan, cómo te gustan que te toquen íntimamente y qué es lo que no consientes para poder compartirlo con tu pareja y de esta manera disfrutar juntos y sentiros más unidos.

3. Represión. Ya sea por educación, por religión, por experiencias de tu vida… te puede resultar inaceptable sentir placer, darte a ti misma el regalo de sencillamente sentir esa intimidad y pasión.

 

Cómo dice Valérie Tasso “Un orgasmo no se tiene, se aprende a tenerlo, o, mejor dicho, se aprende a permitirse obtenerlo.” 

 

Porque realmente da igual si tu pareja es un dios en la cama, con la capacidad de hacer enloquecer cada poro de tu piel si TÚ no te das permiso para sentir todo eso.

 

Y tú ¿Te lo permites?

 

Si sientes que tienes este problema, tienes que saber que puedes superarlo y sentir plenamente tus relaciones. En Rota, tenemos unos profesionales estupendos que querrán ayudarte.

 

¿Necesitas ayuda? ¿Tienes algún problema que te gustaría consultar con un profesional? ¿Te gustaría saber algo de psicología y sexualidad?

Escribe a “tu consultorio” y tus preguntas tendrán respuesta. 

Sólo tienes que mandar un mail a [email protected] indicando si eres hombre o mujer, tu edad y el motivo de tu consulta. A la semana siguiente tu consulta podrá aparecer en esta sección donde será resuelta.

Aprovecha esta oportunidad y ponte en contacto con “Tu consultorio”.

 

Marina Moreno Pérez de la Lastra

Psicóloga psicoterapeuta especialista en sexualidad.

Contacto: [email protected]

 

 

 

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