"El que promete no hace y el que hace no promete"
Balsa Cirrito
Cada día estoy más en contra de las ideologías, de cualquier ideología, por su terrible capacidad de convertir en gilipollas a personas que normalmente no lo son (o, al menos, no se les nota). Pongamos un ejemplo. El cambio climático. Hay gente que cree y gente que no cree en él, pero el hecho de elegir una u otra posibilidad no depende de los conocimientos del individuo (o individua), sino de sus creencias políticas. Si la persona es de derechas, es más fácil que sea escéptica con respecto al cambio climático, y si es de izquierdas, resulta prácticamente seguro que crea en el calentamiento global. Pero el dicho calentamiento global es un fenómeno que, si nos ponemos exigentes, solo pueden entender aquellos que posean ciertos conocimientos científicos, desde luego, ajenos a la mayoría de la población. O, hablando en plata, en última instancia no pensamos por nosotros mismos, sino por cabeza ajena, por nuestra ideología.
Aunque supongo que casi no nos queda más remedio. En el siglo XVIII, que solemos ver como una época culturalmente muy efervescente, se publicaban en España entre trescientos y cuatrocientos libros al año. Ahora pasan de los cincuenta mil. Por supuesto, es imposible que nadie domine todos los asuntos. Nuestro mundo es tan complejo - y tan confuso - que resulta inverosímil formarse una opinión sobre todo; sin embargo, nunca antes en la historia se había pedido, incluso obligado a la gente que tuviera tantas opiniones y sobre tantas cosas.
Creo que la auténtica razón de ser de los populismos de izquierdas y de derechas no es ninguna de las que habitualmente se indican. Los populismos están triunfando porque parecen ofrecernos un mundo más sencillo, un mundo con respuestas claras y fáciles de comprender, que nos protejan de una realidad tan compleja que nos asusta. Para Podemos, por ejemplo, los malos son siempre los capitalistas, los americanos y, en general, cualquier persona que vista chaqueta y corbata. Para un simpatizante de Vox, todos los males provienen de los izquierdistas y de los inmigrantes y, entre estos, con especial relevancia, los musulmanes. Tantos unos como otros dan respuestas sencillas a los problemas que nos acosan. Si se sigue a Podemos o a Vox uno siempre sabe la solución, porque en sus respectivos universos todo está muy claro.
Sin embargo, la realidad es muy jodida. No se deja domesticar. Y es tan complicada que nadie puede ofrecer soluciones fáciles. Cuando vean a alguien que dice que puede solucionar nuestros problemas, no le crean, porque en realidad no tiene ni idea. La gran paradoja de nuestro mundo es que quien puede precisamente arreglar nuestros asuntos no es quien dice que los va arreglar, sino precisamente quien no nos promete nada. No sé si por eso, cuando pienso que el flamante nuevo presidente de la Junta, Juanma Moreno, promete 600.000 nuevos puestos de trabajo para Andalucía, sé que no lo va a cumplir. Nada nuevo bajo el sol.

































Picassocratesla | Martes, 15 de Enero de 2019 a las 22:37:13 horas
Le recomendaría al señor articulista que se leyese el discurso del nuevo capo de la cosa nostra de Andalucia. Le será de mucha utilidad para su tesis sobre la mentira y la hipocresia en la politica. Leer u oir el discurso para borregos de este farsante chiquilicuatre, un tal Moreno Boñiguilla, que se atreve a citar a figuras ilustres de nuestra tierra, como Federico Gª Lorca , Blas Infante o Machado, que fueron victimas de la dictadura franquista y su represión, de una forma cinica y miserable, mientras firma un acuerdo con el partido simiesco de cromagnones, Vox(ta). para cargarse la Ley de Memoria Historica, y blanquear los crimenes de los franquistas de los que son herederos. Hay que tener muy poca verguenza, moral ni etica, para manchar de esa manera el recuerdo y el honor de los más grandes andaluces que ha parido esta tierra.
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