DIXI, PIXI, CALVO, 'DIXIT'                                                                                                                                                                 

Tras hablarle de la última butade de la Vicepresidenta del Gobierno sanchecista -esa de hacer paritario ‘El Quijote de la Mancha’, recuerden lo de pretender una ecuación según la cual cultura es sinónimo de igualdad- y preguntarle por la incoherencia política e intelectual de su actuación, finalicé con un compromiso.

El de escribirle acerca de si era la quijotesca igualdad la única de la egabrense o sólo la última y, naturalmente, sobre qué otros políticos formaban parte de tan dudoso club. Y aquí estamos. 

Por supuesto que la feminista y andaluza política no está sola en este coto público del dislate nacional. Sin ir más lejos ni cambiar de sexo, ahí están sus antecesoras la popular Soraya Sáenz de Santamaría o la socialista María Teresa Fernández de la Vega, otras que tal. Y como no, la también ministra de Cultura y Educación, y supuestamente ignara, Esperanza Aguirre con aquello suyo relacionado ora con el actor Santiago Segura, ora con la señora Sara Mago. Ya ven por donde voy.

Pero ésta es la ‘Opinión’ de la Calvo, así que centrémonos en ella porque lo cierto es que no faltan referencias citarias en la hemeroteca, muchas de ellas auténticas perlas para la posteridad intelectual del suelo patrio y que abarcan diferentes campos del saber humano científico, artístico o tecnológico. Juzguen si no. Así a vuela tecla:
“Yo he sido cocinera antes que fraila”, del sustantivo neutro ni hablar. “Un concierto de rock en español hace más por el castellano que el Instituto Cervantes”, pues claro que sí señora, donde esté la música que se quite lo demás. “Deseo que la Unesco legisle para todos los planetas”, o la astronomía al poder.

“No podemos perder el dominio de la Ñ, que casualmente es la letra que está la palabra español”, como quien dice el peso de la prueba abecedaria.“Recordando al genio Leonardo da Vinci: lo que mueve el mundo no son las máquinas, sino las ideas”, como cita está bien traída lo malo es que es del francés Víctor Hugo y ella la pronunció mientras era la máxima responsable de la cosa cultureta.“El libro es muy útil: no se le agotan las pilas, no hay que enchufarlo, no se queda sin cobertura; considero que es la alegría de tu vida porque te lo puedes llevar a cualquier sitio”, sin duda la tecnología tiene los días contados. “Yo transmito que soy muy yo, y que voy de yo por la vida. Soy una tía a la que no doblan. Yo no renuncio a mis vaqueros ni a nada. Cuando deje de ser ministra seguiré siendo yo, que es mi verdadero cargo” o el yoismo calvense.

En fin creo, que como muestra sirve y hay poco o nada que añadir así que no me esfuerzo. Remedando la leyenda que reza al pie del escudo andaluz: “Calvo por si, para España y la Humanidad”. Pues eso.
No obstante, y para los intereses de esta saga de entradas, me atrevo a exponerle una más, quizás la más descacharrante por el contexto. Tuvo lugar en el 2005 durante una sesión del Senado en la que la entonces ministra de cultura, entre otras acusaciones, le espetó al PP el descenso del número de espectadores en las salas de cine durante su ejercicio en el 2004. Una intervención a la que respondió el senador popular Juan Van-Halen Acedo, quien a su vez fue reprendido con la conocida ocurrencia de dibujos animados y que le transcribo del Diario de Sesiones del Senado (9 de febrero de 2005).

Van- Halen: “Centrándonos en el período negro, Calvo ‘dixit’, en el año 2000 dos filmes, ‘La comunidad’ y ‘Año mariano’, superaron cada uno de ellos el millón trescientos mil espectadores. En 2001, año negro también, Calvo ‘dixit’, las cifras fueron de asombro -el mejor año, con mucha diferencia, del cine español-: ‘Los otros’ consiguió 6 242 330 espectadores (...)”. A lo que respondió una ofendida ministra de cultura. 

Calvo: “Señoría, usted para mí nunca será Van-Halen Dixi ni Pixi; será su señoría, el senador Van-Halen, precisamente porque estamos en una Cámara de representación democrática en nuestro país, precisamente porque estamos en el Senado. Y desde ahora le adelanto que ese modelo de intervención, con alusiones pretendidamente ingeniosas acerca de las personas, en este caso de mi persona, si quiere, se las puede ahorrar, porque no voy a contestarlas”.

En fin creo que sobran los comentarios pues las palabras ministeriales se bastan para calificar a quien las pronuncia. En este ejercicio de esgrima dialéctica no es poco desliz confundir el clásico y latino vocablo ‘dixit’ con la famosa pareja de ratones, personajes de animación de los años sesenta Pixie y Dixie ¡Ay de mi latín!, ministra.

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FUENTE: Enroque de ciencia