Balsa Cirrito
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JAVI (QUE NO XAVI)
Hace años, durante las campañas electorales de Domingo Sánchez Rizo, bregué mucho y con mucha gente. Lo curioso es que en varias ocasiones hubo personas que viéndome metido en el jaleo campañil me preguntaban si en un futuro yo tenía previsto presentarme para alcalde. Por supuesto, yo respondía que no, que ni tras haberme tomado una docena de chupitos de Jagermeister dentro de una docena de jarras de a litro de cerveza se me ocurriría semejante locura. Por un lado, no creo tener - en absoluto - las cualidades necesarias para el puesto. Esa razón, desde luego, no es definitiva, conozco en España muchos alcaldes con todavía menos cualidades que yo y están muy tranquis. Por otro, y este es un gran argumento, el trabajo de alcalde, si se ejerce con honradez, me parece de los más desagradecidos y angustiosos que puedan existir. Yo veía a Domingo, sin vida familiar, siempre con la soga al cuello por la oposición, teniendo que escuchar todos los días a ciudadanos con enormes problemas que en muchos casos no podía resolver (especialmente terrible era ese desfile constante de personas que necesitaban un puesto de trabajo y que acudían al ayuntamiento), y pensaba que había que ser un poco masoquista para querer acceder a la alcaldía. En todo caso, era una pregunta bastante retórica, ya que tampoco me imagino a demasiada gente votándome.
Cuento todo esto por un motivo, y es que tenemos ahora un excelente alcalde, Javi Ruiz, que al ritmo de trabajo que lleva no creo que dure muchas legislaturas, porque no hay cuerpo que lo aguante, y me doy cuenta que en estos más de tres años que lleva en el cargo, no lo he elogiado ni una sola vez. Todos los que escriben - escribimos - en la prensa somos rápidos en sacar el revólver para disparar críticas, y terriblemente lentos para soltar un elogio. En este caso, además, supongo que mi proximidad al PSOE hace que por pudor me resista más a las alabanzas (por poner un ejemplo, creo que elogié más veces a Lorenzo de las que lo critiqué). Y tampoco es eso.
Según me cuentan, Javi Ruiz tiene un método de trabajo pavoroso, que consiste en meterse en profundidad de cada asunto de relevancia que se desarrolla en el ayuntamiento, en todos y cada uno de ellos, para lo cual, además de precisar de una cabeza sobresalientemente organizada, hay que disponer de una energía extraordinaria (y de días que duren veintiocho horas como poco). Añado que Javi Ruiz lo está haciendo, creo, bastante bien, logrando que ciertas tristes cuestiones pasadas parezcan más lejanas de lo que realmente son, y que ya no nos acordemos de algunos bochornos municipales. Solo hay que darse cuenta de que durante los tres primeros años de gobierno apenas han existido las críticas negativas hacia la alcaldía (y mira que es difícil eso), y solo ahora, en año electoral, empieza a recibir algunos ataques, como es normal antes de unas elecciones, pero incluso esos ataques suelen ser de cuestiones tan irrelevantes que hacen sonreír más que otra cosa, porque realmente Javi Ruiz no ha dejado mucho sitio donde morderle.
Creo, además, que tenemos que apoyar a los políticos buenos, que también los hay, y Javi Ruiz es un ejemplo de esto. La abundancia de noticias sobre corruptelas, muchas veces exageradas por una prensa sensacionalista, hace que los españoles creamos que nuestro país es mucho más deshonesto de lo que es. He hablado antes de mi falta de cualidades para ejercer un cargo público, pero si por un milagro inconcebible llegara a ejercerlo, estaría siempre asustado (quiero decir acojonado, pero asustado suena más fino). El escaneo constante que sufre un político español de nuestros días (tenemos infinitos ejemplos), la falta de piedad con la que nos lanzamos contra algunas personas por nimiedades que todos cometemos en nuestra vida y que dándonosla de gigantes éticos no perdonamos a los dirigentes, la posibilidad de cometer un error involuntario ante la maraña legislativa de nuestro mundo, ya que, como me decía hace poco un amigo abogado, hay tantas instituciones y parlamentos fabricando leyes y normas todo el tiempo y a la vez que es muy fácil meter la pata; todo eso, me haría dimitir en el impensable caso de que, como digo, accediera yo a un cargo.
Y, por supuesto, tenemos que mostrar nuestro apoyo y nuestras alabanzas a alguien cuando se halla en el cargo: los homenajes a toro pasado no sirven demasiado. Felipe Benítez o Domingo se llevaron muchas tortas cuando gobernaban; ahora, si cualquiera se refiere a sus años de alcaldía, prácticamente solo se escuchan elogios. Pues igual con Javi, porque, ya lo he dicho, mucho me temo que al ritmo que lleva, no va a aguantar muchas legislaturas. Que no digamos en un futuro: "qué bueno que era y que poco nos dimos cuenta".












Ashtado | Jueves, 20 de Septiembre de 2018 a las 19:56:07 horas
Ya lo dice el refrán: "el choto es el ultimo en enterarse". (Aunque esto huele a que el tipo es más un consentidor)
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