Ignacio Liaño pronuncia un pregón lleno de poesía y sentimientos cofrades de un "niño hombre, un niño del Rosario"
Nuestra Señora del Rosario Coronada, patrona de Rota, se convertirá en pocos días en protagonista y centro de las fiestas patronales que se celebrarán en la localidad del 4 al 7 de octubre. Una fecha destacada en el calendario local como ayer recogía en su pregón el joven Ignacio Liaño Bernal desde un atril que pisaba ilusionado, orgulloso y encantado de poder expresar sus sentimientos rosarianos ante una iglesia de la O en la que estaban presentes el alcalde de Rota, Javier Ruiz, formando parte de la presidencia junto con el hermano mayor de la Hermandad del Rosario, Juan Antonio Díaz Romero, el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, José Antonio Rodríguez, y el párroco y director espiritual de la Hermandad del Rosario, José Arjona. Además, autoridades locales civiles y militares, hermanos de diferentes hermandades roteñas, las damas del Rosario y ciudadanos en general acudieron a esta cita.
Antes de iniciarse el LXXI Pregón del Rosario, como es habitual, la cuadrilla de costaleros procedía al traslado de la virgen al altar mayor para que desde allí presida la parroquia de Nuestra Señora de la O hasta el día de su salida procesional el 7 de octubre. Lo hizo a los acordes que marcó la Banda Municipal de Música "Maestro Enrique Galán" que ofreció varias marchas procesionales que dieron realce a un momento especial para los cofrades roteños.
La virgen lucía esplendorosa en una más que calurosa mañana de domingo que tuvo a la patrona como protagonista junto al joven cofrade Ignacio Liaño que a sus 24 años, pregonaba con sentimiento la fe y devoción hacia una virgen que conoce bien desde pequeño. No en vano, él es la cuarta generación de su familia que sube a un atril para pregonar a la virgen del Rosario. Antes, lo hicieron su padre, su abuelo y el tío de este último a los que tuvo presentes en su pregón con mucha poesía y sentimientos de un "niño hombre", como lo presentaría José Joaquín Arévalo, que fue su profesor de Lengua y Literatura en la adolescencia, y que volvió a lucirse con una introducción que puso de manifiesto, una vez más, su inmensa capacidad literaria. Ese "niño hombre" al que se refería su amigo y presentador como un "animal comunicativo", eligió la profesión de periodista que, unida a sus sentimientos cofrades, le permitieron desglosar un pregón en el que hubo un poco de todo: algo de historia local, descripción de estampas de una Rota antigua que trasladó a los presentes unas décadas atrás en el tiempo, vivencias de su infancia y un presente continuo en el que Rosario es el centro de todo. En Rota, decía este "contador de historias", no se cumplen años sino que se cuentan octubres de plata destacando así este mes como el principio de cada ciclo para un roteño cofrade. La de ayer, decía, es la historia de un niño de la villa de Rosario que puso a la patrona en el centro de las miradas. Con fe y devoción se dirigió a ella en un tono suave, poético y entregado.
Siendo la cuarta generación de pregoneros en su familia, dedicó parte de su pregón a dibujar una estampa imaginaria en blanco y negro en la que aparecían por un lado, Ignacio Liaño Pino, sin el que no se entiende la historia de la Hermandad del Rosario en la primera mitad del siglo XX, cronista oficial de la villa y hombre destacado en la localidad; junto a él, Manuel Liaño, abuelo del joven pregonero y hermano mayor de la hermandad de 1963 a 1967, al que ayer dedicó palabras de cariño; y en un tercer lugar, Juan Antonio Liaño Pazos, su padre, al que definió como el mejor ejemplo que Dios le pudo dar. La cuarta posición que completaba esa estampa imaginaria la ocupaba un pequeño nazareno que ayer, convertido en "niño hombre" y pregonero, demostró que "los octubres de plata" y los "patios azules y dorados" existen en una villa que rinde homenaje a su patrona desde hace más de cinco siglos. Una virgen del Rosario a la que puso en el centro de todo con una parte final que casi sin aliento logró recitar de un tirón poniendo el alma y la pasión que se esperaba de un niño pregonero que sigue siendo "niño del Rosario".
Ignacio Liaño se sintió un privilegiado por haber sido elegido por la Hermandad del Rosario para pronunciar un pregón que tiene historia en la villa, una historia que va unida a la suya propia desde que en su libro de familia, aparte de los nombre de sus progenitores, hay en una esquina la signatura dorada de la fe rosariana. Esa fe fue la que intentó trasladar a los presentes en un pregón que dará paso en pocos días a cultos y actividades lúdicas en torno a la patrona y alcaldesa honoraria de Rota.






















































Philistia | Martes, 25 de Septiembre de 2018 a las 20:48:52 horas
Muy bien "para philistia", pues te habrás quedado tranquilo, ya soltaste la tuya. A esperar a mañana para otra ración.
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