PARA CORTARSE LA LENGUA



   
 

    Se suele decir que el tiempo da la razón; pero eso es porque el tiempo no tiene ningún problema en reconocer sus errores. A las personas, en cambio, nos cuesta mucho, más que una hipoteca, tanto que casi nunca lo hacemos.

    En unos momentos en los que la caverna mediática se lanza al cuello zapateril ya sea a causa de un terremoto en Chile, ya por una revuelta en Egipto (lugares donde es evidente que Zapatero controla todos los hilos), conviene echar la vista atrás. Aunque sólo sea para escupir sobre algunas tumbas. Fíjense si no, qué rosario de perlas.

    Cuando se aprobó la nueva ley de tráfico, la del carnet por puntos, la caverna, con Aznar de estrella, puso el grito en Andorra, quejándose del afán regulador del gobierno. Pasado el tiempo, el resultado es que por primera vez en la historia ha descendido – bastante - el número de accidentes, y muchos miles de españoles siguen vivos. Da yuyu hablar de estas cosas, pero podemos cifrar entre diez y doce mil las vidas salvadas. No está mal.

    Cuando se promulgó la nueva ley del aborto, las calles españolas se llenaron (legítimamente, todo hay que decirlo) de píos manifestantes que se oponían a aquel atentado contra la vida. No voy a hablar (y eso sí que es una paradoja de narices) de aquellos dirigentes del PP que acudían a aquellas manifas, como si cuando ellos gobernaban no se produjeran abortos, pero sí de los resultados.  Desde que tenemos nueva ley del aborto, en España ha descendido notablemente el número de los mismos. Y lo cierto es que así se esperaba, ya que de esta manera había ocurrido en todos los países donde se habían dictado normas parecidas a la ley de plazos española. Ahora se aborta menos que cuando gobernaba el PP ¿Dónde están Rouco, Mayor Oreja y Ana Botella para decir: “metimos la pata”?

   Más reciente, la ley antitabaco. Aquí la caverna ha echado el resto: “Atentado contra la libertad”, “Decenas de miles de puestos de trabajo en riesgo”, “Grandes pérdidas para la hostelería”, etc. Han pasado unos meses y no se han cumplido precisamente esas predicciones. De hecho, caramba, no sólo no se han perdido puestos de trabajo sino que la afiliación a la seguridad social en hostelería ha experimentado un apreciable aumento. Y, lo más importante quizás, la venta de tabaco en España ha descendido casi un treinta por ciento. El descenso más notable de la historia. Alguno de esos genios de radio Intereconomía, o ese otro genio llamado González Pons, deberían pedir, como un favor personal, que les cortaran la lengua.

    Ahora la caverna anda soliviantada con las nuevas normas que limitan la velocidad a 110 Kilómetros por hora. Sin embargo, y como ya los conocemos, sabemos que estas normas son buenas. Hay un indicio irrefutable: todo a lo que ellos se oponen, termina resultando positivo.

    Hay quien dice que el gobierno dicta estas leyes para desviar la atención de la economía. En realidad es al revés. La caverna aprovecha la oportunidad para no hablar de la economía. Resulta como poco extraño, que en un país con los problemas de desempleo – ciertamente terribles - como los que sufre el nuestro, en las televisiones de la caverna apenas se hable de economía sino es para recordarnos las temibles cifras de parados que padecemos. ¿Por qué tantos debates sobre los límites de velocidad y tan pocos sobre qué hacer para mejorar la situación económica? Muy sencillo. Porque no quieren que sepamos lo que nos tienen preparado. Y para quienes se rían de la Italia de Berlusconi que observen lo que pasa en España. Televisiones de la caverna, con 24 horas al día de ataques al gobierno: Radio Intereconomía, Veo 7, Popular TV, Libertad digital TV, La 10, Telemadrid, Canal Nou… Televisiones progresistas: ninguna. Esto no lo mejora ni el cavaliere.

    Otro día hablaremos de los periódicos, que también tienen lo suyo.