A PROPÓSITO                                                   

Vaya por delante que esta mi ‘Opinión’ de hoy no es la que tenía pensada, no. Pero es sabido que en esta vida las cosas no siempre salen como uno las tiene pensadas y planeadas, y ésta es una de ellas. Todo empezó cuando la mañana del pasado sábado leí un comentario a propósito de mi entrada ‘Calvo y El Quijote. Cultura e igualdad’, a cargo de un lector, masculino genérico, que lo mandó al periódico bajo el pseudónimo de ‘Marie Curie’.

Rezaba así: “Una mujer que no tenga titulos y se dedique a las labores del hogar tampoco es una mindundi, ni la señora que se dedica a coser, o a limpiar oficinas, casas u otros lugares, ni la que vende en el mercado o en la tienda, ni la maestra, ni la peluquera, ni ninguna señora que aporta su trabajo y su buen hacer, todas ellas, con o sin titulos academicos o de nobleza, son motores de la sociedad. Medir a las personas por sus titulos o sus caudales es clasismo.” [sic]

Por ponerlo en contexto, venía a propósito de mis propias palabras sobre el hecho de que Carmen Calvo Poyato -doctorada en Derecho Constitucional, profesora titular universitaria y actual Vicepresidenta y Ministra de la Presidencia para las Relaciones con las Cortes e Igualdad del Gobierno de España-, hubiera dicho en público la ocurrencia de que ‘El Quijote’ es paritario y que la igualdad es sinónimo de cultura. 

Y que no fueron otras, me refiero a mis palabras, que las de decir de ella que no era precisamente una mindundi a tenor lo expuesto, para decir lo que dijo, que lo dijo. No, no iban por ahí mis tiros al aplicarle el término. Los míos iban en la acepción coloquial de que ella no es una persona de mediocre formación, como para haber pronunciado el dislate que espetó. 

Así que mindundi, pero por los conocimientos que evidentemente debe tener y que por desgracia no utilizó, y no por los que supuestamente no tuviera. Mindundi, porque todos podemos ser alguien de poca importancia, o con escaso mérito en algún campo del conocimiento humano. Mindundi, porque todos podemos pasar por un ‘donnadie’ en algún momento o situación de la vida.

En ese sentido escribí el término y no en el que ‘Marie Curie’ comenta cuando escribió de “Una mujer que no tenga...”, y con el que, por otro lado y en buena medida no puedo estar más de acuerdo. De modo que mi mindundi no va por lo que no tenga sino porque, teniéndolo, lo malemplea, “ni ninguna señora que aporta su trabajo y su buen hacer...”.

Y en ese mismo sentido continué con la columna de la semana pasada, ‘Pixi, Dixi. Calvo dixit’, en la que tirando de hemeroteca abundaba en la casuística, divertida por otro lado, y planteaba si le parecía que el comportamiento de la natural de Cabra, era coherente desde los puntos de vista político e intelectual. Un debate que visto lo escrito merece sin duda ser ampliado: ¿Estamos ante una noticia de relevancia? ¿Debería ser contada por los medios de comunicación? ¿Es acaso merecedora de un breve roteño como éste? ¿Cómo lo ve? Quedo a la espera.

Mientras, este martes pasado, ‘Justino Tomasito’ comentaba la que parece ser la última de la señora Calvo y el señor Torra. En fin, no le canso, viene a ser más de lo mismo y en la misma línea de lo que ‘Hermano Lobo’, quien suele estar al loro de ciertos asuntos, me recordaba hace unos días sobre la infinitud de la estupidez. Ya saben. 
Bueno, el lobo de Gubbio del santo de Asís, también me comentaba el antañón sucedido del ministro Solís y su intento por desbancar del sistema educativo al latín, para sustituirlo nada más y nada menos que por el deporte, como si la gimnasia tuviera que ver con la magnesia ¡Ay de mi latín! 

Ah, el simpático franquista era de Cabra, como la Calvo, así que ya le adelanto el título de la siguiente entrega ‘De Cabra, egabrense’, cual si no.

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FUENTE: Enroque de ciencia