Domingo, 2 de Diciembre, ocho y pocos minutos de la tarde. Completa la votación de la Mesa B del colegio Azorín, empieza el escrutinio. Pasados los cuatro primeros votos, con la apertura de los votos por correo (suposición más que fundamentada y no pregunten porqué), que suelen caracterizarse por ser votos progresistas, la sorpresa y el estupor se desliza entre quienes seguimos el control de la votación: cuatro votos seguidos a VOX, que empiezan a producir desazón entre nosostr´s. Quiero quitarme la preocupación de mi mente como en una pesadilla, pero la machacona realidad me obliga a darme de bruces contra ella, llegamos a cien papeletas y trece pertenecen a VOX. ¡Qué más quisiera que estar dormido en una pesadilla! Incluso los votos del PP, me suenan a gloria, ¡Con tal de que no se repita el odioso monosílabo, cualquier cosa! Terminado el recuento 53 apoyos a VOX sobre 402 votantes en la mesa. La mesa vecina, sin llegar a ese extremo, respira en un sentido parecido. Siempre pensé que Rota en estas cuestiones no es tan diferente del resto, y en esta ocasión ansié que yo estuviese equivocado. Las noticias de otras mesas de nuestro pueblo se asoman con ropajes parejos. Los temores se agudizan y cuando por fin Canal Sur, la nuestra, esa televisión que el partido de extrema derecha quiere suprimir, superando dos horas la espera por los problemas de Sanlúcar, anuncia un resultado que se presume como definitivo, la decepción, el desánimo y el descubrimiento de tamaño sinsentido, supera cuantas barreras se quieran poner para evitar la depresión.

Sí, VOX, la extrema derecha, El Renacer del Monstruo, La Vuelta del Fascismo, ha conseguido doce escaños en el Parlamento Andaluz. Por supuesto, acepto la voluntad del pueblo y no tengo nada que objetar. Otra cosa será las consecuencias derivadas del suceso. Por lo pronto el gran vencedor, C´s, y otro de los tres derrotados, el PP, disfrutan del veredicto no sé si con bastante sensatez.

El futuro gobierno andaluz gira hacia la derecha, nada que decir, los números le otorgan el poder de llevarlo adelante.

Pero como en los cuentos, sean de hadas, de brujas o de ogros, siempre llevan implícita una moraleja. Tiempo habrá, si así se tercia, en rebuscar razones entre tantas cábalas del por qué sí o del por qué no. El hecho es que dos partidos europeístas van a gobernar, por activa o por pasiva, con una corriente más de agitación que de pensamiento, que repugna a la política europea, y concretamente a las internacionales, conservadora y liberal, donde se integran nuestros dos partidos de derecha constitucionalista ¿cómo lo recibirán quienes en Europa rechazan estas posturas tan reaccionarias como peligrosas?

El monstruo puede que quiera comerse a España, pero en Europa han demostrado que saben cómo defenderse. Ya veremos a quien le salpica toda la inmundicia que está por venir.

Manuel García Mata