Elecciones Andaluzas 2018 (1) (por Manuel García Mata)
Como pistoletazo de salida al último mes de este 2018 que se nos va Andalucía nos convoca a Elecciones. No han pasado cuatro años desde las anteriores y entre tanto sobresalto político no nos damos cuenta de que a nosotras se nos acaba la legislatura. Somos conscientes de que se podría haber estirado prácticamente todo el invierno, pero como quien tiene el poder de convocatoria no quiere que se le rebuje la campaña con alguna noticia peligrosa ha decidido que hasta aquí hemos llegado. Mira tú por donde el juicio de los ERE, y menos la sentencia, va a rascar poco en la mochila de Susana.
Una vez en campaña, a quienes sí nos importa la gobernanza andaluza, se nos pasan los días entre el ajetreado calendario electoral, con actos, mesas, cartelería, etc, las apariciones de las distintas formaciones en los medios de comunicación y mirando de reojo las encuestas, de las que todo el mundo afirma ignorar pero que no olvidan mirar ninguna.
Otra vez, y vuelve el mito del Día de la Marmota, se nos anuncia la renovación del éxito por parte de Susana Díaz. Curioso es observar que hay carteles suyos en que no aparecen las siglas PSOE, habrá quien piense que nuestra Sultana está por encima de eso. El resultado, si se cumplen los augurios, nos empuja como últimamente es costumbre, a la búsqueda de pactos; si bien nadie se pronuncia que vaya a obrar en ese sentido.
Para esto las opciones que se barajan son dos y si nos fiáramos de las posturas actuales, no sería fácil que se cumplieran. La de PSOE + Adelante Andalucía tiene el hándicap de que la militancia de Podemos, de quienes puedo hablar con cierto conocimiento, no está por la labor. Solo el apoyo a la investidura, sin entrar en el gobierno, es lo que ha conseguido la corriente pactista, que significa que Susana se vería obligada a ejecutar muchas de las políticas de la coalición Adelante Andalucía, cosa que no le hace ninguna gracia, con un escenario muy parecido al que funciona a nivel estatal. Así que de un lado y de otro se antoja muy complicado.
La opción PSOE + C´s, personalmente considero que es la más lógica, sobre todo si tenemos en cuenta su colaboración en el último gobierno, trae consigo un problema de identidad para el partido de Albert Rivera. Con un candidato, como Juan Marín, que no atrae, son las altas figuras, como Inés Arrimadas y el propio Albert Rivera, venidas de Catalunya, quienes protagonizan la campaña, y están precisamente caracterizadas por su confrontación con el PSOE, lo que no presume un fácil entendimiento.
Más no hay. Ya que la coalición soñada por la derecha liberal-conservadora no da los números, a no ser que en estos días se provoque un vuelco inimaginable.
Con todas las demás elecciones en el horizonte cercano, municipales, autonómicas, generales y europeas, habrían de servir para que en nuestras elecciones se volcaran los primeros espadas. El problema es que el lucimiento de las cabezas de partido choca con el papel estelar de las candidatas y los candidatos andaluz´s. En Adelante Andalucía la bicefalia Rodríguez-Maíllo, parece dejar poco protagonismo a los líderes de los grupos estatales; en tanto que en el PSOE, por muchos abrazos, besos y sonrisas que nos regalen, Susana Díaz y Pedro Sánchez, son enemigos íntimos e irreconciliables; en el PP Pablo Casado oscurece por completo a Juanma Moreno Bonilla, que además no es santo de su devoción, con el agravante de su militancia sorayista; de Juan Marín, lo dicho, que si de Catalunya han de venir para que gane en Andalucía extraño resultaría.
Así que mejor que nos dejen a nuestro aire, que no han de venir de fuera quienes mejoren lo de dentro; pero como el pueblo soberano es como es… todo puede pasar.
Manuel García Mata

































Leonardo | Miércoles, 19 de Diciembre de 2018 a las 17:12:53 horas
Por supuesto que un trabajador puede votar a la extrema derecha, como Vox, falange y otros, como una oveja podría votar a una jauria de lobos, nada es descartable. Pero ud dá por hecho que por ser trabajadores son de izquierdas, contradiciendose a sí mismo, y no es asi, hay trabajadores con tal falta de escrupulos o de conciencia social, que votan a los mismos que luego le recortaran derechos, le bajaran el sueldo, le quitaran ayudas al desempleo y se cargaran sus jubilaciones y encima lo hacen con convencimiento. Existe gente feliz con su propia ignorancia. "Es el mercado" como diria su amigo Rodrigo Rata.
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